“Hoy perdimos una gran oportunidad para unir a los argentinos”
La Gaceta, por Hernán Miranda, 04-06-2020.-
Rosendo Fraga repasó el legado y las ideas políticas de Belgrano. A través de
Zoom, el historiador y analista político enseñó cómo evolucionó el pensamiento
geopolítico de Belgrano y llamó a recuperar sus nociones de poder limitado y
unidad.La fecha pasó un poco desapercibida: la Casa Rosada no organizó gran
des festejos oficiales y el presidente se limitó a una conmemoración a través de
Twitter. Y sin embargo ayer el general Manuel Belgrano cumplió 250 años. En
su honor, la Fundación Federalismo y Libertad y la Sociedad Rural de Tucumán,
con el apoyo de la Fundación Friedrich Naumann, invitaron a exponer al historiador Rosendo Fraga (Buenos Aires, 1952), que a la tarde brindó una video
conferencia por medio de la aplicación Zoom. “Si yo tuviera que utilizar el lengua
je político del presente -reflexionó Fraga sobre el final-, diría que Belgrano es el
arquetipo del proyecto antigrieta. Y por eso lamento que hoy hayamos perdido
una gran oportunidad para conciliar a los argentinos”.
Analizar la figura de un prócer en 45 minutos no resulta una tarea fácil. Por eso
Fraga eligió solo una entre las múltiples facetas de Belgrano: la de su pensamien
to geopolítico. De acuerdo con este historiador, él quiso reconstruir el viejo Virrei
nato del Perú. No limitarse a liberar el del Río de la Plata, sino dar un paso atrás
y unir Buenos Aires y Lima: “si bien esta no era su idea original, después de sus
dos derrotas en Bolivia él consideró que era posible formar un solo gran país, y
en Yatasto acordó con San Martín emprender una acción de pinzas sobre Lima,
aunque fue desplazado antes de hacerlo”.
Años de formación
Mucho antes, en 1791, según resumió Fraga, Belgrano obtuvo el grado de capitán
de milicia, pero recién durante la primera Invasión inglesa, en 1806, le tocó entrar
en combate: “él cuenta en sus memorias, que son un testimonio interesante, que
nadie en la milicia tenía idea de lo que había que hacer, que todos se dispersaron
al primer cañonazo. Y después confiesa: ‘nunca pasé tanta vergüenza, y al día
siguiente establecí el firme propósito de conocer el arte militar’”.
Al año siguiente, en 1807, los soldados del Regimiento de Patricios lo eligieron
sargento mayor: “era, claro, una situación anómala, porque era un ejército de volu
ntarios, pero habla bastante del ascendiente que tenía sobre los demás. Y de
cómo obtuvo su conocimiento militar: sobre la marcha, a partir de la experiencia”.
De militar a diplomático
Poco después sucedieron el Éxodo jujeño y las batallas de Salta y Tucumán. De
acuerdo con Fraga, estos tres acontecimientos fueron los más importantes de la
Guerra de Independencia: “Belgrano es el militar más destacado del proceso independentista en Argentina, porque San Martín fue aquí un organizador y no un
líder, como en Chile, o un estadista, como en Perú. En cambio, si Belgrano toma
ba la decisión de no luchar en Tucumán y replegarse a Córdoba, quizá la Argenti
na hoy sería poco más que el estado de Buenos Aires”.
Fraga recordó que después de ser derrotado por partida doble en Vilcapugio y
Ayohuma, Belgrano fue enviado a Europa en misión diplomática. Mientras estaba
en España, ocurrieron la Batalla de Waterloo y el Congreso de Viena, y las viejas
monarquías europeas quedaron mejor paradas para bloquear los proyectos repu
blicanos: “en ese contexto adverso para el independentismo de América del Sur,
Belgrano idea una monarquía constitucional que abarcaría el territorio del Imperio
inca y tendría un rey indígena. Es el proyecto que él defiende, sin éxito, en 1916
durante el Congreso de Tucumán”.
Sin embargo, de acuerdo con la exposición de Fraga, allí no terminó el sueño
belgraniano de unidad sudamericana.
“¡Pobre patria mía!”
En febrero del año siguiente, mientras Araóz de La Madrid incursionaba en Bolivia
, Belgrano presionó para que acompañara la campaña de San Martín en Chile,
donde la derrota de los realistas aún no era definitva: “esa expedición fue el último
esfuerzo militar de Belgrano para cooperar con San Martín y presionar a Buenos
Aires con el fin de lograr la unidad política con Lima”.
Un poco más tarde, en 1819, Belgrano fue detenido y desapareció de escena.
En este punto, Fraga rescató la frase con la que supuestamente el prócer expiró:
“¡ay, pobre patria mía!”. “Yo diría que su muerte es el hito más importante del
fracaso del proyecto para unir los dos virreinatos -consideró el historiador-. Aquí
quisiera citar una respuesta de San Martín a una carta que le había enviado el
mendocino Tomás Godoy Cruz, donde este daba cuenta de las críticas militares
a Belgrano que había escuchado. Bueno, San Martín le contesta: ‘Belgrano es el
mejor hombre que tenemos en América del Sur’”.
Recuperar a Belgrano
Para defender esta apreciación de San Martín, Fraga propuso una interpretación
sobre el carácter de Belgrano distinta de la corriente. Según él, al prócer no le tem
blaba el pulso a la hora de adoptar medidas disciplinares de extrema dureza: “fusil
aba a cada desertor que encontraba y luego colgaba la cabeza en la plaza de
armas con la leyenda: ‘por perjuro, por traidor, por ingrato’. Hay hechos que clara
mente desmienten que haya sido un jefe militar blando. Consideraba que la anar
quía es muy negativa para la organización política”.
Por fin, Fraga pasó de su faceta de historiador a la de analista político y aventuró
qué ensañanzas les dejó Belgrano a los argentinos del presente. “Ponerse en la
cabeza de un muerto para hacerle decir algo sobre la actualidad funciona mejor
en literatura que en historia -bromeó-. Pero creo que podemos hacer el ejercicio
y retener una idea central de Belgrano: la de monarquía atemperada. Es una
noción de poder limitado. Por eso, si tuviera que trasladarlo a la política contempo
ránea, diría que Belgrano habría luchado contra todo autoritarismo, sea del extre
mo que sea”.
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