Papa Francisco: Atención a los que hablan mal de los demás, a los cizañeros
Homilía en Casa Santa Marta
Jesús reza por la unidad de los cristianos, pero en la Iglesia hay “cizañeros”, los que dividen y destruyen las comunidades con la lengua: lo dijo el Papa Francisco en la homilía en Casa Santa Marta.
La unidad, una de las cosas más difíciles
Jesús, antes de la Pasión, reza por la “unidad de los creyentes, de las comunidades cristianas”, para que sean una cosa sola como Él y el Padre y así el mundo crea. La homilía del Papa toma punto de este pasaje evangelico:
“La unidad de las comunidades cristianas, de las familias cristianas, son testimonio: son el testimonio del hecho de que el Padre ha enviado a Jesús. Y quizás, llegar a la unidad – en una comunidad cristiana, en una parroquia, en un obispado, en una institución cristiana, en una familia cristiana – es una de las cosas más difíciles. Nuestra historia, la historia de la Iglesia, nos hace avergonzarnos muchas veces: ¡hemos hecho guerras entre nosotros contra los hermanos cristianos! Pensemos en una, en la Guerra de los treinta años”.
Pedir perdón por las divisiones
Donde los cristianos “se hacen la guerra entre ellos, no hay testimonio”, afirma el Papa Francisco.
Donde los cristianos “se hacen la guerra entre ellos, no hay testimonio”, afirma el Papa Francisco.
“¡Debemos pedir mucho perdón al Señor por esta historia! Una historia muchas veces de divisiones, pero no solo en el pasado… ¡También hoy! ¡También hoy! Y el mundo ve que estamos divididos y dice: ‘Que se pongan de acuerdo y luego veremos… Como, Jesús está Resucitado y está vivo, ¿y estos – sus discípulos – no se ponen de acuerdo?’. Una vez, un cristiano católico preguntaba a otro cristiano de Oriente – católico también: ‘Mi Cristo resucita pasado mañana. ¿El tuyo cuando resucita?’. ¡Ni siquiera en la Pascua estamos unidos! Y esto en el mundo entero. Y el mundo no cree”.
Los “cizañeros” manchan y destruyen
“Fue la envidia del diablo – explica el Papa – la que hizo entrar el pecado en el mundo”: así, también en las comunidades cristianas “es casi habitual” que haya egoísmo, celos, envidias, divisiones, “y esto lleva a hablar mal unos de otros. ¡Se habla mal tanto!”.
En Argentina – observa – “estas personas se llaman ‘cizañeras’: siembran cizaña, dividen. Y allí las divisiones empiezan con la lengua. Por envidia, celos y también cerrazón. ‘¡No! ¡La doctrina es esta!”. La lengua – observa el Papa – “es capaz de destruir a una familia, una comunidad, una sociedad, de sembrar odios y guerras”. En lugar de buscar una clarificación, “es más cómodo hablar mal” y destruir “la fama del otro”. El Papa cita la conocida anécdota de San Felipe Neri que a una mujer que había hablado mal, como penitencia, le dice que desplume una gallina, que esparza las plumas por el barrio y que luego vaya a recogerlas. “¡No es posible!” – exclama la mujer. “Así es hablar mal”.
“Hablar mal es así: manchar al otro. ¡El que habla mal, ensucia! ¡Destruye! Destruye la fama, destruye la vida y muchas veces – ¡muchas veces! – sin motivo, contra la verdad. Jesús rezó por nosotros, por todos los que estamos aquí y por nuestras comunidades, por nuestras parroquias, por nuestras diócesis: ‘Que sean uno’. Recemos al Señor para que nos de la gracia, porque es mucha, mucha la fuerza del diablo, del pecado que nos lleva a la desunión. ¡Siempre! Que nos de la gracia , que nos de el don: ¿cuál es el don que crea la unidad? ¡El Espíritu Santo! Que nos de este don que hace la armonía, porque Él es la armonía, la gloria en nuestras comunidades. Y nos de la paz, pero con la unidad. Pidamos la gracia de la unidad para todos los cristianos, la gran gracia y la pequeña gracia de cada día para nuestras comunidades, nuestras familias; ¡y la gracia de mordernos la lengua!”.
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