La espiritualidad de Don Bosco. - 02 - 10 - 2019.-




¿Cómo explicar el coraje de esos primeros misioneros en la Patagonia?

Eran unos locos, unos locos de Dios. “Allá hay millones que no conocen el Evangelio”: era muy sencillo, hay que ir y salvarlos. “Ahí no tienen para comer”: vamos a llevar de comer. “No tienen con qué vestirse”: vamos a llevarles ropa.

Esos misioneros no tenían dinero, no tenían ningún interés personal: una vida de “locos”, digo yo, pero de locos por Dios, por la caridad. Era una cultura de entusiasmo por la fe y por llevar al Evangelio a los nativos y que conozcan a Cristo. “Total, ¿cuál es el problema? Dios está con Don Bosco y él está con nosotros, entonces vamos”. Aquí estamos de la mano de Dios, por lo tanto nadie tiene miedo.

Hay muchas de cosas que suceden después de los primeros cuarenta años de Don Bosco. Su relación con la autoridad, con los obispos. Sus problemas con el Papa, la formación de los salesianos, sus viajes a Francia y España. Hay que estudiar también la madurez de Don Bosco, cuando tenía 60 o 70 años. Un Don Bosco viejo, ¡tenía mi edad cuando murió, 72 años! En aquel tiempo era ser muy viejo.

Dicen que Don Bosco “murió de trabajo”. Pero no es verdad, murió porque era viejo. Sus hermanos, en cambio, murieron mucho más jóvenes: Antonio a los 46 años, José a los 56.

Claro que Don Bosco trabajó muchísimo hasta el final. De hecho, guardó durante un año la carta que el Papa le había enviado donde nombraba a Don Rúa como vicario de la Congregación. Don Bosco estaba cansado, sí, pero murió por su edad. 

Por Ezequiel Herrero y Santiago Valdemoros.- BOLETIN SALESIANO - AGOSTO 2019. N°749.

 



(Cfr. Tenemos Ejemplos. Difusión para docentes y alumnos. Prof. Lic. Luis Angel Maggi).

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