Ayohuma. Las niñas y mujeres de Ayohuma.

Batalla de Ayohuma:
El 15 de Noviembre,  se conmemora el valor y abnegación de un grupo de mujeres conocido como las valientes mujeres de Ayohuma quienes auxiliaron a los heridos durante la batalla, llegando algunas de ellas a combatir como un soldado más.
 Entre éstas se destacó la capitana parda María Remedios del Valle (fallecida en 1847), desde entonces conocida por los combatientes como Madre de la Patria, y sus dos hijas, que cruzaban el campo de batalla como si nada estuviese pasando y daban de beber a los heridos. 
Se las veía cruzar impertérritas el campo de batalla para ir a buscar el precioso líquido con que aliviar la sed de los caídos, a quienes curaban e infundían consuelo y esperanza. íCuántos de aquellos sufrientes habrán recordado en esos momentos, cuando recibían el afecto maternal de esas mujeres, el de otras madres, esposas, hijas, novias... que en distantes ciudades y pueblos estaban imposibilitadas de hacer otra cosa que no fuera rezar por ellos! 
La tradición local las recuerda como las "Niñas de Ayohuma".

Batalla de Punta Quebracho. 4 de Junio 1846.

Batalla de Punta Quebracho. Soberanía.
Asociación Cultural Sanmartiniana Mi Tebaida
4 DE JUNIO DE 1846, PUNTA DEL QUEBRACHO.
El verdadero Día de la Soberanía debiera ser otro.
La historia argentina tiene olvidos. Y uno de los más dolorosos es el de lo sucedido con la defensa de nuestra soberanía ante la escuadra anglofrancesa que, ignorándola, remontó el río Paraná venciendo en la Vuelta de Obligado (actual San Pedro, Provincia de Buenos Aires).
Sí; Obligado fue una derrota patriota. Honrosa y digna, pero derrota. Pero Punta del Quebracho fue una victoria y una revancha.
A 8 meses de los hechos de Obligado, cuando franceses e ingleses volvían de comerciar en el norte argentino y la República de Paraguay, se dio el combate de Punta del Quebracho, en el actual Puerto General San Martín, Provincia de Santa Fe.
Nuevamente el general Lucio Norberto Mansilla colocó a sus tropas a la vera del río, esta vez en un recodo angosto y con altas barrancas.
El 4 de junio de 1846 las tropas de la Confederación Argentina derrotaron a la escuadra invasora en un ataque duró más de 3 horas.
Es bueno revisar los hechos históricos sobre el río Paraná y considerar a esta acción como un hito en la lucha por resguardar la Independencia y la soberanía argentina que sostenía el brigadier Juan Manuel de Rosas, en momentos en que las pretensiones británicas y francesas pasaban por transitar libremente por las aguas de nuestro país.
Las tropas resguardadas por las barrancas esperaban el paso del enemigo con 17 cañones, 600 infantes, 150 carabineros y algunos patricios. Además instalaron 2 baterías y algunas fuerzas de infantería al mando de Thorne, mientras que en el otro extremo, sobre la ribera entrerriana, se ubicó el batallón Santa Coloma.
Cuando los buques de guerra estuvieron a tiro, un grito de "¡Viva la Patria!", convocó a la lucha. "¡Viva la soberana independencia argentina!", fue la voz del general Mansilla, y el fuego comenzó.
Los soldados y los cañones patrios estaban resguardados para la artillería enemiga por la altura en la que estaban emplazados. El caos se apoderó de las embarcaciones anglo francesas que, apresuradas por huir, sufrieron el duro fuego criollo.
2 buques mercantes hundidos, 4 incendiados para no caer en manos argentinas y los vapores de guerra "Harpy" y "Gorgon" resultaron seriamente dañados.
El capitán inglés Hotham informó sobre las bajas que les produjo la agresión sufrida en Punta del Quebracho: “Los buques han sufrido mucho. Escapar con la mayor velocidad posible fue el único objetivo”.
La jornada resultó azul y blanca, porque ahora la escuadra combinada de los invasores tuvo que huir derrotada.
Con los hierros rescatados de los barcos hundidos se forjaron las primeras farolas que iluminaron las calles rosarinas.
La maltrecha armada invasora logró alcanzar el puerto de Montevideo, pero en vista de los acontecimientos, Gran Bretalña y Francia, dos de los más grandes potencias del mundo de la época, decidieron no intentar una segunda expedición.
El triunfo argentino sobre los invasores británicos y franceses del que nada se dice en las escuelas, inexplicablemente no está en las efemérides patrias.
(reseña publicada originalmente por la página "Cuenteando historias").

“Día del Profesor” 17 de setiembre 2010


  • Acto Público Organizado por el Instituto José Manuel Estrada
  • Plaza del Foro, frente al busto de J.M. Estrada
  • (Av. Pellegrini y Bv. Oroño)
  • Rosario, 17 de septiembre de 2010. Santa Fe
  • Palabras Alusivas, Prof. Fabián Ledesma 
  • Sres. Funcionarios Públicos
  • Sr. Presidente del Instituto J. M. Estrada: Lic. Carlos Robledo
  • Autoridades y alumnos de Establecimientos Educativos. Público Presente
  • Y de modo especialísimo, en vuestro día, a vosotros: Estimados Profesores
  • Con regocijo y honor plenos, de mi mayor consideración:
  • “¡Cerca de veinte años de mi vida pasados en la Cátedra, me han enseñado a amar a la juventud! Al despedirme de ella, he querido recibiros – queridos alumnos – rodeado de mis hijos, a quienes seguís en mis predilecciones; y en esta casa, cuya modestia os prueba, que en esos veinte años he pensado mucho en vosotros, y muy poco en mí mismo. (...) Ha sido para mí la enseñanza un altísimo ministerio social, a cuyo desempeño he sacrificado el brillo de la vida y las solicitudes de la fortuna: el tiempo, el reposo, la salud, y en momentos amargos, mi paz y la alegría de mi familia”
  • J.M.E. 21/06/1884
  • Palabras sencillas, palabras profundas, diáfanos versos que, al ser contextualizados y escudriñados a la luz de la historia, aguijonean el pecho y estremecen el espíritu. Entre la letra y la sangre, la erudición y la vida; entre la cátedra, el aula, la Patria, el hogar; vertidas y manadas del corazón magnánimo y doliente de un varón ejemplar, dichas líneas constituyen apenas un breve fragmento de las entrañables palabras de despedida que el veintiuno de junio de 1884, pronunciara por última vez don José Manuel Estrada. 
  • El eximio profesor acababa de ser exonerado y despojado vil e ignominiosamente de sus cargos docentes profesionales, y sus alumnos - en este caso de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales - a quienes él gustaba llamar “mis jóvenes amigos”, se solidarizaban con su maestro visitándolo en el domicilio.
  • Icono y testigo viviente de un acontecer histórico crucial para la República Argentina; hombre profundamente bueno de una notable e irrevocable coherencia y unidad de vida; fiel heraldo de los asuntos de la Patria. Pero sobre todo, ante todo y fundamentalmente, EDUCADOR: ¡ése fue don José Manuel Estrada! Asumiendo todo el genuino pasado que ha de configurar nuestra imponderable tradición histórica, tradición que en sus raíces es al mismo tiempo, greco-romana, hispano-católica e indo-americana, Estrada se convirtió, por este motivo y como todo buen maestro, en continuador de la savia vital de la Argentina. Dueño de una palabra enérgica, esplendorosa y punzante, como así también de una inteligencia excepcional, nuestro prócer hizo de su magisterio un verdadero arte al servicio del bien, de la verdad y del saber.
  • En este sentido, y además de constituirse en modelo cabal y arquetípico de Profesor, José Manuel Estrada fue y es, particularmente de modo singular, referente testimonial de Profesor Católico. A este respecto, en el seno de un siglo atravesado y avasallado por el siniestro laicismo europeizante, que importaba ideas y costumbres liberales y anticristianas, Estrada exhortaba a sus jóvenes alumnos y afirmaba: “Preconizad a Cristo y a su Reino” “El Reino de Cristo plasmará la sociedad argentina, o la discordia de sus elementos la destruirá. La razón sin la fe es el hombre sin Cristo; y el hombre sin Cristo marcha en las tinieblas” “El porvenir es arduo – arengaba en otro de sus brillantes discursos- pero es sangre de héroe ésa que hierve en vuestros pechos juveniles. ¡No la dejéis corromperse! ¡No la dejéis entibiarse! (...) No esterilicéis esa fe sagrada y noble de la primera edad. ¡Servidla, queridos amigos, con abnegación, con sacrifico, con virilidad!” 
  • A ciento dieciséis años de su partida hacia la bienaventuranza eterna, tanto hoy como ayer, su persona y su figura continúan revistiendo para todo auténtico educador, una enorme y enaltecedora significación. Por eso lo honramos y conmemoramos; por eso hoy, en el marco de este nuevo 17 de septiembre, cuando se va clausurando la primera década de este milenio preñado de ilusiones, de incredulidades y de vitales incertidumbres, humildemente y con una enorme gratitud, le rendimos este modesto y harto merecido homenaje. En efecto, ¿en qué consiste la vocación de educar sino en consumir la propia existencia bajo el celo ardiente de un quehacer que se regocija en el servicio desinteresado, destinado a ayudar y contribuir para que el otro – ya niño, ya adolescente y/o joven- sea y despliegue todo lo que puede llegar a ser? ¿acaso la lección del ejemplo no es la que a todas supera en elocuencia? Entonces ¿qué otra enseñanza habrá de ser más edificante y educativa que la del testimonio de una vida íntegra cuyas más frescas primaveras acontecieron y transcurrieron al interior de las aulas?
  • Por lo tanto, estimado público presente y en particular, a vosotros señores profesores, que la persona, vida y obra de José Manuel Estrada os sirva, hoy y siempre, como testimonio y como ejemplo, como faro y como guía, como fuerza e inspiración. Con renovado fervor, debemos aunar esfuerzos y corazones y trabajar impetuosa e incansablemente para volver a llevar a lo más alto del escenario social, la tan vilipendiada y denigrada profesión docente. Urge despertar nuevas vocaciones, alimentar las ya encendidas, y re-significar, con la misma esperanza y alegría de los primeros días, los generosos años de experiencia. 
  • Aunque abunden los hipócritas, los soberbios y los ambiciosos; aunque proliferen las vanidosas partidocracias enamoradas de los deleites del poder; más allá de que la dictadura del relativismo que hoy tanto nos acucia pareciera no tener freno, es menester afirmar categórica y enérgicamente que: ¡jamás podrá ser lo mismo un burro que un gran profesor! 
  • Para concluir, y con el permiso y la benevolencia de los aquí presentes, vuelvo a enfocar especialmente estas palabras a los señores profesores, para dirigirles una última y calurosa consideración: estén atentos y alertas, y guárdense de no abdicar ni sucumbir ante las tentaciones del cansancio, de la frustración, de la acedia. Por el contrario: ¡Gallardía! ¡Heroísmo! ¡Ánimo! Allí, en efecto, reposando en el devenir misterioso de la vida, habrán de estar siempre las jóvenes almas aguardando impaciente vuestras manos alfareras. Ávidas de verdad y de justicia, sedientas de bien y de libertad, os habrán de esperar que el trazado de vuestra tiza confiera rumbo y horizonte a su inexperto e inocente vuelo... 
  • ... Estimado Docente, querido Profesor: para esas novicias almas te has formado. Por y para ellas, eres lo que eres. Recuérdalo. Ejércelo. Vívelo. Y serás dichoso, y serás pleno. Y al cabo de muchos años cuando tu cosecha atesore infinitas gratitudes, acaso serás inmensamente feliz. Pues, habrás caído en la cuenta de haber sido, sencilla y maravillosamente, una buena persona, y de modo especial, ¡UN GRAN PROFESOR!
  • ¡FELIZ DÍA DEL PROFESOR!

Palabras que duelen. 17 de Sept. 2017. Uruguay

PALABRAS QUE DUELEN. 
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Roberto Lazar. Montevideo Uruguay.

"No te van a querer ni los perros", era la frase que ella siempre usaba para retar a sus hijos cuando se portaban mal. Primero, venía el pellizcón, y después, como de remate, esta frase punzante, aguda. Seguramente, si le preguntan, ella los educó con amor. Y en nombre del amor, dijo frases como estas.
"¿Quién quiere otro choripán?", preguntó Carlos en el cumple de su hija.
Ella estaba festejando sus 19 y él se había ofrecido de asador.
"¿Quién quiere otro choripán?", insistió.
"Vos no, mi amor, que estás muy gorda", fue la frase que disparó delante de todos sus amigos.
Ella se puso roja de vergüenza, un nudo enorme le cerró la garganta y no comió más. Se levantó despacio y la soledad de su cuarto adolescente fue el mejor refugio hasta la madrugada del día siguiente.
El padre murió preguntándose qué hizo mal esa noche.
"Vamos, no seas mariquita", le dijo su profesor de natación cuando él –que en ese momento tenía 6 años– pidió una toalla al salir de la pileta porque tenía frío. Y todos sus amigos empezaron a reírse. "Mariquita, mariquita", le gritaron. Y el profesor, lejos de hacerlos callar, los alentó. Nunca más volvió a nadar.
"Sos un elefante dentro de la clase", le dijo su profesora de Dibujo el primer día del primer año del secundario. Ella venía de un primario impecable, donde Dibujo era su materia preferida. Y era, para hacer honor a la verdad, una joven promesa. Ese año, se llevó Dibujo a diciembre. Volvió a dibujar 28 años después, cuando –terapia mediante– descubrió cuánto la había inmovilizado esa frase.
El Perito Moreno fue el lugar elegido para festejar sus 10 años de casados. Caminata por el glaciar, todos los turistas en hilera para no resbalarse. Ella iba delante; él, detrás. "Tu culo me tapa todo el sol", fue la frase que eligió él para hacer un chiste. Y no entendió por qué esa noche ella se encerró en el baño a llorar.
Son frases que no te matan, pero te marcan para toda la vida.
Frases de mierda.
No importa cuántas horas de terapia le dediques a deshacerlas, ellas están ahí... rondando, para reaparecer sin previo aviso.
Son frases que, cuando las contás, te parece que estás exagerando, que no pudieron ser así, que quizá las recordás mal.
Las PALABRAS QUE DUELEN tardan muchos años en salir del corazón del otro, y hasta a veces no salen.
PENSEMOS ANTES DE HABLAR, para no herir el corazón de los que mas amamos.
Es cierto que solo aquellos que a su vez fueron muy heridos ellos mismos terminan hiriendo a sus hijos, como muestra la figura adjunta.
No es excusa.
Y es por eso que antes de tener hijos, uno debiera pasarse en limpio.
Porque no es solo esto de las palabras hirientes, sino que en general, los traumas irresueltos y las asignaturas pendientes, son transmitidas, inconscientemente, de padres a hijos.
Jung, principal discípulo de Freud y creador de su propia rama de la psicología, decía que el mejor regalo que le podemos hacer a nuestros hijos, es un inconsciente propio que ya ha sido limpiado de sus propias heridas (y falsas creencias, agregaría yo).
En un mundo racional, pasarse  en limpio no seria opcional sino obligatorio para poder sacar "licencia para tener hijos".
REFERENCIAS. 
1.- Coloco en mi blog:www.luisangelmaggi.blogspot.com, este texto, como un aporte a los colegas docentes  y padres.
2.- ¿Cuándo nace la violencia? Este texto es un aporte para reflexionar también sobre el BUILLYNG.

3.- Tomado del FACEBOOK, Silvia Umpierez, Muro de Psicología Infantil y editado, Rep. Oriental del Uruguay.