Influencer,- nuevo término-. La Capital.14-10-2018.



El rol del docente como verdadero "influencer".

Domingo 14 de Octubre de 2018. María Belén González Milbrandt / Licenciada en Ciencias de la Educación

¡Qué difícil ser un buen maestro! "La importancia que la sociedad valore la opinión, la palabra y las
 acciones de quienes tienen la enorme tarea de enseñar en un aula"-dice-. 
Personalmente pienso al transcribir este artículo, que el docente debe guiar al alumno  en el campo 
del saber y enseñarles a pensar, a reflexionar, a distinguir.
El artículo de María Belén, comienza así: "La primera vez que vi escrita la palabra 
"influencer" fue en la tapa de una revista de celebridades donde se anunciaba una mega 
fiesta a la cual habían asistido los principales "influencers" del momento"-dice-. Al hojear 
la revista, descubrí que esa personas "tan codiciadas" eran los hijos de famosos actores y 
empresarios que tenían cientos de miles de seguidores en las redes sociales y que tenían
 el poder de influir en las conductas, principalmente de compra, de los adolescentes que
 los siguen e idolatran".
"Decidí investigar sobre este término:"influencer",utilizado con frecuencia y me
 generó una gran curiosidad. El resultado de la búsqueda de su definición en el 
diccionario de la Real Academia Española fue:"no obtuve resultados". Verifiqué
 que las palabras estuvieran bien escritas. Entendí que la RAE lo considera un 
extranjerismo innecesario, teniendo su palabra equivalente en español".
"Así continué la búsqueda en Wikipedia y otras páginas como defincionabc.com y Bloggin Zenith y encontré lo siguiente: "podríamos definir a los influencers como personas con gran presencia y credibilidad en redes sociales. El término influencer significa influenciador, y su figura consigue que sus aportes en las redes sociales dispongan de gran credibilidad sobre los temas en los que se encuentran """especializados".
Si algo se destaca es su capacidad de generar opiniones y reacciones en otros usuarios cuando hablan sobre una temática en concreto. Recordemos que los "influencers" no son importantes en sí mismos, sino por sus seguidores.
Todos tienen en común el mismo patrón:un individuo que es "aclamado" por muchos y cuya opinión influye en la opinión de terceros.
"Al leer y releer las definiciones empecé a encontrar una gran similitud con las características que a mi entender definen a un buen maestro. Si nos limitamos al término red social (en forma literal y no pensamos por un segundo en Facebook, Instagram, Twitter, y nos abocamos a imaginar una verdadera red de personas que se conectan, que interactúan y se relacionan), podemos pensar en la escuela como ese espacio, donde después de la familia, se generan las primeras redes sociales".
"La escuela es el contexto en el cual desarrollamos, tejemos y fomentamos nuestras primeras redes sociales (no es casual que Mark Zuckerberg haya creado Facebook para reencontrarse de forma virtual con sus compañeros de la universidad). En esta gran red social que es la escuela los docentes cumplimos un rol fundamental como influencers. Tenemos la responsabilidad moral de influir de forma positiva en nuestros alumnos, otros docentes y en la comunidad educativa. Apostar al pensamiento crítico, el conocimiento personal, el esfuerzo, la perseverancia, la resiliencia, el trabajo en equipo, el respeto por la diversidad. Como guías de nuestros alumnos debemos enseñar con el ejemplo,con impecable coherencia entre el decir y el hacer, constituyéndonos en verdaderos modelos de los valores que intentamos transmitir".
"En el libro "Sálvese quien pueda", Andrés Oppenheimer (en el capítulo 7 donde se refiere al futuro de la educación) nos invita a reflexionar sobre "el rol que ocuparán los maestros en un futuro cercano en el cual los robots y otras inteligencias artificiales serán quienes transmitan a los alumnos conocimientos teóricos y también prácticos sobre la mayoría de los temas, dada su capacidad de almacenamiento ilimitado de información". "Los docentes de carne y hueso tendrán que reinventarse y convertirse en motivadores, consejeros académicos, guías espirituales y terapeutas personales", dice. Y concluye que serán las habilidades blandas como la curiosidad intelectual, la flexibilidad mental, el trabajo en equipo y la conducta ética lo que los docentes enseñarán a sus alumnos en el contexto escolar".
"En tiempos de influencers y redes sociales, resuenan en mi mente las palabras de Andy Wharhol: "En el futuro, todos serán famosos al menos para quince personas". Como maestros, formadores, educadores, motivadores, facilitadores, entrenadores tenemos el invaluable poder de tocar almas, de movilizar corazones y de mejorar los destinos de quince o quizás muchas más personas. No somos importantes por nosotros mismos sino por lo que generamos en los alumnos, en nuestras comunidades y en el futuro de la humanidad. Menuda tarea la de los maestros como verdaderos influencers, a quienes les debemos como sociedad nuestro reconocimiento y gratitud"..
(*) María Belén González, participará en un panel sobre "Educación a prueba de futuro" junto a Hector Floriani y Guillermina Ygelman en el Festival de Ciudades Felices 2018, en Rosario, los días 19 y 20 de octubre. Organiza: Fundación El Desafío...........(Hasta aquí el artículo)............................
Nota: Este breve artículo es un llamado de atención a los colegas docentes que no pudieron leerlo en la Capital. De  mi parte (difusor),es un aporte didáctico pedagógico, como  docente jubilado, como "UN ADULTO INMIGRANTE DIGITAL" (más de 65 años) y no un "NATIVO DIGITAL", que caracteriza a una generación de personas que nacieron con las tecnologías usan la cibernética desde niños.
En la actualidad(desde el año 2000), podríamos decir que toda la vida diaria de niños y jóvenes está atravesada por las pantallas, hasta cuando circulan en bicicleta, en reuniones de amigos, cuando almuerzan y cenan. Nadie mira a los ojos, ni miran por donde caminan.
Existen familias que festejan que un niño o niña de dos años, use la pantalla de un celular con facilidad. Este camino lleva a confundir el uso "instrumental" con el uso reflexivo, seguro y creativo de las tecnologías. El niño, la niña absorbe todo: (los "dibujitos", paisajes, pornografía, "noticias falsas", consejos), no chequean ni comparan la información, no identifican al autor ni la procedencia; confunden publicidad con información, "contenidos" para perjudicar o dañar a una persona, a un grupo social o a una organización.Lo cierto es que existen "chantas", no solo en las calles, sino también en los medios y en las redes. El ejemplo "conseguir novios o amantes por chat, por facebook y en la primera salida se produce un crimen, luego vienen "los lamentos" y las convocatorias de "ni una menos".
Reingreso al tema, "núcleo semántico", los docentes deben centrarse y distinguir, preguntarse si "el celular sí, el celular no"; sino en función del proyecto educativo, pues no tiene sentido "demonizar",  sino preguntarse si es bueno o malo, son "herramientas" como un cuchillo (para comer o matar), un martillo (para  uso del carpintero o para golpear la cabeza de una persona).
El "influencer" con su figura bella, esbelta, con su seducción de artista, de ganador, es  el logro de cazar "incautos", fácilmente dominables y que la sugerencia sea como un dogma, un deseo ciego de obtenerlo. No quieren seres pensantes, sino personas  sumisas,lamentablemente "bobas".
Referencias.
Mac Luhan Marshal. Teoría de la Comunicación. El medio es el Mensaje. La aldea global. Canadá.1970.
Morduchowicz,Roxana. "Ruidos en la Web",como se informan los adolescentes en la era digital. Ediciones Don Bosco. 2018.- Bs.As.-Argentina-.
Herrero Ezequiel y Valdemoros Santiago. Boletín Salesiano.- Oct.2018. N°.742.- Bs. As.

El Mediocre y el Talentoso.15-10-2018. (por el Prof. de Filosofía,Alberto Buela)

La promoción del mediocre
Alberto Buela (*). Prof. de Filosofía, educador y escritor. 15 de Octubre del 2018.
Son varios entre la gente que piensa, Santiago González, Virginia Tuckey, Carlos Tonelli, que vienen hablando del síndrome Messi, que es aquel que padece el talento argentino en su propia tierra.
Y así como Messi se destaca en el exterior y fracasa en Argentina, de la misma manera sucede con tantos argentinos talentosos que tienen éxito afuera y en nuestro país no son tenidos en cuenta.
La explicación es que el sistema institucional argentino, en todos los órdenes, promueve no a los talentosos sino a los mediocres. 
La producción de sentido del sistema institucional argentino, tanto en el nivel del Estado como en el de la sociedad civil está constituido de tal forma que solo permite la elevación del mediocre. Y así son mediocres nuestros obispos, nuestros gobernantes, nuestros políticos, nuestros dirigentes sociales, nuestros profesores universitarios, nuestros investigadores, nuestros ingenieros, nuestros mecánicos, nuestros plomeros, nuestros constructores, y un largo etcétera.
Argentina dejó de inventar hace muchos años, pues alguna vez inventó. Inventó el dulce de leche, el colectivo, con el Dr. Favaloro el bypass, con el filósofo Luis Juan Guerrero un sistema de estética, la estética operatoria; con el primer peronismo “la constitución comunitaria” del Chaco; con el Ing. Berta y su motor Torino y un no tan largo etcétera. Pero, para poner una fecha emblemática, desde restauración democrática para acá no se inventó nada. Llevamos casi medio siglo haciendo la plancha en el orden de las invenciones y creaciones. ¿A qué se debe eso, si tenemos muchos talentos?. Es que los talentos brillan afuera y se marchitan adentro. ¿Quién no conoce alguno que se destaca en el exterior? Y ¿quién no conoce alguno que destacándose en el exterior no es reconocido acá?. 
Qué hubiera sido de Baremboim si se hubiese quedado en Argentina, estaría tocando piano en una cantina o en una escuela de música. Porque el sistema institucional argentino lo habría ahogado, lo habría malogrado. Porque este sistema promueve y alienta a los mediocres.
No quisiera hacer algo auto referencial pero los promocionados filósofos argentinos son el ejemplo más palpable. Primero, en los últimos cincuenta años no dimos ningún filósofo, a lo más que llegamos fue a algún que otro maestro de filosofía. Estos son los buenos profesores que nos evitan leer libros malos, los que nos evitan el esfuerzo intelectual al ñudo, aquellos que nos muestran un atajo para evitar tantos rodeos. Tuvimos algunos buenos investigadores, pero un investigador es, en el fondo, un especialista de lo mínimo. No ve el todo. Como me dijo uno de los buenos: “por fin terminé de hablar de la nóesis y el nóema”. O como me confesó el finado Ernesto La Croce cuando estaba por irse: “me voy sin haber podido escribir sobre lo que quería”.
Hablando con propiedad un investigador en filosofía es un vaguito, porque se acomoda a un horario y un lugar al que concurre regularmente, investigando un tema puntual del que vive toda su vida útil hasta llegar a la jubilación del Estado con rango de funcionario.
Hace unos días nomás convoqué a un congreso nacional de filosofía para el 2019 en homenaje al primer congreso de 1949, que tantos talentos reunió y tan buenos frutos dio. Y la primera pegunta fue, qué universidad lo realiza. Y mi respuesta fue: y qué universidad está en condiciones de decir quién es filósofo y quién no. Hay que hacerlo desde la comunidad por aquello que afirmara un maestro de la filosofía como lo fue don Coriolano Alberini: ““este Primer Congreso nacional dará singular prestigio a la Argentina espiritual… y esperemos que en un futuro florecerán genios filosóficos ajenos a la enseñanza oficial”. 
La mediocridad hoy, en esta época de la nivelación, corta la cabeza que sobresale. Y en nuestro país existe una guillotina móvil como aquella de El siglo de las luces de Alejo Carpentier. Cuántas vocaciones frustradas, cuántos talentos malogrados, qué enorme cantidad creaciones silenciadas. Sin ir más lejos, hasta la segunda guerra mundial, los talentos se promocionaban, y no tanto por el Estado sino mas bien por la comunidad: un cura de pueblo descubría una vocación de lo que sea, y la animaba y ayudaba; las colectividades, sobre todo italianas y españolas, apoyaban a los veían con talento. Pero todo eso desapareció. Los curas se transformaron en sociólogos y los tanos y gallegos se integraron con nosotros.

Hoy la promoción desde la sociedad civil quedó solo en manos de la poderosa colectividad israelita, que promociona solo a los suyos, lo que da por resultado, al menos en filosofía, la promoción de un hato de los mediocres (y cito al pasar: Aguinis, Kovaldoff, Abraham, Feinmann, Forster, Dario S., Madanes, Klimosky, Dujovne, Barilko, Heller et alii). Esto es grave, porque estos mediocres, más allá de desprestigiar a la inteligencia judía en Argentina, no han sabido sostener ni una sola tesis en cuarenta años de filosofía en Argentina. Yo no soy nadie, solo un simple arkegueta, pero con un trabajo constante de casi medio siglo en filosofía, presenté la teoría del disenso como generadora del auténtico diálogo; la tesis de América como lo hóspito, como matriz que nos recibió a todos que llegamos a ella desde lo inhóspito, la guerra, el hambre, la persecución, de la imposibilidad de llegar ser verdaderos hombres; inicié en Iberoamérica el estudio de la Metapolítica y me sumé a las tesis del giro aretaico en ética.
Por lo tanto hay que proponer y realizar un pensamiento de ruptura que nos permita romper con la opinión publica, que hoy ha sido reducida a la opinión publicada. La opinión establecida y disentir con las fake news que atiborran nuestra conciencia de mentiras y falsedades.
(*) arkegueta, aprendiz constante.

La Postverdad. 19 - 10 -2018 - por Prof. Alberto Buela.

Algo sobre la postverdad 
(A pedido de Silvio Maresca).

Artículo escrito por el filósofo Alberto Buela (*)
La postverdad es una novedad filosófica inaugurada por los ingleses, cuándo no, hace unos pocos años con Jayson Harbin en 2015, donde se sostiene que lo que interesa no es la realidad sino lo que se dice de la realidad.
Esta postura ha dado lugar a los diferentes “relatos” sobre la realidad pero no sobre lo que ella nos dice de sí misma.
Estos relatos son básicamente los políticos y culturales que pretenden ir más allá de las ideologías pero que terminan siendo un fraude.
Los sostenedores de tan novedosa teoría han dejado de lado la idea de verdad como adaequatio intellectus et rei para reemplazarla por adaequatio rei ad intellectum. Esto es, que la adecuación entre el intelecto y la realidad fue reemplazada por la adecuación de la realidad a lo que dice de ella el intelecto.
Así, si estamos mal porque nos matan como perros por la calle, en estas democracias postmodernas donde nadie nos cuida, los sostenedores de la postverdad nos dicen: la inseguridad es solo una sensación.
Un buen profesor español, Miguel Navarro Crego, cansado de dar explicaciones sobre el tema, afirma: “la postverdad es el último y carnavalesco disfraz de lo que siempre se conoció como embuste, fraude y mentira”.
En mi opinión la idea de postverdad se encuentra, cuándo no, también en otra ocurrencia inglesa: los enunciados performativos de Austin en su libro Cómo hacer cosas con palabras (1962). Así, el lenguaje no solo describe el hecho sino que el hecho al ser expresado se realiza. Cuando decimos “yo prometo”, como no sabemos si será verdadero o falso, yo lo estoy realizando. O cuando el cura dice “yo te bautizo” produce el hecho del bautismo. Esta función del lenguaje que los ingleses llaman performative, nuestro profesores telúricos que siempre imitan, pero como un espejo opaco imitan mal, la han traducido por “preformativa” en lugar de hacerlo en castellano por “realizativa” lo que hace más entendible dicha teoría.
La consecuencia politilógica más importante en estos últimos años vinculada a la idea de postverdad es la sostenida por un argentino de origen portugués, Ernesto Laclau, quien en su libro La razón populista (2005), en vistas a que el marxismo perdió el sostén del pueblo, afirma que el pueblo, las mayorías populares tiene que ser reemplazado por distintos pueblos o colectivos o diferentes minorías, que son los verdaderos destinatarios de los gobiernos democráticos. Estos pueblos son una creación intelectual (en Argentina volvieron a aparecer los indios, en Chile la república mapuche, aparecieron diferentes géneros más allá del masculino y el femenino, etc.). 
Estas nuevas oposiciones dialécticas: gays vs. heterosexuales; indios vs. blancos; abortistas vs. provida, etc. vienen a reemplazar a la agotada dialéctica marxista entre burgueses y proletarios. Por supuesto que esto no daña las condiciones de producción sino que más bien las consolida. El imperialismo internacional del dinero salta en una pata.
Al respecto observa Javier Esparza, posiblemente la cabeza más penetrante de la España actual: “Otorgando políticamente una identidad única a esa diversidad de antagonismos. Por así decirlo, el discurso político ya no es consecuencia de una realidad social objetiva que con mayor o menor fortuna pretende describir; sino que ahora el discurso es el creador de la realidad. En el caso que nos ocupa, el discurso político crea, constituye, inventa un Pueblo.” 
A la difusión de esta teoría de la postverdad contribuyó en mucho la antropología cultural, de origen norteamericano, cuando fracasó -los hechos están a la vista- la teoría del melting pot o crisol de razas, al no poder integrar a los negros en un proyecto unitario de nación americana.
Vemos así como la teoría de la postverdad termina justificando, en el ámbito político, la explotación del hombre por el hombre, en el ámbito cultural negando la integración y en el ámbito filosófico sosteniendo que nada es verdadero ni falso. 
Y para ello entretiene al hombre (varón y mujer) en falsas disputas, cargándolo de fakes news, y haciéndole creer que como un pequeño dios puede crear a través de su logos, de su palabra. Cuando en realidad solo Dios puede crear: In principium erat Verbum, mientras que la función del hombre es acompañar la creación. El mundo es un cosmos, es algo bello, de ahí todavía resuena en nosotros en el término cosmética- arte del embellecimiento-. Y si lo acompañamos o incluso lo trasformamos sin que se note mucho, nos estamos embelleciendo. Y si nos embellecemos con nuestra acción nos estamos, sin darnos cuenta, haciendo más buenos. Y así, llegaríamos nuevamente al ideal griego de la kalokagatia, la unión de lo bello y lo bueno con perfección.

buela.alberto@gmail.com