Te cuento las cuarenta. Adultos mayores.-31-03-2020.

ABC.Sociedad 20-03-2020.

La agencia de noticias italiana ANSA ha informado de la muerte del secretario de la Federación de Médicos Generales (FIMMG) de Lodi, Marcello Natali. Se da la circunstancia de que Natali denunció hace unos días en «Euronews» estar luchando contra el coronavirus sin guantes: «Se han acabado», dijo.
Tenía 57 años y, según medios italianos, no tenía ninguna patología previa especialmente grave. Después de su hospitalización en Cremona, fue trasladado a Milán y hospitalizado en cuidados intensivos por una grave neumonía bilateral.
Natali trabajó como médico de familia en el área de Codogno. «Seguramente no estábamos preparados para una situación como esta», añadió.
Hasta este jueves, la pandemia del nuevo coronavirus originado en la ciudad china de Wuhan ha acabado con la vida de más de 2.900 personas y ha dejado a más de 37.000 contagiadas en Italia, según el balance de las autoridades italianas.
Por su parte, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, considera «inevitable» prolongar el bloqueo del país, el cierre de tiendas y de escuelas, mientras se combate al coronavirus y asegura que las restricciones de movimiento y sociales «están funcionando».
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He pasado las últimas 48 horas solo y aislado. Y hace un rato pensaba dónde está Dios hoy. En qué recoveco de la creación y de nuestra existencia.
Esta mañana pasó algo. Leyendo el diario encontré una nota. Sobre los médicos que han muerto en Italia combatiendo la pandemia. Habla primero de una enfermera que se suicidó llevada al límite por el estrés, al enterarse de que estaba enferma no pudo con la culpa de la idea de haber podido contagiar a otros. Una mujer joven que no tenía hijos ni pareja, que vivía para que otros también lo hicieran.
En el siguiente renglón, el periodista hablaba de un médico jubilado que a los primeros astivos de lo que se venía se presentó de voluntario directamente al centro mismo del brote. Gino Fasoli su nombre. Como un soldado anciano que aún quiere otra batalla.
Y ahí estaba mi Señor . Ahí me esperaba. En ese hombre, anciano, cansado, en la edad otoñal de su vida, que no se planteó más nada que el deber de hacer lo que debía hacer. Porque si él no lo hacía, ¿quién?.
Y lloré. Ahí estaba mi Cristo. No en los altares, no en las oraciones, ni en mis versos. Cristo marchaba de vuelta a ser crucificado.
 No sé cómo se veía. No busqué su foto porque no la necesito. Me lo imagino enorme. Convencido. Y de repente tengo fe. No en el Dios impersonal de los metafísicos. No en el dudoso Dios mandadero de los comerciantes de la fe. No en el Dios contable de los teleevangelistas. No. Tengo fe en el Cristo encarnado de mis hermanos.
¿Y saben qué me pasó? Hace semanas me compré varias cajas de alcohol en gel. Y recien cuando busqué para reponer la que uso en el auto me encontré con muy pocas unidades. Pensé que me robaron. Pero me di cuenta…. Pasé más de una semana regalando casi a cada persona que me encontraba una botella. A mis viejos, mis vecinos, algún cliente antes de que todo esto pasara.
Y lo vi claramente. Ahí está mi Dios. En mí. Y en vos. Y en todos. En lo que sentimos, en lo que hacemos, en el amor que damos. Dios no nos deja solos porque Dios está EN NOSOTROS. No a nuestra lado. Las manos inmensas de la providencia son las que encontramos al final de nuestros brazos.
Y ahora estoy llorando. Por qué de repente entiendo. Que ahora estamos preparándonos. Porque cuando pase todo esto deberemos reconstruir. Llegar a nuevos acuerdos. En los que todos estemos incluidos. En los que la felicidad sea necesariamente un camino colectivo.
Y de repente no estoy escondido y asustado. Me estoy entrenando. Me estoy preparando. Porque la verdadera batalla será decidir qué haremos con lo que aprendamos de nosotros mismos en esta cuarentena. Y después cambiar lo que debamos cambiar, primero en nosotros mismos, y en consecuencia en el mundo. Este hermoso mundo que es nuestro hogar. Y donde todos somos hermanos. Bajo el mismo cielo y el mismo destino.
Gente hermosa, hermanos míos si quieren me gustaría que compartieran este escrito para que llegue a más gente, y si pueden ver el vídeo de youtube que hice (disculpen mi mala dicción) y compartirlo y darle like y seguirme. Un abrazo grande, y sepan que están todos es mi corazón.
(Revisarlo me parece trucho)

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