El San Martín que no conocemos
by LAA on 11:34 in Historia Argentina, San Martín
Se conocieron algunos los datos menos populares de uno de los héroes más importantes de la historia
argentina
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Su comida preferida era el asado, que casi siempre comía con un sólo cubierto: el cuchillo.
Era muy hábil en comer así. Solía morder un pedazo de carne, y como los paisanos, cortaba el
sobrante con un cuchillo afilado. ¡Había quienes se maravillaban que no se cortara la nariz!
sobrante con un cuchillo afilado. ¡Había quienes se maravillaban que no se cortara la nariz!
No le gustaba el mate. Pero era un apasionado del café. Y como era muy “pillo”, conocedor íntimo
del alma del soldado, para no “desairar” a sus muchachos, tomaba café con mate y bombilla.
del alma del soldado, para no “desairar” a sus muchachos, tomaba café con mate y bombilla.
Conocía mucho de vinos. Y podía reconocer su origen con sólo saborearlo.
Era muy buen jugador de ajedrez, y realmente era muy difícil ganarle.
Se remendaba su propia ropa. Era habitual verlo sentado con aguja e hilo, cosiendo sus botones flojos
o remendando un desgarro de su capote, el cual, abundaba de ellos.
o remendando un desgarro de su capote, el cual, abundaba de ellos.
Usaba sus botas hasta casi dejarlas inservibles. Más de un vez las mandaba a algún zapatero
remendón, para que les hagan taco y suela nuevos.
remendón, para que les hagan taco y suela nuevos.
Era muy buen pintor de marinas. Él mismo decía que si no se hubiera dedicado a la milicia, bien
podría haberse ganado la vida pintando cuadros.
podría haberse ganado la vida pintando cuadros.
Era muy buen guitarrista, habiendo estudiado en España con uno de los mejores maestros de su
época.
época.
Hablaba inglés, francés, italiano, y obviamente español, con un pronunciado acento andaluz.
Tenía la costumbre de aparecerse por el rancho, y pedirle al cocinero que le diera de probar la
comida que luego comería la tropa. Quería saber si era buena la comida de sus muchachos.
comida que luego comería la tropa. Quería saber si era buena la comida de sus muchachos.
Luego de comer, dormía una siesta corta, de no más de una hora, para luego levantarse y volver al
trabajo.
trabajo.
En Campaña, era el último en acostarse, después de cerciorarse que todos los puestos de guardia
estuviesen cubiertos, y el resto de la tropa descansando. Y para cuando empezaba a clarear el sol en
el horizonte, hacía rato que el General contemplaba el alba. Fuente: Somosjujuy.com.ar
estuviesen cubiertos, y el resto de la tropa descansando. Y para cuando empezaba a clarear el sol en
el horizonte, hacía rato que el General contemplaba el alba. Fuente: Somosjujuy.com.ar
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