Aceptar la realidad te transforma, negarla te somete. - 21 - 09 - 2023.-
𝐀𝐂𝐄𝐏𝐓𝐀𝐑 𝐋𝐀 𝐑𝐄𝐀𝐋𝐈𝐃𝐀𝐃 𝐃𝐄 𝐂𝐀𝐃𝐀 𝐄𝐓𝐀𝐏𝐀 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐕𝐈𝐃𝐀
Comprender y asumir las características y las realidades de cada etapa de la vida, representa una actitud equilibrada e inteligente, transitando por cada una de ellas de manera más estable y propicia. La aceptación y la renuncia, suelen ser al mismo tiempo, dos hitos fundamentales que debemos administrar con suma atención en el curso de la existencia.
Carl G. Jung dijo: “Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma”. ¿Por qué a veces, nos cuesta tanto aceptar la realidad? ¿Por qué seguimos dándole vueltas a aquello que escapa a nuestro control? La Aceptación, al contrario de lo que pueda pensarse, no tiene por qué representar renuncia, abandono o resignación, puede expresar fortaleza personal: la flexibilidad de adaptarnos a una realidad que no podemos controlar a nuestro antojo.
La aceptación es una herramienta esencial para nuestro desarrollo personal. Aceptar la realidad, aquello que no podemos cambiar, no es una actitud estática, es una decisión activa. Decidimos adaptarnos a las circunstancias adversas, en vez de quejarnos o regodearnos en la frustración, el enfado o la rumiación. Adaptarnos a la realidad mejora nuestro bienestar emocional. Aceptar la adversidad, aprendemos de ella y también de nosotros, descubrimos nuestros recursos, los mejoramos, nos trasformamos, en definitiva, nos hacemos personas más resilientes con una mayor capacidad de autorregulación emocional.
DE LA SABIDURÍA DE RENUNCIAR -Salvador Gracián- (1601-1658)
El renunciamiento no es necesariamente sinónimo de falta de coraje. Puede ser también una gran sabiduría. Saber valorar las cosas, distinguir lo que vale la pena de ser conquistado de lo que no vale, aceptar sin lamentarse las cosas como son… “Un hombre sabio debe saber convertir en triunfo su propia derrota”, recuerda Gracián. No se trata de bajar los brazos o de renunciar ante la menor dificultad, sino más bien de no perder el tiempo y gastarse en vanos combates.
Por eso, es necesario saber renunciar a su juventud o a su belleza, y aceptar el consejo de los años. Hay que admitir que las cosas no pasan siempre como se habían previsto y saber retirarse de la partida, no forzosamente para perderla, sino para verle en perspectiva. Hay que dejar pasar adelante a los más jóvenes y los más rápidos, aunque hayas sido tú quien pasaba antes delante de los otros. Pero también aprender a renunciar a lo mundano y preferir rodearse de amigos fieles, dejar de correr en pos del dinero para tomarse el tiempo de vivir… El renunciamiento es muy a menudo un renacimiento y una liberación.
Porque al dejar una cosa se encuentra forzosamente otra. Aceptando, se avanza. Es el punto de partida de encuentros consigo mismo.
“Cuando tengas fortuna, prepárate para cuando no la tengas. Aprovecha el cálido verano y prepárate a recibir el duro invierno” .
GRACIÁN.
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A. K.
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