Hipócritas.(Homilía del Papa Francisco).
El Papa Francisco en su homilía de hoy, nos invita a tener cuidado de aquellos corazones hipócritas, como el fariseo del evangelio de hoy, que se escandaliza porque Jesús no sigue las reglas. Los doctores de la Ley, los escribas, los fariseos estaban atentos a las 'faltas" de Jesús, y lo criticaban porque solo ellos eran los "puros":
Lucas 11, 37-41
Mientras hablaba, un fariseo le rogó que fuera a comer con él; entrando, pues, se puso a la mesa. Pero el fariseo se quedó admirado viendo que había omitido las abluciones antes de comer. Pero el Señor le dijo: «¡Bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad. ¡Insensatos! el que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros.
Ref. Catequesis para el cristiano practicante.
Padre Nuestro. El valor de la oración.
Miércoles 12 de DICIEMBRE, 2018 - NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE
Catequesis del Papa Francisco.El valor de la oración PADRE NUESTRO.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
"Continuamos el camino de catequesis sobre el “Padre nuestro” que comenzó la semana pasada. Jesús pone en los labios de sus discípulos una oración breve, audaz, compuesta de siete peticiones: un número que en la Biblia no es accidental, indica plenitud. Digo audazmente porque, si Cristo no lo hubiera sugerido, probablemente ninguno de nosotros – todavía más, ninguno de los teólogos más famosos- se atrevería a rezar a Dios de esta manera.
En efecto, Jesús invita a sus discípulos a acercarse a Dios y a dirigirle con confianza algunas peticiones: En primer lugar para Él y luego para nosotros. No hay preámbulos en el “Padre Nuestro”. Jesús no enseña fórmulas para “congraciarse” con el Señor; por el contrario, invita a rezarle, derrumbando las barreras de la sujeción y el temor. No dice que hay que dirigirse a Dios llamándole “Todopoderoso”, “Altísimo”. “Tú que estás tan lejos de nosotros, yo soy un mísero”: no, no dice así” sino simplemente “Padre”, con toda simplicidad, como los niños hablan al papá. Y esta palabra, “Padre”, expresa la confianza y la seguridad filial.
La oración del “Padre Nuestro” hunde sus raíces en la realidad concreta del hombre. Por ejemplo, nos hace pedir pan, el pan de cada día: solicitud simple pero esencial, que dice que la fe no es una cuestión “decorativa”, separada de la vida, que interviene cuando todas las demás necesidades están satisfechas. Si acaso, la oración comienza con la vida misma. La oración – nos enseña Jesús – no empieza en la existencia humana después de que el estómago esté lleno: más bien, se anida donde quiera que haya un hombre, cualquier hombre que tenga hambre, que llore, que luche, que sufra y se pregunte “por qué”. Nuestra primera oración, en cierto sentido, fue el vagido que acompañó el primer aliento. En ese llanto de recién nacido, se anunciaba el destino de toda nuestra vida: nuestra hambre continua, nuestra sed constante, nuestra búsqueda de la felicidad.
Jesús, en la oración, no quiere extinguir lo humano, no quiere anestesiarlo. No quiere que moderemos las solicitudes y las peticiones aprendiendo a soportar todo. En cambio, quiere que todo sufrimiento, toda inquietud, se eleve hacia el cielo y se convierta en diálogo.
Tener fe, decía una persona, es acostumbrarse al grito.
Todos tendríamos que ser como el Bartimeo del Evangelio (cf. Mc 10, 46-52), -recordemos ese pasaje del Evangelio, Bartimeo, el hijo de Timeo- ese ciego que mendigaba en Jericó. A su alrededor había tanta gente educada que le decían que se callara: “¡Pero, cállate! Pasa el Señor. Cállate. No molestes, El Maestro tiene tanto que hacer; no le molestes. Molestas con tus gritos. No molestes”. Pero él, no escuchaba esos consejos: con santa insistencia, pretendía que su condición miserable pudiera encontrarse finalmente con Jesús. ¡Y gritaba más fuerte!. Y la gente educada: “Pero no, es el Maestro ¡por favor!. ¡Qué mal estas quedando!”. Y él gritaba porque quería ver, quería que le curase: “Jesús, ten piedad de mí!” (V. 47). Jesús le devuelve la vista y le dice: “Tu fe te ha salvado” (v.52), casi como para explicar que lo decisivo para su recuperación había sido la oración, esa invocación gritada con fe, más fuerte que “el sentido común” de tantas personas que querían que se callara. La oración no solo precede a la salvación, sino que de alguna manera ya la contiene, porque nos libera de la desesperación de quien no cree que haya una salida para tantas situaciones insoportables.
Por supuesto, los creyentes también sienten la necesidad de alabar a Dios. Los Evangelios recogen la exclamación de alegría que brota del corazón de Jesús, lleno de asombro agradecido por el Padre (cf. Mt 11, 25-27). Los primeros cristianos sentían incluso la necesidad de agregar al texto del “Padre nuestro” una doxología: “Porque tuyo es el poder y la gloria por los siglos de los siglos” (Didache, 8, 2).
Pero ninguno de nosotros tiene por qué abrazar la teoría propuesta en el pasado por algunos, es decir que la oración de petición sea una forma débil de fe, mientras que la oración más auténtica sería la de alabanza pura, la que busca a Dios sin el peso de petición alguna. No, eso no es verdad. La oración de petición es auténtica, espontánea, es un acto de fe en Dios que es el Padre, que es bueno, que es todopoderoso. Es un acto de fe en mí, que soy pequeño, pecador, necesitado. Y por eso la oración para pedir algo es muy noble. Dios es el Padre que tiene una compasión inmensa por nosotros y quiere que sus hijos le hablen sin miedo, llamándole directamente “Padre”; o en medio de las dificultades diciendo: “Pero, Señor, ¿qué me has hecho?”. Por eso podemos contarle todo, incluso las cosas que en nuestra vida siguen estando torcidas e incomprensibles. Y nos ha prometido que estará con nosotros para siempre, hasta el último día que pasemos en esta tierra. Recemos el Padre nuestro empezando así, simplemente: “Padre” o “Papá”. Y Él nos entiende y nos ama tanto".
Ref. Palabras del Papa Francisco, argentino.............................................................
(Semana siguiente, continuación. Catequesis del Papa Francisco (16 - 01 - 2019)
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Continuando las catequesis sobre el “Padre nuestro”, hoy partimos de la observación de que, en el Nuevo Testamento, la oración parece querer alcanzar lo esencial, hasta el punto de concentrarse en una palabra: “Abba“, Padre.
Hemos escuchado lo que escribe San Pablo en la Carta a los Romanos: “No recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor, antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace exclamar:”¡Abba, Padre!” (8.15). Y a los Gálatas, el apóstol dice: “La prueba de que sois hijos es que Dios, ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama:”¡Abba, Padre!” (Gal 4,6). Retorna dos veces la misma invocación, que condensa toda la novedad del Evangelio. Después de haber conocido a Jesús y de escuchar su predicación, el cristiano ya no considera a Dios como un tirano a quien temer, no le tiene miedo sino que siente que su confianza en él florece: puede hablar al Creador llamándolo “Padre”. La expresión es tan importante para los cristianos que a menudo se ha mantenido intacta en su forma original: “Abba“.
Es raro que en el Nuevo Testamento las expresiones arameas no se traduzcan al griego. Debemos imaginar que en estas palabras arameas, haya quedado “grabada” la misma voz de Jesús: han respetado el idioma de Jesús. En la primera palabra del “Padre Nuestro” encontramos inmediatamente la novedad radical de la oración cristiana.
No se trata solo de usar un símbolo –en este caso- la figura del padre, vinculada con el misterio de Dios; se trata, en cambio, de tener, por así decirlo, traspasado a nuestro corazón todo el mundo de Jesús. Si llevamos a cabo esta operación, podemos rezar con verdad el “Padre nuestro”. Decir “”Abba” es algo mucho más íntimo, más conmovedor que llamar a Dios “Padre” simplemente. Por eso alguno ha propuesto que se tradujese esta palabra original aramea Abba con “Papá”. En vez de decir, “Padre nuestro” , decir “Papá”. Nosotros seguimos diciendo “Padre nuestro”, pero con el corazón estamos invitados a decir “Papá”, a tener una relación con Dios como la de un niño con su papá, que lo llama “papá”. De hecho, estas expresiones evocan afecto, calidez, algo que nos proyecta en el contexto de la infancia: la imagen de un niño completamente envuelta en el abrazo de un padre que siente una infinita ternura por él. Y por eso, queridos hermanos y hermanas, para rezar bien hay que llegar a tener un corazón de niño. No un corazón autosuficiente: así no se puede rezar bien. Como un niño en brazos de su padre, de su papá.
Pero seguramente son los evangelios los que mejor nos introducen en el sentido de esta palabra. ¿Qué significa esta palabra para Jesús? El “Padre nuestro” toma significado y color si aprendemos a rezarlo después de haber leído, por ejemplo, la parábola del padre misericordioso en el capítulo XV de Lucas (cf. Lc 15, 11-32). Imaginemos esta oración pronunciada por el hijo pródigo, después de sentir el abrazo de su padre que lo había esperado durante mucho tiempo, un padre que no recuerda las palabras ofensivas que él le había dicho, un padre que ahora hace que entienda, sencillamente, cuánto lo extrañaba. Descubrimos entonces cómo esas palabras cobran vida, se fortalecen. Y nos preguntamos: ¿es posible que Tú, oh Dios, conozcas solo amor? ¿Tú no conoces el odio? No, contestaría Dios, yo conozco solo amor. ¿Dónde está en ti la venganza, la demanda de justicia, la rabia por tu honor herido? Y Dios contestaría: Yo conozco solo amor.
El padre de esa parábola tiene, en su forma de hacer, algo que recuerda mucho el alma de una madre. Son las madres, sobre todo, las que excusan a sus hijos, las que los cubren, las que no interrumpen la empatía con ellos, las que los siguen queriendo, incluso cuando ellos ya no se merezcan nada.
Basta con evocar esta sola expresión, Abba, para que se desarrolle una oración cristiana. Y San Pablo, en sus cartas, sigue este mismo camino, y no podría ser de otra manera, porque es el camino que enseñó Jesús: en esta invocación hay una fuerza que atrae todo el resto de la oración.
Dios te busca, aunque tú no lo busques. Dios te ama, aunque tú te hayas olvidado de Él. Dios vislumbra en ti una belleza, aunque pienses que has desperdiciado todos tus talentos en vano. Dios no es solo un padre, es como una madre que nunca deja de amar a su criatura. Por otra parte, hay una “gestación” que dura siempre, mucho más allá de los nueve meses de la física; es una gestación que genera un circuito infinito de amor.
Para un cristiano, rezar es simplemente decir “Abba“, decir “papá”, decir “Padre”, pero con la confianza de un niño.
Puede ser que a nosotros también nos suceda que caminemos por sendas alejadas de Dios, como le pasó al hijo pródigo; o que precipitemos en una soledad que nos haga sentirnos abandonados en el mundo; o, también, que nos equivoquemos y estemos paralizados por un sentimiento de culpabilidad.. En esos momentos difíciles, todavía podemos encontrar la fuerza para rezar, recomenzando de la palabra “Padre”, pero dicha con el sentimiento tierno de un niño:”Abba”, “Papá”. Él no nos ocultará su rostro. Acordaos: quizás alguno lleva dentro cosas difíciles, cosas que no sabe cómo resolver, tanta amargura por haber hecho esto y esto… Él no nos ocultará su rostro. Él no se encerrará en el silencio. Tú dile “Padre” y él te contestará. Tú tienes un Padre. “Sí, pero yo soy un delincuente. ¡Pero tienes un padre que te ama!. Dile, “Padre”, empieza a rezar así y en el silencio nos dirá que nunca nos ha perdido de vista. “Pero, padre, yo he hecho esto…”. “No te he perdido nunca de vista, lo he visto todo”. Pero he estado siempre allí, cerca de ti, fiel a mi amor por ti”. Esa será la respuesta. Nunca os olvidéis de decir “Padre”. Gracias.
Amazonas. El mito de las Amazonas. Cáucaso y Grecia.
EL MITO DE LAS AMAZONAS
“Safo y Alceo” , óleo de Lawrence Alma-Tadema pintado en 1881. Walter Arts Museum de Baltimore, Estados Unidos. Dominio Público
AMAZONAS EN AMÉRICA; REGIÓN DEL BRASIL
Las Amazonas eran un pueblo de solo mujeres descendientes de Ares, dios de la guerra y de la ninfa Harmonía. Se ubicaban a veces al norte, otras en las llanuras del Cáucaso, y otras en las llanuras de la orilla izquierda del Danubio. En su gobierno no interviene ningún hombre, y como jefe tienen una reina.
La presencia de los hombres era permitida siempre que desempeñaran trabajos de servidumbre. Para perpetuar la raza se unían con extranjeros, pero sólo conservaban a las niñas. Si nacían varones, se cuenta en algunas versiones, que los mutilaban dejándolos ciegos y cojos. Otras fuentes indican que los mataban. Por decreto, a todas las niñas les cortaban un seno, para facilitarles el uso del arco y el manejo de la lanza. De esta costumbre proviene su nombre ‘amazonas’ del griego ‘amazwn’ que significa ‘las que no tienen seno’.
Eran un pueblo muy guerrero, por lo que su diosa principal era Artemisa, la cazadora. Debido a esto, se les atribuía la fundación de Éfeso y la construcción del Gran Templo de Artemisa.
De este pueblo, hay muchas leyendas donde grandes héroes tuvieron que enfrentarse a ellas. Por ejemplo, Belerofonte quien luchó contra ellas por mandato de Yóbates. Una de las más conocidas es cuando Heracles (Hércules) cumple la misión que le asigna Euristeo, y se dirige a las márgenes del Termodonte a adueñarse del cinturón de Hipólita, reina de las amazonas.
Ésta consintió en entregarle el cinturón a Heracles, pero la celosa Hera (esposa del dios Zeuz) provocó una rebelión entre las Amazonas, y Heracles tuvo que matar a Hipólita. Teseo que acompañaba a Heracles en su misión, se llevó a Antíope, una de las amazonas. Ellas, molestas por este atrevimiento y para vengar el rapto, hicieron la guerra contra Atenas, pero fueron derrotadas por los atenienses que estaban liderados por Teseo.
Otra hazaña legendaria que las involucra, es la ayuda que le brindaron a los troyanos durante la guerra de Troya. Pentesilea, reina amazona, envió un grupo de apoyo a Príamo, rey troyano. Aquiles dio muerte a Pentesilea, quien antes de morir, hizo que éste se enamorara perdidamente de ella, lo que le infundió gran sufrimiento.
♧Perla♧
Imagen
Amazona preparándose para la batalla, por Pierre-Eugène-Emile Hébert (1882, Galería Nacional de Arte de Washington).10 MAYO, 2016 - 17:41 MARK MILLER...............................................................................
...........................................................................................
Rosario, un lugar de diversión en el Barrio pichincha, llamado madame safo.
La poetisa Safo y la isla de Lesbos: turismo sexual en la antigua Grecia.
Las inclinaciones sexuales de la antigua Grecia son casi mitológicas, como también sus héroes legendarios. De hecho, todo el panteón de dioses griegos es famoso por sus hedonistas travesuras y hazañas sexuales. Pero ¿es posible que el mito no nos deje ver la realidad? La verdad y la historia antigua de la isla de Lesbos, durante mucho tiempo asociada con el lesbianismo, pueden ser muy diferentes de lo que habitualmente se cree. De este modo, en un documental y artículo de la BBC se afirma que la isla fue históricamente ¡destino habitual para hombres que practicaban el turismo sexual!
En los mitos griegos, Zeus se transforma en cisne, toro y rayos de luz dorados para, de este modo, seducir a mujeres mortales. Asimismo, Tiresias, el tebano que habría sido hombre y mujer a la vez, fue cegado por Hera al afirmar que las mujeres disfrutaban del sexo más que los hombres, lo que provocó que la diosa Hera perdiese una apuesta con Zeus (Zeus, a cambio, otorgó a Tiresias el poder de la videncia y lo recompensó con una larga vida). ¿Y qué decir sobre el pobre Dioniso y las violentas y alocadas Ménades que solían desgarrarlo anualmente en pleno frenesí sexual? O la casta Artemisa cuando enloqueció de rabia al ser descubierta desnuda, bañándose con sus doncellas, por Acteón al que convirtió en un ciervo y dio caza con sus propios sabuesos? Y no nos olvidemos de Apolo, Pan y otros muchos que perseguían a ninfas jóvenes muy poco dispuestas, teniendo que transformarse a sí mismos en árboles o cañas para poder escapar de las impredecibles consecuencias que conllevaba yacer con diosas?
(“El rapto de Europa”, mito en el que Zeus se convierte en un toro para seducir a Europa. )
(“El rapto de Europa”, mito en el que Zeus se convierte en un toro para seducir a Europa. )
- Las Casas del Placer en la Antigua Pompeya
- Erotismo y Divinidad: Los Amores de Zeus
- La Vida de Dante Alighieri: Político, Poeta y Amante
Los antiguos griegos abrazaban la homosexualidad, tanto masculina como femenina, pero además disfrutaban de un lugar real famoso por sus encuentros sexuales, la isla de Lesbos, donde mujeres conocidas por su gran belleza mantenían relaciones con los hombres que allí acudían de vacaciones, en una especie de turismo sexual. Lesbos era la antigua capital del turismo sexual del Egeo para los hombres. De hecho la propia cadena televisiva británica BBC ha asegurado que Lesbos era, en la antigüedad, el equivalente de la actual Magalluf: ciudad turística de la isla española de Mallorca, conocida por sus fiestas libertinas, su turismo sexual y el consumo excesivo de alcohol.
Se supone que las mujeres de Lesbos que no estaban involucradas en el comercio sexual, es decir, las que no eran prostitutas, no formaban bandas para robar a los turistas borrachos de la Antigüedad, como ha venido sucediendo en Magalluf en los últimos años según este artículo de la BBC.
En The Greek Reporter podemos leer que las mujeres de Lesbos eran irresistibles, pero no por su fuerza bruta o su superioridad numérica a la hora de atacar en grupo a desventurados borrachos, sino por su extrema belleza.
Detalle de un fresco romano del siglo I d. C. en el que se observa a una joven con un lápiz (stylus) de los que se utilizaban para escribir en tablillas de cera. La redecilla de su pelo estaba confeccionada con hilo de oro, de moda en la época de Nerón. Ésta es una de las pinturas romanas más famosas y admiradas, popularmente conocida como "Safo" , aunque en realidad se trata de una joven de la alta sociedad pompeyana que luce grandes pendientes de oro. Dominio Público“.
Las mujeres de Lesbos tenían fama de ser tremendamente hermosas. Realmente se supone que eran las criaturas más sensuales de todo el mundo griego,” afirma en declaraciones a la BBC Edith Hall, del King´s College de Londres, y añade: “En la antigua Grecia, la palabra ‘lesbiana’ se refería a las mujeres oriundas de Lesbos que mantenían relaciones sexuales con hombres”
- Grasa de Cisne, Estiércol de Cocodrilo y Cenizas de Caracoles: Intentando Ser Bellas en la Antigua Roma
- Cerámica con escenas de Sexo en Perú: las Cerámicas Moche aclaran más sobre la Sexualidad Antigua
LA POETISA SAFO DE LESBOS.
El personaje histórico más famoso de Lesbos es la poetisa Safo, una mujer que ensalzaba en sus odas la belleza de las hermosas mujeres de la isla. Se sabe muy poco acerca de esta escritora que vivió en torno al año 630 a. C., pero cuya poesía cautiva aún a los lectores 2.000 años después de haber sido escrita. Safo se definía a sí misma como autora lírica, ya que sus escritos estaban destinados a ser recitados acompañados del uso la lira. Además fue una absoluta innovadora, ya que fue uno de los primeros poetas en escribir en primera persona, transmitiendo así su propia experiencia personal e individual. Su obra se ha convertido en un símbolo del amor entre mujeres.

La BBC envió un equipo de periodistas a Lesbos para investigar la historia sexual de la isla y la vida de esta mujer enigmática. La mayor parte de la poesía de Safo se perdió, pero algunos fragmentos se han conservado, entre ellos este poema:
Adiós a Atthis
Vete tranquila.
No te olvides de mí porque sabes, debes saber, que yo estaré siempre a tu lado.
muchas horas felices pasamos juntas;
han sido muchas las coronas de violetas, de rosas, de flor de azafrán
y ramos de eneldo que junto a mí te ceñiste.
Han sido muchas las veces que bálsamo de mirra y regio ungüento,
derramaste sobre mi cabeza. Yo no podré olvidarlo y tú, tampoco.
Igual a los dioses me parece el hombre dichoso que te abraza
y te oye en silencio con tu voz de plata y tu sonrisa risueña…
Cuán cara y hermosa era la vida que vivimos juntas.
Pues entonces, con guirnaldas de violetas y dulces rosas cubrías junto a mí tus rizos, ondeantes.
Y con abundantes aromas preciosos y exquisitos ungías tu piel fresca y joven en mi regazo y no había colina ni arroyo ni lugar sagrado que no visitáramos danzando…
No te olvides de mí porque sabes, debes saber, que yo estaré siempre a tu lado.
muchas horas felices pasamos juntas;
han sido muchas las coronas de violetas, de rosas, de flor de azafrán
y ramos de eneldo que junto a mí te ceñiste.
Han sido muchas las veces que bálsamo de mirra y regio ungüento,
derramaste sobre mi cabeza. Yo no podré olvidarlo y tú, tampoco.
Igual a los dioses me parece el hombre dichoso que te abraza
y te oye en silencio con tu voz de plata y tu sonrisa risueña…
Cuán cara y hermosa era la vida que vivimos juntas.
Pues entonces, con guirnaldas de violetas y dulces rosas cubrías junto a mí tus rizos, ondeantes.
Y con abundantes aromas preciosos y exquisitos ungías tu piel fresca y joven en mi regazo y no había colina ni arroyo ni lugar sagrado que no visitáramos danzando…
Las investigaciones contemporáneas sobre las realidades y prácticas sexuales de la historia pueden cambiar nuestros conceptos acerca de la vida y costumbres de la Antigüedad, por lo que será necesario estudiar todos los aspectos y facetas de la historia para conseguir de este modo una perspectiva más realista de nuestro pasado.
‘Safo abrazando su lira’, óleo de Jules Elie Delaunay (1828-1891). Dominio Público
Imagen de portada: ‘Acteón sorprende a Diana en el baño’ (1556-1559), óleo de Tiziano. Dominio Público
Autor: Mark Miller
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
En marzo de 1500, el conquistador español Vicente Yáñez Pinzón fue el primer europeo documentado en navegar por el río Amazonas. Pinzón llamó al arroyo Río Santa María del Mar Dulce, más tarde acortado a Mar Dulce, literalmente, mar dulce, debido a su agua dulce que empuja hacia el océano (ver artículo: Río Putumayo).
Otro explorador español, Francisco de Orellana, fue el primer europeo en viajar desde los orígenes de las cuencas río arriba, situadas en los Andes, hasta la desembocadura del río. En este viaje, Orellana bautizó algunos de los afluentes del Amazonas como Río Negro, Napo y Jurua.
Francisco de Orellana bautizó con este nombre al Río Amazonas que es el mas caudaloso del mundo . … Orellana, que perdió un ojo durante la aventura, contó a su regreso a España que los bergantines habían sido atacados por numerosas mujeres guerreras que dominaban el arco y las flechas.
Que significa Rio Amazonas:
Está tomado de los guerreros nativos que atacaron esta expedición, en su mayoría mujeres, que le recordó a De Orellana a las guerreras amazonas de la antigua cultura helénica en Grecia.Después de 170 kilómetros (110 millas), el río Coca se unió al río Napo (en un punto ahora conocido como Puerto Francisco de Orellana); la comitiva se detuvo por unas semanas para construir un bote justo río arriba desde esta confluencia.
De Orellana ofreció y se le ordenó seguir el río Napo, entonces conocido como Río de la Canela (“Río Canela”) y regresar con comida para la comitiva. Continuaron río abajo a través de un área deshabitada, donde no pudieron encontrar comida.
Con base en la información recibida de un jefe nativo cautivo llamado Delicola, esperaban encontrar alimento a los pocos días río abajo al ascender otro río hacia el norte.
De Orellana se llevó a unos 57 hombres, el bote y algunas canoas y dejó las tropas de Pizarro el 26 de diciembre de 1541. Sin embargo, De Orellana aparentemente perdió la confluencia (probablemente con el Aguarico) donde estaba buscando provisiones para sus hombres.
Para cuando él y sus hombres llegaron a otra aldea, muchos de ellos estaban enfermos de hambre y comían “plantas nocivas”, y estaban a punto de morir. Siete hombres murieron en esa aldea. Sus hombres amenazaron con amotinarse si seguía sus órdenes y la expedición regresó para unirse a la comitiva más grande de Pizarro.
Aceptó cambiar el propósito de la expedición para descubrir nuevas tierras en nombre del rey de España, y los hombres construyeron un barco más grande para navegar río abajo. Después de un viaje de 600 km por el río Napo
Alcanzaron una mayor confluencia, en un punto cerca de Iquitos, y luego siguieron la parte superior del Amazonas, ahora conocida como Solimões, por otros 1.200 kilómetros (750 millas) hasta su confluencia con el Río Negro (cerca del moderno Manaos), al que llegaron el 3 de junio de 1542.
En el río Nhamunda, afluente del Rio Amazonas. Río abajo desde Manaos, el grupo de Orellana tuvo una feroz batalla con guerreros que, según informaron, fueron liderados por feroces guerreras que golpearon a los hombres hasta la muerte con palos si trataban de retirarse.
Los hombres de Orellana comenzaron a referirse a las mujeres como Amazonas, una referencia a la tribu de mujeres guerreras de la mitología griega. El río se conocía inicialmente como el Marañón (el nombre por el cual la parte peruana del río todavía se conoce hoy) o Río de Orellana.
Más tarde se hizo conocido como el Río Amazonas, el nombre por el cual todavía se conoce tanto en español como en portugués.
Cfr. Ficha confeccionada por el Prof. y Lic. Luis Angel Maggi, como aporte a los colegas docentes.
Comentarios.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)