Asociación Cultural Sanmartiniana Mi Tebaida
4 DE JUNIO DE 1846, PUNTA DEL QUEBRACHO.
El verdadero Día de la Soberanía debiera ser otro.
La historia argentina tiene olvidos. Y uno de los más dolorosos es el de lo sucedido con la defensa de nuestra soberanía ante la escuadra anglofrancesa que, ignorándola, remontó el río Paraná venciendo en la Vuelta de Obligado (actual San Pedro, Provincia de Buenos Aires).
Sí; Obligado fue una derrota patriota. Honrosa y digna, pero derrota. Pero Punta del Quebracho fue una victoria y una revancha.
A 8 meses de los hechos de Obligado, cuando franceses e ingleses volvían de comerciar en el norte argentino y la República de Paraguay, se dio el combate de Punta del Quebracho, en el actual Puerto General San Martín, Provincia de Santa Fe.
Nuevamente el general Lucio Norberto Mansilla colocó a sus tropas a la vera del río, esta vez en un recodo angosto y con altas barrancas.
El 4 de junio de 1846 las tropas de la Confederación Argentina derrotaron a la escuadra invasora en un ataque duró más de 3 horas.
Es bueno revisar los hechos históricos sobre el río Paraná y considerar a esta acción como un hito en la lucha por resguardar la Independencia y la soberanía argentina que sostenía el brigadier Juan Manuel de Rosas, en momentos en que las pretensiones británicas y francesas pasaban por transitar libremente por las aguas de nuestro país.
Las tropas resguardadas por las barrancas esperaban el paso del enemigo con 17 cañones, 600 infantes, 150 carabineros y algunos patricios. Además instalaron 2 baterías y algunas fuerzas de infantería al mando de Thorne, mientras que en el otro extremo, sobre la ribera entrerriana, se ubicó el batallón Santa Coloma.
Cuando los buques de guerra estuvieron a tiro, un grito de "¡Viva la Patria!", convocó a la lucha. "¡Viva la soberana independencia argentina!", fue la voz del general Mansilla, y el fuego comenzó.
Los soldados y los cañones patrios estaban resguardados para la artillería enemiga por la altura en la que estaban emplazados. El caos se apoderó de las embarcaciones anglo francesas que, apresuradas por huir, sufrieron el duro fuego criollo.
2 buques mercantes hundidos, 4 incendiados para no caer en manos argentinas y los vapores de guerra "Harpy" y "Gorgon" resultaron seriamente dañados.
El capitán inglés Hotham informó sobre las bajas que les produjo la agresión sufrida en Punta del Quebracho: “Los buques han sufrido mucho. Escapar con la mayor velocidad posible fue el único objetivo”.
La jornada resultó azul y blanca, porque ahora la escuadra combinada de los invasores tuvo que huir derrotada.
Con los hierros rescatados de los barcos hundidos se forjaron las primeras farolas que iluminaron las calles rosarinas.
La maltrecha armada invasora logró alcanzar el puerto de Montevideo, pero en vista de los acontecimientos, Gran Bretalña y Francia, dos de los más grandes potencias del mundo de la época, decidieron no intentar una segunda expedición.
El triunfo argentino sobre los invasores británicos y franceses del que nada se dice en las escuelas, inexplicablemente no está en las efemérides patrias.
(reseña publicada originalmente por la página "Cuenteando historias").
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