Giambatista Vico. Corsi e ricorsi.
Ir y venir. Progresos, avances y retrocesos. Cenit y Nadir. Resurgimiento y caída. Etapas de lucidez y oscuridad
Resumen:
Este ensayo explica la idea de
progreso en La Ciencia Nueva de Giambattista
Vico. El progreso para Vico consiste en etapas
que tienen patrones y la historia ideal eterna
como punto de referencia. No es un progreso
lineal e irreversible, sino un progreso general y
cíclico con cabida para recaídas.
Introducción.
Hay diversas valoraciones con respecto al
mayor aporte de Giambattista Vico en su obra La
ciencia nueva. Poviña (1948) considera que Vico
es el precursor de la sociología por haber formulado, antes que Montesquieu, leyes de regularidad
y causalidad en los fenómenos históricos. Berlin
(1978) advierte que Vico dio origen a la tradición
de la historia cultural, pues fue el primero en
señalar la tendencia humana a crear símbolos e
instituciones civiles. Morrison (1978) detecta en
La ciencia nueva una teoría original del derecho
natural de las gentes. Pollard (1971) considera que
Vico elaboró una de las primeras teorías "etapistas" de la historia, sin suponer un movimiento
ascendente, sino un retorno cíclico de cenit y
nadir. Pero el formular leyes, tendencias, patrones
y etapas en los fenómenos históricos y los símbolos colectivos no necesariamente implica progreso. Croce (1942) sostiene que a Vico le faltó
el concepto de progreso en su "eterna rotación
espiritual del sentimiento al intelecto" (p. 86) y
González García (1999-2000) considera que para
Vico el progreso no es una necesidad histórica
pues la barbarie "siempre acecha" (p. 129).
No obstante, el progreso no necesariamente
es ajeno a los esquemas cíclicos, ni tiene por qué
ser corolario del optimismo científico iluminista.
En este ensayo se mostrará que la noción de progreso sí está presente, aunque de manera no muy
obvia ni muy explícita, en La ciencia nueva. Se ha
seguido una de las formas comúnmente aceptadas
de citar La ciencia nueva, i.e., la abreviatura CN
seguida del número de parágrafo correspondiente, por ejemplo, CN/123. La edición utilizada
corresponde a la segunda redacción de 1744.
Vico divide la historia en tres grandes etapas, orientadas por la divina providencia:
(a) la edad
de los dioses,
(b) la edad de los héroes y
(c) la
edad de los hombres.
Lejos de ser ficciones heurísticas, todas las sociedades en su desenvolvimiento histórico realmente recorren estas etapas.
La historia humana tuvo avances, caidas y resurgimientos,Conclusiones
La historia viquiana es la historia tanto del
logro humano como de propósito divino, pero
no del logro de individuos destacados ni de un
propósitos concebido como un plan divino a la
manera agustiniana de salvación o condenación
eternas. Es la historia de las colectividades y del
desenvolvimiento del propósito divino que en su
mayor parte no es "obedecido" conscientemente
(y ni siquiera percibido) por los hombres, los
cuales tienden a actuar como si éste no existiera.
Vico no tiene en mente una meta finita y
clara del progreso. En ningún momento plantea
paraísos terrenales ni utopías con los cuales
medir los logros efectivos de la humanidad. No
hay ninguna escala de valores fuera de la historia
con la cual evaluar su rumbo. El único punto de
referencia que Vico ofrece se encuentra dentro
de la historia misma, a saber, la divina providencia que obra inmanentemente y funciona como
agente intermediaria que concilia los propósitos
individuales con los fines globales de alcanzar la
lucidez y madurez civiles. Las historias concretas
son el reflejo de la historia ideal eterna y en tanto
que la humanidad obra según los designios de la
providencia.
LA IDEA DEL PROGRESO EN GIAMBATTISTA VICO
El progreso viquiano está presente, pero no
de manera muy visible, en La Ciencia Nueva.
Los postulados de Pollard (1971) y Carr (1976)
mencionados al inicio de este ensayo están plenamente incluidos en la concepción viquiana de
la historia. En primer lugar, la historia exhibe
cambios que exhiben ciertos patrones de regularidad que indican su rumbo, lo cual se traduce
en los ciclos y edades viquianas. En segundo
lugar, los cambios históricos tienen como punto
de referencia un modelo: la historia ideal eterna,
mediada por la providencia divina. No es un progreso lineal, ascendente, inevitable e irreversible,
sino un progreso de superación global y cíclica.
Cuanto mayor sea el esfuerzo de preservar las
instituciones de la religión, los matrimonios y las
sepulturas, tanto menor será el peligro de caer de nuevo en la barbarie.
Vico no tiene en mente una meta finita y
clara del progreso. En ningún momento plantea
paraísos terrenales ni utopías con los cuales
medir los logros efectivos de la humanidad. No
hay ninguna escala de valores fuera de la historia
con la cual evaluar su rumbo. El único punto de
referencia que Vico ofrece se encuentra dentro
de la historia misma, a saber, la divina providencia que obra inmanentemente y funciona como
agente intermediaria que concilia los propósitos
individuales con los fines globales de alcanzar la
lucidez y madurez civiles.
Las historias concretas
son el reflejo de la historia ideal eterna y en tanto
que la humanidad obra según los designios de la
providencia.
El progreso viquiano está presente, pero no
de manera muy visible, en La Ciencia Nueva.
Los postulados de Pollard (1971) y Carr (1976)
mencionados al inicio de este ensayo están plenamente incluidos en la concepción viquiana de
la historia.
En primer lugar, la historia exhibe
cambios que exhiben ciertos patrones de regularidad que indican su rumbo, lo cual se traduce
en los ciclos y edades viquianas.
En segundo
lugar, los cambios históricos tienen como punto
de referencia un modelo: la historia ideal eterna,
mediada por la providencia divina. No es un progreso lineal, ascendente, inevitable e irreversible,
sino un progreso de superación global y cíclica.
Cuanto mayor sea el esfuerzo de preservar las
instituciones de la religión, los matrimonios y las
sepulturas, tanto menor será el peligro de caer de nuevo en la barbarie.
Pero ni siquiera la recaída
en la barbarie constituye un grave retroceso dentro del esquema cíclico porque es un nuevo punto
de partida. Lejos de ser una marcha atrás inexorable, es una nueva oportunidad para desarrollar
la institucionalidad y para realizar la "naturaleza
inteligente" de manera intencional e históricamente lúcida.
El progreso para Vico es la comprensión lúcida del mundo civil e institucional, mundo humanamente hecho. A mayor desarrollo institucional,
mayor desarrollo de las capacidades cognoscitivas humanas. A mayor lucidez histórica, mayores
posibilidades de alcanzar la lucidez y madurez
civiles de manera consciente y deliberada.
El
progreso se traduce, pues, en una mayor toma de
conciencia. La presencia de la divina providencia
asegura una manifestación cada vez mayor de
dicha conciencia a través de las distintas edades.
Vico salva la idea de progreso con su noción de
providencia, porque gracias a ésta, el ser histórico
es lo mismo que el deber ser histórico.
Bibliografía:
Berlin, 1. (1978) Corsi e Ricorsi. Journal of Modern
History 50(3):480-489.
Rev. Filosofía Univ..- Costa Rica, XLVIII (123-124), 37-43 Enero-Agosto 2010 / ISSN: 0034-8252
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