Batalla de Punta Quebracho

4 de junio de 1846


El río Emancipador, el Paraná.
De regreso desde Corrientes la Escuadra Anglo Francesa fue atacada en Punta Quebracho, el 4 de Junio de 1846, “llamada también la Segunda Batalla de San Lorenzo”,como “símbolo de hostigamiento y  coronación de la Vuelta de Obligado en defensa de  la Soberanía Nacional”. (Fermín Chávez).

La historia 

El 4 de junio de 1846 las tropas de la Confederación Argentina a cargo de Lucio Norberto Mansilla derrotaron en una batalla que duró más de tres horas a la Escuadra Anglo francesa que en noviembre del año anterior, había vencido en la Vuelta de Obligado, en la actual localidad de San Pedro.

“Es bueno revisar los hechos históricos sobre el Río Paraná y  considerar a esta batalla como un hito "en la lucha por resguardar la Independencia y la Soberanía Argentina que sostenía el brigadier Juan Manuel de Rosas", en momentos en que las pretensiones inglesas y francesas pasaban por transitar libremente por las aguas de nuestro país”. (José María Rosa.)

Las tropas resguardadas por las barrancas, al mando del General Lucio Mansilla esperaban el paso del enemigo con 17 cañones, 600 infantes, 150 carabineros y algunos patricios. Además instalaron dos baterías y algunas fuerzas de infantería al mando de Thorne, mientras en el otro extremo, sobre terreno entrerriano, se ubicó el batallón Santa Coloma.

Cuando los buques de guerra estuvieron a tiro, un grito de ¡Viva la Patria!, convocó a la lucha. "Viva la soberana independencia argentina", fue la voz del general Mansilla, y el fuego comenzó. Los soldados y los cañones patrios estaban resguardados para la artillería enemiga por la altura en la que estaban emplazados. El caos se apoderó de las embarcaciones anglo francesas, quienes apresuradas por huir, sufrieron el duro fuego criollo.

Dos mercantes hundidos, cuatro incendiados para no caer en manos argentinas y los vapores de guerra Harpy y Gorgon resultaron seriamente dañados. El capitán inglés Hotham  informó sobre las bajas del Quebracho: “Los buques han sufrido mucho. Escapar con la mayor velocidad posible fue el único objetivo”.
La jornada resultó azul y blanca para los patriotas. “La  escuadra combinada, de los invasores había sido derrotada”. Con los hierros rescatados de los barcos hundidos, forjaron las primeras farolas que iluminaron las calle rosarinas”.(Dr. Eudoro Carrasco).

Lugar histórico 

Finalmente, luego de varias gestiones, una ley del Congreso nacional declaró en abril de 1999 "lugar histórico nacional" al pequeño predio que conmemora la batalla de Punta Quebracho, en un sitio que hace unos años la empresa Cargill, de Puerto San Martín, donde se encuentran las principales terminales agro exportadoras, cedió a la Municipalidad. Se accede por un angosto camino hasta la barranca. Allí en la explanada simbólica se yergue una cruz de durmientes de quebracho.

“La armada invasora sobreviviente, logró alcanzar el puerto de Montevideo, pero en vista de los acontecimientos, los dos países más importantes del mundo de aquella época decidieron no intentar más una segunda expedición”. (José María Rosa).

Para ello alegaron las armadas  aliadas, que las acciones de la “Vuelta de Obligado” se habían realizado sin una declaración de guerra formal, entonces el gobierno inglés fundamentó su interés en negociar la paz con la Confederación Argentina.

Sobre esas bases los aliados europeos enviaron sucesivas misiones conciliatorias. En 1846 Hood-Deffaudis, en 1847 Howden-Waleski y en 1848 Gore-Gros, las que fracasaron en su cometido. Finalmente los británicos decidieron negociar por separado y luego de levantar el bloqueo a Buenos Aires y de difíciles conversaciones, su enviado Southern firmó con el ministro argentino Arana en 1849 el tratado de paz.

Al año siguiente, 1850, el francés Le Prédour y el ministro Arana lograron un acuerdo similar al suscripto con Inglaterra. El tratado satisfacía plenamente la posición argentina. Estableció que “se devolvía a la escuadra argentina la isla Martín García, la flota invasora saludaría al pabellón nacional como desagravio, con 21 disparos de cañón y se reconocía que la navegación de los ríos interiores era exclusivamente argentina”. Nuestra diplomacia obtuvo un definitivo y brillante triunfo que fue altamente valorado por todas las naciones del mundo”. (Fermín Chávez – José M. Rosa).

Conclusión: “La bravura y el coraje presentes en Obligado justifican que hoy, a 161 años de esa jornada memorable, recordemos y honremos  a ese esforzado grupo de soldados argentinos que, como en San Lorenzo, sostuvieron nuestro derecho a la soberanía y a la dignidad naciona”l. (Dr. Eudoro Carrasco).
El 20 de noviembre ha sido consagrado por ley de la Nación, Nº 20.770, como el “Día de la Soberanía Nacional”  basándose en los acontecimientos ocurridos ese día del año 1845 en la Vuelta de Obligado. (Pérez Amuchástegui-Crónicas Argentinas).

Prof. Lic. Luis Angel Maggi.
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Correo: luisangelmaggi@yahoo.com.ar

Batalla de Salta

20 de Febrero de 1813



1.- Gesto de valentía y patriotismo. “Informado de la desmoralización que en parte ha invadido a los oficiales, Belgrano prefiere hablarles en privado y los recibe de pie, en su tienda de campaña: “Señores, tenemos una larga campaña por delante y deseo contar con la colaboración de todos ustedes. El que no tenga bastante fortaleza de espíritu para soportar con energía los trabajos que le esperan, puede pedir su licencia”. Hay leves movimientos de cabeza, crispaturas de manos pero advierte en la oficialidad muestras de particular simpatía. Muchos de esos oficiales se harán célebres en diversos terrenos: como José María Paz, Manuel Dorrego, Cornelio Zelaya, Rudecindo Alvarado, Gregorio Aráoz , La Madrid, etc.

2.- Algunas contrariedades. Belgrano, domina con firmeza las resistencias que les oponen los enemigos encubiertos de la causa. Su firmeza no tiene paliativos, y así, al sorprender la correspondencia entre Goyeneche y el obispo de Salta ordena a éste, salir de la Capital en el plazo de 24 horas. Cuando avisó a Buenos Aires:"Los oficiales y soldados, no tienen comida, vestimentas, ni espadas”,recibó esta respuesta: “El Estado no tiene en el día, ni espadas ni sables disponibles, ni tampoco dónde comprarlos”. Mientras aguardó el envío de estos auxilios indispensables, Belgrano se ocupa en disciplinar y dar una nueva organización al ejército. Muy preocupado por la suerte de Cochabamba, amenazada en esos momentos por 2.500 realistas, Belgrano dispone nombrar al Coronel Balcarce, Mayor General por enfermedad de Díaz Vélez. Belgrano se entera por el capitán José Apolinario Saravia de la existencia de una senda oculta más al norte, que lo puede conducir a retaguardia del enemigo. En la tarde del 18 de Febrero, bajo una lluvia torrencial, el ejército patriota se interna en dicha quebrada. Un oficial se acercó a Tristán y le advierte la jugada: los patriotas están a la retaguardia. Tristán no lo puede creer: -…¡Sólo que fueran pájaros!... – exclama-. “Por su parte Belgrano, a la madrugada, aunque tiene varios vómitos de sangre, está resuelto a mandar la acción, en persona”

3.- La Batalla. El 20 de febrero de 1813 sostuvieron la Batalla de Salta las tropas patriotas al mando del Gral. Manuel Belgrano y las realistas comandadas por el Gral. Pío Tristán. En ambos bandos había españoles y americanos, el mismísimo Tristán era peruano e inicialmente había estado del lado de la revolución pero, la dureza de Castelli lo volcó al campo realista, participó en Desaguadero, desastre patriota. Del lado de la revolución combatió Arenales, que era español. En la población salteña había una profunda división entre patriotas y realistas.

En la batalla de Salta se desplegó por primera vez en combate la bandera celeste y blanca creada por Belgrano, “la cual según su profético deseo de hacía un año, estaba reservada para aparecer cubriendo las tropas de la independencia el día de la gran victoria”. La infantería realista abre el fuego. Una bala alcanza a Díaz Vélez, quien debe retirarse del campo de batalla por la pérdida de sangre. Belgrano llama a Dorrego y le ordena:- Avance usted y llévese por delante al enemigo; pero no intercepte nuestra artillería.- Este, apoyado por la caballería y sostenido por los fuegos de la artillería, recuperó el terreno perdido

Los realistas se afirman en las faldas del cerro San Bernardo y desde allí sostienen una resistencia vigorosa. Belgrano acude oportunamente con la reserva en apoyo de su ala izquierda. Bajo los fuegos combinados de la artillería y la fusilaría terminan por dispersarse aquellos últimos restos del ejército realista que aún quedaban en el campo de batalla. La mayor parte del ala derecha enemiga se rindió a los patriotas. El Comandante Zelaya con sus Dragones tomó la Iglesia de la Merced

“La participación de las mujeres en Salta, fue fundamental para obtener la victoria de las armas patriotas”. Junto a Martina Silva de Gurruchaga “ aquella mañana montaron a caballo, y apoyándose en la pequeña fuerza que había preparado, recorrieron la tierra que quedaba a espaldas de aquellas lomas, que eran muy pobladas de campesinos agricultores, los recogieron a todos y los arriaron a la batalla”, esta acción fue decisiva para forzar la retirada del Marqués de Yavi. ( En el Museo de Salta, está el retrato y la Historia de esta señora patriota, quien además ayuda con dinero a Belgrano).

Otra anécdota de la lucha está referida a la amistad de Belgrano con Tristán: “Al fin, tocóle el turno de rendirse al general del rey. El General realista Tristán apéase del caballo y avanza hacia Belgrano para entregar la espada, cuando éste, conmovido por el inmenso infortunio que padecía, el que en España había sido su condiscípulo y amigo, habían vivido en Madrid bajo un mismo techo, sufrió al tratarlo con tanta dureza; tendió los brazos a Tristán y lo estrechó en un abrazo”.

4.- Rendición de Tristán . Lo más duro de la batalla se libró en el ala derecha realista ocupada por el Real de Lima, formado exclusivamente por españoles al cual Belgrano enfrentó con el Regimiento Número Uno, “su preferido, cuyos oficiales y tropas, todos porteños, se hicieron notables aquel día portándose con una bravura y una bizarría no menor que la del enemigo. De ambos lados perecieron soldados. “El Coronel realista La Hera, se presenta ante Belgrano para pedir capitulación. Belgrano le contesta: “dígale a su General que mi corazón se despedaza al ver tanta sangre americana. Otorgo una honrosa capitulación. Que cese el fuego”.

5. La Capitulación. Suspendido el fuego, por la tarde convienen los detalles de la capitulación. Queda acordado que al día siguiente los soldados realistas salgan de la ciudad, rindan las armas y entreguen los pertrechos de guerra, quedando obligados por juramento, desde el general a no volver a tomar las armas contra la Provincias Unidas hasta los límites del Desaguadero. Belgrano devolverá todos los prisioneros, a cambio de igual actitud por parte de los realistas, quienes deberán entregar los prisioneros patriotas que tiene Goyeneche en el Alto Perú.

Paz, recuerda que “en la mañana del 21, los dos ejércitos estaban sobre las armas. El uno, para entregar sus armas; el otro, para recibirlas. El tiempo seguía lluvioso. El batallón que llevaba la cabeza, empezó a desfilar por delante del jefe y hombres nuestros, que estaban apostados para recibir el armamento y el abanderado entregó, finalmente, la Real Insignia, que simbolizaba la conquista y un vasallaje de 300 años”. ”Así desfilan 2.786 hombres. La caballería echa pie a tierra y rinde sus sables y carabinas; la artillería entrega sus cañones, carros y municiones. Belgrano dispensa al general Tristán de la humillación de entregarle personalmente la espada, y lo abraza ante todos los presentes”. “Belgrano quiso inocular a los vencidos el espíritu de la revolución ganándolos por la gratitud”. Después de esta victoria, hubo 481 muertos, 114 heridos, 2.776 rendidos. “El Ejército Realista, no cumplió con esta promesa”.

En medio del campo de Castañares se abre una fosa común, donde son enterrados los muertos de ambos ejércitos, y sobre ella se levanta una gran cruz de madera con esta sencilla inscripción: "A los vencedores y vencidos en Salta, el 20 de Febrero de 1813". El visitante puede observar actualmente el Monumento, en la ciudad de Salta, en una gran plaza.

6.- Los 40.000 pesos en reconocimiento. Enterados en Buenos Aires: “...la asamblea decretó se le entregara a Belgrano cuarenta mil pesos del tesoro público, en premio a sus servicios, los que el noble y desinteresado soldado de la revolución, en su grande pureza, aceptó, no para sí, sino para establecer con ellos cuatro escuelas públicas de primeras letras en Tarija, Jujuy, Tucumán y de Santiago del Estero”.

(Bibliografía: B. Mitre: Historia de Belgrano y la Independencia; Pérez Amuchástegui: Crónicas Argentinas; José María Rosa: Historia Argentina; Juan Domingo Perón: Historia Argentina).

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Belgrano y la batalla de Tucumán

24 de Septiembre de 1812



Manuel Belgrano conducía el Exodo jujeño hacia Tucumán, perseguido por el ejército realista del general tarijeño Pío Tristán, quien halló el pueblo de Jujuy vacío, en silencio, con cenizas y algunos hostigamientos de las partidas criollas.

Belgrano recibió la orden del Triunvirato: “Repliéguese a Córdoba definitivamente”.

Deseoso por enarbolar la Bandera Patria contestó: “Estoy decidido a presentar batalla”. Pidió al pueblo tucumano su apoyo y lo consiguió; contó con la ayuda de algunas familias patricias, como los Aráoz, vinculados a su ejército por el coronel Eustaquio Díaz Vélez -cuya madre era Aráoz- y el joven teniente de Dragones Gregorio Aráoz de La Madrid, patriotas. Le ordenó a Juan Ramón Balcarce que “consiga refuerzos y reclute un cuerpo de caballería”. Cuando llegó con el grueso del Exodo y del ejército, sin más armas que unas lanzas improvisadas, sin uniformes y solo con los guardamontes con los que habrían de hacerse famosos. Balcarce tenía organizada una fuerza de 400 hombres, era la Caballería Gaucha que haría su bautismo de fuego en Tucumán.

EL REPLIEGUE Y SIN BATALLA.

Buenos Aires insistía: “Retirarse hasta Córdoba sin presentar batalla”. El jefe Belgrano, estaba resuelto a desobedecer la orden, quedándose en Tucumán por el valor estratégico. Entre el 13 y el 24 de septiembre, Belgrano organizó la defensa. Con el ejército enemigo a la vista, escribió el mismo 24: "Algo es preciso aventurar y ésta es la ocasión de hacerlo; voy a presentar batalla fuera del pueblo y en caso desgraciado me encerraré en la plaza hasta concluir con honor".

El 24 de septiembre de 1812 Aráoz de Lamadrid, en partida de reconocimiento, prendió fuego a los campos y el incendio con el viento del Sur, originó temibles llamaradas hacia el ejército enemigo, lo desordenó, y lo hizo virar hacia el viejo camino del Perú, se detuvo a una legua de Tucumán, en el lugar del Manantial. Fue una táctica envolvente de Tristán para cortar a Belgrano su retirada hacia Córdoba; pero no hubo más táctica envolvente que la del incendio. Belgrano con su ejército, tuvo que contramarchar para situarse en el Campo de las Carreras (actual Plaza Belgrano de la ciudad), de cara al enemigo, resultó una nueva sorpresa.

Los españoles contaban con 4.000 hombres equipados. Los patriotas, 2000 mal armados, comandados por Juan Ramón Balcarce y apoyados por los Dragones y la Caballería Gaucha tucumana.

A la mañana empezó la batalla, narra José María Paz, "uno de los combates más difíciles de describir, no obstante el corto número de los combatientes. El ala izquierda y centro enemigos fueron arrollados; nuestra izquierda perdió terreno en desorden, el comandante Superí estaba prisionero por una partida enemiga, siguió una gran confusión".

LA MANGA DE LANGOSTA.

El tucumano Marcelino de la Rosa narra que “a mitad de la batalla ocurrió de repente algo que nunca habían visto los soldados enemigos, que contribuyó a desbandarlos y a infundirles pánico. Sobrevino un gran ventarrón, desatado y furioso del Sur. El ruido en los bosques, en la sierra , en los árboles inmediatos, la densa nube de polvo y una manga de langostas, cubrió el cielo y oscureció el día, dando a la escena un aspecto terrorífico. Millones de langostas, con el viento, largadas en picada hacían fuertes y secos impactos en los pechos y las caras de los combatientes. Los criollos, las conocían, al sentir esos golpes. El espanto de los altoperuanos, fue peor al sentir en sus cuerpos tal granizada. Según Paz,”se creyeron heridos de bala que no eran sino langostazos”.

FACTOR DECISIVO

El factor decisivo para el triunfo fue la acción prodigiosa de la Caballería Gaucha tucumana del ala derecha. Esta llevó su gran atropellada sobre el enemigo de un modo formidable. Con las lanzas en ristre, a toda la furia de su caballada, haciendo sonar sus guardamontes y dando alaridos, cargaron estos valientes milicianos criollos lo mismo que una tromba. Nada pudo oponerle el enemigo a su paso. La caballería Tarijeña, se asustó y huyó. La infantería realista no pudo contenerlos. Los patriotas atravesaron el ejército enemigo. Llegaron hasta donde estaban los bagajes, las mulas cargadas de oro y plata, ricos equipajes del ejército real. Expropiaron todo al enemigo. La Caballería Gaucha era de hombres del campo, tan pobres como toscos... “pero valientes”.

El general Belgrano, fue empujado fuera del campo de batalla hasta cerca del Rincón. Tristán, replegado sobre el Manantial con una columna que salvó, trataba de reunir los contingentes dispersos. La infantería patriota restante, quedó dueña del campo de batalla, pero se replegó sobre la ciudad para acantonarse, y preparar desde allí su defensa bajo el mando del coronel Díaz Vélez.

Cuenta Paz que encontró a Belgrano, “acompañado por Moldes, sus ayudantes y algunos pocos hombres, el general y sus compañeros no sabían del éxito de la acción, e ignoraban si la plaza se conservaba en manos de los patriotas. Tras la aparición del jefe, empezaron a reunirse los dispersos de caballería”. Balcarce con algunos oficiales y veinte hombres de tropa, se aproximó a felicitar a Belgrano, gritando "¡Viva la Patria!", manifestando la más grande alegría por la victoria conseguida. Pero Belgrano quería más datos. Nosotros, hemos triunfado del enemigo y juzgo que en todas partes habrá sucedido lo mismo. Quedó el campo cubierto de cadáveres y despojos”,-insistían-. ” Belgrano nada sabía del total de la infantería, ni de la plaza, al atardecer comprendió la suerte corrida por el resto del ejército”.

INTIMACIÓN REALISTA. BELGRANO TAMBIÉN INTIMA.

Pío Tristán reorganizó a los suyos, pero perdió el parque y la mayor parte de los cañones. Intimó rendición a Díaz Vélez con la amenaza de incendiar la ciudad. Este le respondió que degollarían a los prisioneros, entre los cuales figuraban cuatro coroneles. Durante toda la noche permaneció Tristán junto a la ciudad, sin atreverse a cumplir su amenaza.

El día 25 por la mañana encontró que Belgrano, estaba a su retaguardia y vio su situación comprometida. Belgrano le intimó rendición "en nombre de la fraternidad americana". Sin aceptarla y sin combatir, Tristán se retiró esa misma noche por el camino de Salta, dejando 453 muertos, 687 prisioneros, 13 cañones, 358 fusiles y todo el parque, compuesto de 39 carretas con 70 cajas de municiones y 87 tiendas de campaña. Sus pérdidas de armas dejarán al ejército patriota provisto para toda la campaña, y harán posible una nueva próxima victoria en Salta. Las bajas patriotas, por otra parte, son escasas: 65 muertos y 187 heridos. Belgrano, esperando la rendición de Tristán, no lo persigue y sólo encomienda a Díaz Vélez que "pique su retaguardia" con 600 hombres.

OPINIONES DE VICENTE FIDEL LOPEZ Y MITRE.

”La batalla de Tucumán, dijo Vicente Fidel López, fue la más criolla de todas cuantas batallas se han dado en el territorio argentino". Sobre su trascendencia, Mitre expresó: "Lo que hace más gloriosa esta batalla fue no tanto el heroísmo de las tropas y la resolución de su general, cuanto la inmensa influencia que tuvo en los destinos de la revolución americana. En Tucumán triunfó la revolución argentina, que contribuyó de manera directa y eficaz al triunfo de la Independencia Americana y a la integridad de nuestro territorio. Si Belgrano, obedecía las órdenes de Buenos Aires, se retiraba, las provincias del Norte se perdían para siempre, como se perdió el Alto Perú para la República Argentina".

EL BASTON DE MANDO A LA VIRGEN DE LA MERCED.

El general Manuel Belgrano, maestro de humildad y gratitud, reconociendo el carácter decisivo de la Batalla de Tucumán y la influencia de la Providencia en su resolución, nombra a la Virgen de la Merced (cuya advocación se conmemora justamente el 24 de septiembre) Generala del Ejército del Norte, y le entrega su bastón de mando.

La noticia de la feliz desobediencia y la trascendente victoria de Belgrano en Tucumán llegó a Buenos Aires, ciudad del puerto, donde vivían un mundo de represión, conspiración fusilamientos, horcas y la imposición del candidato de Rivadavia el doctor Pedro Medrano, sobre Monteagudo para la designación de un nuevo Triunvirato.

Sin embargo, al amanecer del 8 de octubre de 1812 aparecieron formadas en la Plaza de la Victoria las fuerzas de la guarnición de Buenos Aires conducidas por San Martín y Alvear, llegados de Europa. El flamante Regimiento de Granaderos (la Caballería Napoleónica, la última palabra del arma) surgía al mando de su fundador el coronel José de San Martín.

Prof. y Lic. Luis Angel Maggi.
Correo: luisangelmaggi@yahoo.com.ar

Curriculum Vitae

Formación Académica

- Obtuvo el Título de Maestro Normal Nacional en el Instituto Nuestra Señora del Rosario en Colonia Vignaud, Provincia de Córdoba; Realizó estudios de Latín y Griego; Filosóficos y Humanísticos desde 1953 a 1963.
- Se le otorga el Título de Profesor de Historia y Geografía para los Colegios Salesianos el año 1963.
Inició los estudios Bíblicos y Teológicos en el Seminario de la Ciudad de Córdoba. 1967-1969.
- Cursó la Carrera de Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario, 1972 y obtuvo el Título de Licenciado en Comunicación Social, en 1978.
- Egresó como Mediador Nacional del Curso dictado en el Colegio de Abogados de Rosario, 1999, especializándose en “Mediación Escolar entre Pares”.
- Es “Profesor de Enseñanza Media y Superior en Comunicación Social”, luego de cursar el ciclo de Grado, en la UNR desde Abril de1998 a Diciembre del año 2000.
- Cursó y aprobó el Postítulo de “Curriculum y Didáctica en Contexto de Pobreza”, en la FLACSO, año 2004-2005.

Actividad y Experiencia Docente

- Inició la carrera docente en la Escuela Agrícola Salesiana de Ferré, provincia de Buenos Aires.1964 -1967. Maestro de Grado y Profesor en el Colegio Secundario.
- Fue Profesor de Historia y Geografía en el Colegio Salesiano San José de Rosario, dirigente de grupos juveniles y catequista, 1970-1976.
- Desarrolló la carrera docente en varios Establecimientos de la Ciudad de Rosario, Villa Constitución y Godoy, en los Niveles Primarios, Secundarios y Terciarios.
- Ejerció la Dirección de la Escuela Centro Educativo Santafesino Nº 1313, desde 1988 al 2003 y en la Escuela Madre Teresa de Calcuta Nº 1364, período 2003-2004.
- Fue Supervisión de Escuelas EGB del Servicio Provincial de Educación Privada de la Provincia de Santa Fe, en el año 2004, por Concurso, hasta fines del 2007.
- Dictó numerosos Cursos de Historia, Comunicación y Mediación.

Otras actividades afines

- Participó del Congreso Mundial de Exalumnos de Colegios Salesianos el año 1971, realizado en Turín y en Roma, Italia.
- Fue Secretario de la Comuna de Sargento Cabral y Presidente Comunal Interino en el período 1972- 1976.
- Es miembro de Número del Instituto Belgraniano de Rosario desde 1997 y continúa y de la Comisión Amigos de la Biblioteca Argentina “Dr. Juan Alvarez”, de Rosario y continúa.
- Escribió numerosos artículos en diarios y revistas nacionales, publicó varios libros para uso escolar y divulgación del pensamiento nacional: Vida de Manuel Belgrano, San Martín, Juan Manuel de Rosas, Nicolás Savio, Enrique Mosconi, Estanislao López, La Vuelta de Obligado, Punta Quebracho, Carmen de Patagones, Las Islas Malvinas, Los Miedos, La Mediación Práctica en la Escuela y videos relacionados.
- Fue Coordinador del Centro de Mediadores Escolares en la Casa del Foro el año 2000
- Participó en la confección de guiones en los videos: El Monumento a la Bandera Nacional, Tesoros en el Tiempo, Carmen del Sauce, Batalla de Pavón y Cepeda y Biografía del Padre Rogelio Pizzi.