A 200 años del nacimiento de Juana Manso, una docente y militante que trabajó con Sarmiento. UNA FEMINISTA DEL SIGLO XIX.
Tiempo de San Juan. - Jueves, 27-06-2019.- Laura Castgro Oviedo.
Tuvo que exiliarse en Uruguay y posteriormente en Brasil por la persecución rosista. En Montevideo empezó a trabajar en su casa y fundó el Ateneo de Señoritas. Tuvo contacto con la llamada Comisión Argentina, grupo de intelectuales unitarios exiliados. Pero el pacto de Rosas con Oribe terminó con la “feliz experiencia”. Allí hizo amistad con José Marmól quien años más tarde le presentaría a Sarmiento. En Brasil continuó dando clases y se desarrolló como escritora publicó novelas, relatos, obras de teatro y hasta una zarzuela. Fundó el periódico O Jornal das Senhoras. Se casó con el violinista Francisco Saa de Norohna y lo acompañó en una gira musical por Norteamérica, pero fue un fracaso. Conoció la isla de Cuba, experiencia de la cual escribió. Durante estos viajes nacieron sus hijas, Eulalia y Herminia. Al regresar, la carrera de su marido mejoró, pero abandonó a la familia.
En 1853, la caída de Rosas le dió la oportunidad de volver al país. En Buenos Aires publicó artículos y fundó el semanario Álbum de Señoritas. Escribió sobre literatura, bellas artes, filosofía, salud y emancipación de la mujer. La necesidad de trabajar la obligó a dar clases particulares.
En 1859 conoció a Sarmiento y se entiendieron de inmediato. Él se dio cuenta que Juana sería muy útil para realizar las reformas educativas deseadas, por eso gestionó ante Mitre para que dirigiera la Primera Escuela Mixta. Lo hizo exitosamente por seis años contra una fuerte oposición eclesiástica, hasta que fue obligada a echar a todos los alumnos varones y renunció. Bajo su dirección se implementó por primera vez el recreo, la enseñanza de idioma y la educación física. Además eliminó los castigos corporales.
En 1862 escribió el “Compendio de la Historia de las Provincias Unidas”, primer manual en su tipo con lenguaje accesible para la enseñanza en las escuelas. Asimismo escribió relatos como “Margarita” y fundó “La Flor del Aire” con Eduarda Mansilla. En “La escuela de Flores” criticó la falta de fondos destinados a la educación de los países latinoamericanos.
En 1865 Sarmiento le dió otra enorme tarea: la dirección de “Anales de la Educación Común”, donde hizo divulgación de los avances científicos de la época y emprendió la ardua labor de recorrer el país dando conferencias sobre estos temas, especialmente sobre las propuestas de los pedagogos Pestalozzi y Froebel. También inauguró el primer jardín de infantes público, el novedoso “kindergarden”. Fundó más de 30 bibliotecas populares a lo largo del territorio y le donó todos sus libros a la Biblioteca de Chivilcoy que este año cumple 153 años, la misma edad que nuestra querida Biblioteca Franklin, sólo unos meses
más joven.
Por su naturaleza abierta y curiosa Juana conoció diversos misioneros protestantes, como el pastor anglicano J.W. Junor; y se interesó por estudiar la reforma religiosa europea, preparando una conferencia sobre el tema y llegando a convencerse de la fe protestante. Su conversión religiosa produjo escándalo y derivó en un aumento exponencial de las críticas que solía recibir, pero asimismo se multiplicaron los apoyos. Desarrolló una bella relación epistolar con el gran Horace Mann y su esposa Mary, prestigiosos pedagogos de Massachusetts, muy cercanos también a Sarmiento.
Perteneció al Partido Autonomista, participó con sus hijas en la campaña presidencial de Sarmiento. Al asumir la apoya en su trabajo de fundar bibliotecas y difundir las publicaciones para profesionalizar la docencia. En 1869 asumió el cargo de vocal del Departamentos de Escuelas. Ese año además escribó artículos a favor del matrimonio civil. En 1871 asumió como primera mujer miembro de la Comisión Nacional de Escuelas. Impulsó reformas generales como la eliminación de los castigos físicos, la enseñanza del inglés y los concursos para cargos directivos.
En la presidencia de Avellaneda la tendencia cambió y Juana tuvo que quedarse en casa, aunque siguió editando y publicando “Anales..”, pero resignada al retiro. En su lecho de muerte fue acosada por los prejuicios religiosos bajo amenaza de no permitirle la entraba al cementerio si no negaba su fe. No lo hizo. Murió el 24 de abril de 1875 por una afección cardíaca,a los 56 años y fue sepultada dos días después por sus amigos en el cementerio británico. Finalmente fue honrada y llevada a descansar al Panteón de Maestros del Cementerio de la Chacarita en 1915.
Su hija Eulalia Norohna fue célebre en su participación decisiva en las sesiones del Congreso Pedagógico de 1882, lideró el grupo de docentes que promovieron la Educación Laica para todos. Esto marcó la estructura de nuestro sistema educativo por más de un siglo a través de la ley 1420.
Como dijo Manuela Gorriti en su elogio final: “Juana Manso gloria de la educación. Sin ella, nosotras seríamos sumisas, analfabetas, postergadas, desairadas. Ella es el ejemplo, la virtud y el honor que ensalza la valentía de la mujer. Ella es, sin duda, una mujer”. Además su epitafio del cementerio británico describía su firmeza: “Aquí yace una argentina que en medio de la noche de la indiferencia que envolvía a la patria, prefirió ser enterrada entre extranjeros, antes que profanar el santuario de su conciencia”.
(Cfr. Tenemos Ejemplos. Difusión para docentes y alumnos. Prof. Lic. Luis Angel Maggi).
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