La lectura y los adolescentes.-Te cuento las cuarenta. - 31 - 05 - 2020.-

Los chicos y la lectura: mitos y propuestas de trabajo.
Karina Echevarría es docente y escritora y aporta consejos para promover la lectura en los adolescentes.

La Capital.-Sábado 30 de Mayo de 2020
Frente al confinamiento derivado de la pandemia, las bibliotecas virtuales del mundo liberaron sus obras como un regalo destinado a mitigar los momentos de hastío. Obras literarias de todos los géneros, para todos los gustos y todas las edades circulan por el ciberespacio en forma gratuita. Una oportunidad ideal para ser aprovechada por los docentes que continúan educando en este escenario inédito, aunque no desprovista de interrogantes para quienes se animen a emplear el recurso literario con sus alumnos ¿Les interesa leer a los adolescentes? ¿Cómo motivar a los chicos y chicas a acercarse a la literatura?
   Karina Echevarría es escritora, docente y licenciada en la enseñanza de la lengua y la comunicación, y magíster en promoción de la lectura y literatura infantil y juvenil. En diálogo con La Capital se anima a cuestionar mitos sobre la lectura, analiza el escenario presente y aporta consejos para promover la lectura en los adolescentes. Echevarría es autora de Literatura y adolescencia, cómo entusiasmar a los jóvenes lectores (Homo Sapiens Ediciones).
   El primer mito que aborda Echevarría es el que sostiene que “los adolescentes no leen”. Ante esta afirmación, la especialista responde con total convicción: “Decir que los chicos no leen es una absoluta mentira, es un mito, es una frase hecha. Estoy convencida que los adolescentes sí leen, leen de otra manera, leen otras cosas, pero leen y les interesa leer”. Y redobla la apuesta: “Creo que son los adultos los que hoy no leen tanto, veo más adultos enganchados con la televisión que jóvenes o adolescentes”.
   En el caso de la escuela, para Echevarría “el problema que tienen algunos docentes es que quieren que los chicos lean lo que ellos quieren que lean, y eso es un problema. Si quieren que los adolescentes lean El Quijote no les va a resultar sencillo lograrlo, porque es un texto que está muy lejos de ellos, porque no tienen las herramientas y porque además, no tienen la necesidad de leerlo”. Por el contrario, recuerda lo entusiasmados que estaban muchos chicos y chicas con la saga Crepúsculo (de Stephenie Meyer). “Eso sí lo leen, porque tienen una necesidad de ese tipo de historias. Son las mismas historias que para nuestras abuelas fueron las novelas rosas o las de Corín Tellado, generan una necesidad de leer porque son historias que uno necesita a esa edad y hay que entender que los chicos se aferran a sus necesidades”.
De alumnos y lectores
Frente al interrogante sobre si los docentes conocen las experiencias de lectura de los chicos y chicas, afirma que uno de los temas más importantes en la educación es el diálogo y conocer a la persona que está enfrente. “Es primordial en educación conocer al otro, saber qué está haciendo el otro. Yo me he llevado sorpresas muy grandes, a veces por prejuicios creés que fulano o mengano no lee, pero te ponés a conversar un poco y de repente te encontrás con unos lectores desafiantes, que te proponen lecturas, que te traen libros y te dicen «profe, leete esto», y cuando lo leés decís «¡Ah, pero esto es bueno!». Uno por prejuicio muchas veces subestima al otro”.
   Echevarría sostiene que muchas situaciones mal abordadas en educación tienen que ver con menospreciar a los alumnos, especialmente como lectores. “Muchas veces subestimamos la experiencias que los chicos tienen y es un error, porque ellos tienen miradas que los adultos no tenemos. Hay que entender que la literatura apunta a la experiencia vital, a buscar el autoconocimiento y el reconocerse en el otro, por eso es fundamental considerar las experiencias que los chicos y chicas tienen y pueden llevar a la literatura, cómo se sienten a partir de reconocerse y encontrarse en la lectura”.
   En Literatura y adolescencia, Echevarría hace referencia a respetar la autonomía del lector, entendiendo que éste lee lo que quiere y lo que lo atrae. La organización del ciclo escolar y sus exigencias en materia de rendimiento hacen inevitable y urgente la pregunta acerca de si al seguir rígidamente un programa no se está conspirando contra esa autonomía de los alumnos lectores. Al respecto, la escritora cuenta que la autonomía como característica del lector es una cuestión que siempre debe ser recordada por los docentes a la hora de promover la lectura: “Nosotros como lectores leemos lo que queremos, cuando queremos, donde queremos, del modo que queremos, si queremos nos salteamos páginas, elegimos a los autores, tenemos absoluta autonomía de nuestra lectura. Sin embargo en la escuela les decimos a los chicos que lean este libro, de este autor, que lo terminen para esta fecha, y a veces les decimos hasta cómo lo tienen que leer. Por eso lo que les planteo a los docentes es que hay que dar espacios. Obvio que no pueden decirle a los chicos «lean lo que quieran», porque tiene que abocarse a un plan, pero dentro de ese plan hay posibilidades que no siempre se aprovechan. El programa te dice qué géneros tenés que dar, pero no te dice qué libros, y si vos tenés que dar el género policial podés elegir cinco novelas policiales, mostrárselas a tus alumnos, que las hojeen, las miren, las investiguen y que ellos puedan elegir una para leer”.
De libros y pantallas
El segundo debate que propone abordar Echevarría es el referido a la presunta acción nociva de la pantalla frente a la lectura. Ante esto, la autora se ocupa de derribar ese mito, se define como una amante de la televisión, adicta a las telenovelas y a las series de las nuevas plataformas, y afirma que no cree que de ninguna manera la pantalla conspire contra la lectura.
   Sobre el interrogante de cómo la pantalla puede ser un recurso útil para la promoción de la lectura, la especialista responde que se tratan de diferentes maneras de presentar la ficción. “Los que amamos la ficción y necesitamos de ese mundo paralelo que nos da la literatura —dice— lo podemos disfrutar también a través del cine, a través de una buena película, de una serie, de una historia en la cual podamos identificarnos, en la cual podamos depositar nuestras emociones, en la que podamos pensar y repensarnos, y eso lo puede ofrecer tanto la pantalla como el texto escrito”. Por ese motivo, Echevarría considera que texto y pantalla nunca han conspirado uno contra la otra, sino que se retroalimentan, que la pantalla puede promover la lectura y despertar la curiosidad sobre un montón de historias. Por eso afirma que el eje está en la motivación, en lograr que los alumnos tengan curiosidad, necesidad de leer y ganas de buscar.
Motivación
En su ensayo Como una novela, Daniel Pennac sostiene que el verbo leer no tolera el imperativo, porque no se puede obligar a leer si lo que se desea es formar lectores. Ante esta circunstancia lo que se necesitan son buenos consejos.
   Karina Echevarría dice que la clave son “los motores de la motivación”, que tienen que ver con lo emocional, por lo que propone como primer paso trabajar en un buen vínculo entre el alumno y el docente. Un vínculo positivo que abra la posibilidad de diálogo y, en consecuencia, despertar algún tipo de interés.
   “En ese buen vínculo que tratamos de generar en el aula —dice la especialista— tiene que haber diálogo, tenemos que conocernos, saber qué leen nuestros alumnos, qué les interesa, cuáles son sus preocupaciones y tratar que las lecturas puedan de alguna manera relacionarse con eso. Se trata de no ser una pared que trae un texto cerrado, ya planificado ante de conocerlos, sino de poder incluir a los alumnos dentro de la planificación”.
   Echevarría hace foco en la autonomía como pilar necesario de la motivación, propone generar espacios donde los chicos y las chicas puedan elegir, considerando que esto contribuye a que los adolescentes se hagan cargo de sus propias decisiones. Y a modo de síntesis, afirma: “Estos son a mi criterio los pilares fundamentales de la motivación: los afectos, el diálogo y el respeto por la autonomía del otro”.

Poetiza italiana, visita Rosario. Te cuento las Cuarenta.-31-05-2020.-

Cuando la traducción borra las fronteras.

El próximo viernes, a través de una plataforma virtual, se presenta el  libro de una joven escritora italiana 
traducida por una rosarina. Un proyecto basado en la empatía, que consiguió derrotar a la pandemia.
La Capital.- Domingo 31 de Mayo de 2020 .-Por Matías Petisce .-mpetisce@lacapital.com.ar

Transcurría el otoño de 2016 cuando la joven poeta italiana María Borio le ponía el punto final a su tercer libro. Allí dejaba una nota en la que daba cuenta de los nuevos regímenes de percepción y relación humanas que se avecinaban, tal vez sin saberlo, al ritmo del avance exponencial de la era digital. Tampoco tendría en cuenta que dos años después viajaría a Rosario para el Festival Internacional de Poesía.
Desde su Perugia natal, esta doctora en literatura italiana nacida en 1985 cruzó el océano y se conectó con una colega rosarina, la licenciada en letras, docente y escritora Marina Maggi, quien sería su voz en castellano en el evento internacional.
“El festival tiene esa dinámica de leer la traducción de poetas extranjeros y a mí me tocó leer poemas de María, que estaba como invitada en la edición de 2018. Y desde ahí me puse en contacto con ella y surgió la idea de hacer las traducciones porque quedé enamoradísima de sus poemas”, le cuenta Maggi a Cultura y Libros.
Ese sería el germen de un proceso en ciernes impulsado por la propia Maggi junto al sello rosarino trasnacional Le Pecore Nere, dirigido por Pina Iannuzzi y Regina Cellino, quienes llevarían adelante un trabajo junto al Consulado de Italia para aspirar a un subsidio y poder editar El otro límite (L’altro limite, 2017), la tercera obra de Borio, dentro de las que se encuentran Da montale alla lirica contemporanea (2013), XII cuaderno de poesía italiana contemporanea (2015), La poesia italiana dal 1970 al 2000 y Trasparenza (2019).
Fue así como se pusieron en contacto con María y surgió la traducción, cuya presentación está prevista para este viernes 5 de junio, a las 18.30, a través de Facebook Live, ya que la pandemia impidió realizar la presentación de forma presencial. En la misma estarán representantes del Consulado Italiano y del Instituto de Cultura de ese país, además de Regina, Marina —como intérprete— y la comunicadora social Paula Turina.
“Empezamos a leer los libros a partir de la recomendación de Marina y nos encantó. Ya veníamos haciendo ese trabajo con (el escritor rosarino) Javier Núñez, a quien tradujimos al italiano, y nos pusimos en contacto con ella para comenzar a hacer las traducciones”, cuenta Cellino.
Mientras Maggi traducía los textos, la editorial italoargentina se ponía en contacto con el Instituto Italiano de Cultura, que está en Buenos Aires, para comenzar a gestionar el subsidio que permitiera realizar las traducciones de la obra de Borio. Ese proceso se extendió por un año.
“A partir de esta experiencia decidimos que este sería el comienzo de una serie denominada Pasajes, que reunirá a poetas italianos contemporáneos; María ya cuenta con numerosos premios”, agrega Cellino.
Maggi destaca que el cónsul italiano en Rosario, Martín Brook, estuvo muy presente en todo el proceso, y amplía: “Para mí fue todo un impacto porque no conocía a poetas italianos contemporáneos y, a su vez, fue una novedad hermosa y un desafío porque no tenía ningún antecedente en traducción al italiano; la verdad que quedé enamoradísima de la poética de Borio, que es muy joven y exitosa”, destaca Marina.
Para Marina, la poesía de Borio surge como un lazo hacia la vida de los otros, un extrañamiento radical que conlleva sumergirse en la densidad de las palabras para aflorar de nuevo al mundo como a una superficie radicalmente extraña. “Leyendo a María uno tiene la sensación de que pronunciar las cosas no es solo darles un sentido, sino también echar raíces”, apunta.
En el prólogo, Diego Ventivegna dice que la escritura de Borio tiene un grado de angustia por aquello que no puede ser reapropiado del todo. Porque los lugares de lo contemporáneo, que existen por lo general en el plano de lo “virtual”, convocan modos donde las ideas que tradicionalmente se asocian con el terreno de la poesía parecen ya no tener vigencia.
“El otro límite, sólo la imagen, me dijiste, pero lo borro y lo rescribo: letras, les digo, piénsenlas, en cada letra contemplan una palabra con un pie de niño apoyado en la mano de la madre, esa mano en la panza y la panza en un pensamiento”, se lee en un fragmento.
Dice Santiago Hernández Aparicio que El otro límite es una prueba viviente de lo que afirmaba la poeta Beatriz Vallejos, acerca de que “el misterio es el hijo de la transparencia”.
El próximo viernes, otra de las participantes de la presentación del libro de Borio será la comunicadora social Paula Turina, quien hará las veces de moderadora.
“Me parece que tiene una manera particular de contemplar las relaciones humanas pero también las rutinas y las formas en las que vivimos. Una frase que me gustó mucho del libro dice: «Mirando somos una cosa que permanece y abre»”.
“También creo que encuentra una forma muy original de hablar sobre un rasgo que nos atraviesa a todos, que es la virtualidad. Es una poeta que espero que irrumpa en la poesía de habla hispana”, cierra Turina, entusiasmada y agradecida a Le Pecore Nere por formar parte de un proyecto que, al parecer, no ha encontrado límites a pesar de la pandemia viral. Porque dentro de un marco de incertidumbre, como afirmó Gustavo Cerati, la poesía es la única verdad.

Belgrano y el trabajo. Te cuento las cuarenta. -31 - 05 - 2020.-


Juan Leandro Artigas, envió esta reflexión.
31-05-2020.-

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Comentarios
  • Luis Angel Maggi Felicitaciones, muy buen recuerdo Juan Leandro Artigas. El Estadista Manuel Belgrano, nos pedía "MANOS A LA OBRA", para abastecernos, y el sobrante exportarlo con nuestros navíos", dijo cuando creó la Escuela de Náutica 1799 en Buenos Aires. Además "para seguridad de los timoneles y navíos de los ríos y océanos, creó el Seguro La Confianza. (repasar a historia Argentina,en este "2020, Año Belgraniano Nacional").
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  • Juan Leandro Artigas O)jala los Sres políticos tengan en cuenta esto y puedan sacar lo positivo de esta pandemia. No necesitamos mas que poner manos a la obra y tenemos materia prima y humana para poder salir adelante con todo. Tenemos mucho para hacer. En primer lugar reconstruir las economias regionales, importante la reactivación del ferrrocarril y la reubicación en sus lugares de origen de los miles y miles de argentinos que la miseria los llevo al conourbano bonaerense. Esto solo se logrará conuna politica verdaderamente federal, que evidentemente a los porteños no les interesa ni les interesó nunca.

Belgrano y el campo. Te cuento las cuarenta. -30-05-2020.-

LOS SABERES DEL CAMPO NO LE ERAN AJENOS AL GENERAL BELGRANO.
La Nación, Roberto Elissalde. y en Info- Arenales.-  30-05-2020.-
Hace más de una década nos ocupamos del general Manuel Belgrano y el campo en esta misma sección, pero la lectura de los documentos del creador de la Bandera siempre nos brinda muchas sorpresas, y mucho más en este año en que conmemoran los 250 años de su nacimiento y el bicentenario de su muerte.
En su Diario de la marcha a Rosario, de 1812, son permanentes los comentarios sobre los campos, los manantiales naturales, la calidad de las aguas, los cardales, la falta de árboles y por ende de leña, que suplía con cardos o bosta de vacuno dada la época (mes de enero), la cantidad de ganado, etcétera.
No le faltaron tampoco en el camino vecinos que lo apoyaron ofreciéndole sus carretas y sus bueyes sin pedir nada o a lo máximo, por su pobreza, sólo el pago del peón. Él que era un hombre de ciudad la sabía tratar y conseguía fácilmente ese apoyo, como cuando en su marcha al Paraguay doña Gregoria Pérez de Denis le ofreció "sus haciendas, casas y criados" y también sus hijos, o cuando le comentó a un comedido vecino que le había dado un carruaje en Concepción del Uruguay, en abril de 1811: "Debe Ud. hacer quitar lana a los asientos porque están muy altos, y todavía tengo el chichón en la frente de esas resultas".
Ni que decir también de poderosos terratenientes, como Francisco Candioti, a quien los hermanos Robertson definieron como "el verdadero príncipe de los gauchos, señor de 300 leguas cuadradas de tierra, propietario de 250.000 cabezas de ganado, dueño de 300.000 caballos y mulas; de más de 500.000 pesos atesorados en sus cofres, y en onzas de oro importadas del Perú.
Belgrano se había adentrado de algún modo en las cosas del hombre de campo y su sabiduría, en una carta del 19 de octubre de 1814, quizás desde San Isidro. Allí le reprocha a Tomás Manuel de Anchorena que "no haya dado un paseo hasta aquí, y no menos para ver a su amigo... no sabía lo del caballo al que noté algo manco cuando vino Milá, más esto puede ser efecto del vaso; hágalo Ud. ver por uno de nuestros paisanos que lo entienden mejor que los aldeanos europeos; el mío tropezaba, y alguna vez manqueaba, y un paisano lo ha compuesto perfectamente sin más que un cuchillo; suele crecerles una callosidad que forma ángulo y está en el centro del vaso, de modo que pisan con aquélla y no con éste, y entonces, sin remedio han de tropezar y manquear, cortándoselas para que pisen con el vaso, quedan buenos de un instante a otro".
Realmente llamativo este párrafo y seguro habrá muchos más en la vasta correspondencia de Belgrano, para aclararlo adecuadamente recurrí a una profesional de ciencia veterinaria, la doctora Nair Guillén, quien me contesta que debe tratarse de una estructura del casco que se llama ramilla que tiene la función de microcirculación, amortiguación, sensibilidad y al soporte de carga del animal. Es un tejido blando que hoy con una gubia, entonces con un cuchillo o algún elemento filoso, se recorta.
Vaya este aporte como uno más a Belgrano, que con muy buen criterio adoptó como figura tutelar la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria, como lo expresara su presidente, el doctor Carlos Scoppa.