Incendio en el Colegio San José, año1947 10 de Abril. - 10 - 02 - 2024.

Ex Alumnos de Don Bosco. Rosario. 1947 a 1948. 1947.-“El Colegio San José inició la nueva sede de la Inspectoría Nuestra Señora del Rosario que abarcaba las provincias del Litoral y la República del Paraguay”. (Un Siglo de Historia. P. C. Bruno 1990). “Un violento y pavoroso incendio estalló en la Capilla el día Jueves Santo del 10 de Abril, a las 9.00, en el segundo piso del ala central, el brazo más antiguo de las sucesivas construcciones. El Maestro Pedro Beltrame alarmado, desde el taller de orfebrería corrió, pero era imposible entrar, dio el grito de: “¡Aléjense! ¡Fuego, fuego, llamen a los bomberos!”. “Los bomberos trabajaban en el lugar, los alumnos y el personal alejados, reunidos, en el patio oyeron un gran estrépito, fue el momento que sobrevino el derrumbe de la pared que daba al sur y se hundió el piso, que era el techo de la sala de estudio en el primer piso, en medio de una verdadera hoguera. Tres horas después quedó todo apagado; los maestros pasaron lista de los alumnos, faltaba Américo Gandolfo. El alumno afligido, volvió seguramente, para retirar algunos efectos personales sin pensar en el peligro, a pesar de la orden insistente de retirarse lejos”. “Los bomberos alertados, revisaron los escombros y apareció Américo con sus libros bajo el brazo, apretado por los escombros en su lugar de estudio. El niño con angustia y desesperación, pensó seguramente en lo que amaba y tanto le habían costado a sus padres: “sus libros y útiles”. Los servidores públicos traían en sus brazos la peor noticia, un alumno sin vida; Américo Gandolfo.El el llanto, el dolor y la angustia explotaron”. La destrucción de la Capilla resultó total; pero la angustia del Personal, el llanto, las lágrimas de los compañeros y la conmoción de los padres, más profunda. El aviso mortuorio, al día siguiente decía: “Dios cambió el rumbo en el timón de su vida, nos queda el recuerdo de sus modales sencillos, de su empeño en aprender los secretos de su oficio de obrero tipógrafo. El pensamiento de una hermosa existencia bajo la paternal mirada de San Juan Bosco, sea un bálsamo que mitigue el dolor de los superiores, condiscípulos y de sus desconsolados y cristianos padres”, (Archivos. Memorias. Auxilium, Abril de 1947). “El incendio llevó el fruto de muchas limosnas de cooperadores y ex alumnos, el esfuerzo de los salesianos y una vida preciosa que no se dejó de llorar, desde el Jueves Santo 10 de Abril. Ante la herida del Colegio se hizo presente la adhesión de la Ciudad y el cariño de los que siempre amaron la Obra Salesiana. Aún cuelga de nuestro espíritu el crespón del profundo pesar causado por el inexplicable incendio”. (75 años .P.A.Tiberi. 1965) “La Comisión Directiva, el 18 de Abril resolvió participar activamente con la Colecta, en adhesión al Colegio, con motivo del siniestro de Abril, organizada por las Damas Cooperadoras de la Obra de Don Bosco. El Secretario envió nota a las Cooperadoras, felicitándolas por la iniciativa que sin duda tendría resultados efectivos”. (Actas. Ex alumnos 1947).

Escuela Rural. Señorita Inés. Reflexiones. -09 - 02- 2024.-

Escuela Rural. Señorita Inés. Autor: Alberto Rantucho Escuela Rural N°54, solo dos árboles le acercaban un poco de frescura con su escasa sombra. A principio de marzo del año 1973, llega Inés luego de recorrer 20 kilómetros de caminos de tierra, desde su pueblo natal con apenas 23 años. Se hacía preguntas: “¿me dirán “Seño Inés”?” “¿Se acostumbrarán a una nueva maestra?”. Miraba la escuela, todo muy precario, pero igual le parecía hermosa. La recorrió en pocos minutos, conoció lo que pasaría a ser su nueva casa de lunes a viernes, una habitación muy pequeña y una cocina apenas un poquito más grande, el baño debía compartirlo con la escuela. Mientras esperaba que llegaran los alumnos observaba a lo lejos. Todo era inmenso. Los campos pintados con distintos verdes. Un cielo que parecía un manto celeste que solo era interrumpido por algunas nubes que se paseaban lentamente cambiando de formas como llamando la atención. A lo lejos se veían casas, cada una acompañada por unos pocos árboles. -En la mayoría viven peones de las estancias- le dijo algún alumno días después. Inés se mostraba impaciente. “¡¡Allá viene un alumno!!” se dijo. Claro que sí, empezó a ver los guardapolvos blancos impecables como todo comienzo de clases. Se estremeció, se acordó de aquello de “palomitas Blancas”. Eran sus primeros alumnos, venían dos en un sulky, tres en un carro, otros dos en un mismo caballo, por allá vio que unos venían en bicicleta y otros caminando. Los niños fueron saludando. - ¿Falta alguien? - Preguntó Inés -Sí, en aquella camioneta que se “cae a pedazos” traen al rengo -. Dijo uno de los niños. Inés se asombró con la naturalidad que hablaban del tema, le pareció hasta ofensivo el apodo, pero pensó que no era el momento de corregirlo. Llegó la camioneta y el niño bajó con muletas. Inés lo saludó y le preguntó su nombre, a lo que respondió -Me llamo Gerónimo, pero dígame “Rengo” que es más corto-. Inés sonrió mientras pensaba:”¡¡¡Cuánta Pureza hay en estos niños!!!!”. -Antes de entrar vamos a izar la bandera y cantamos “Canción Aurora”- Los niños se miraban y no se animaban a decir que la bandera cuando llegaban a la escuela ya estaba izada. –No se hagan problema si no la conocen que yo lo hago mientras canto la canción-. Lo hizo “a capella” porque no tenían otro recurso para hacer música. Los alumnos hicieron silencio absoluto. Se mostraban conmovidos. -¡¡¡Qué hermosa voz!!!-. decían unos por lo bajo -¡¡¡Qué hermosa canción!!!-decían otros. Cuando terminó miró a sus alumnos y se dio cuenta que estaban emocionados. En ese momento pensó que había llegado su primera satisfacción como docente. Ingresaron al aula, tenía 18 alumnos desde seis a trece años pasando por todos los grados. Quedó un banco vacío. Como adivinando Roque, distinguido como el más charlatán de la clase, dijo: -Allí se sientan los hermanos Benítez, pero hoy les nació un hermanito-. le contaron que ahora son seis hermanos. Luego fue el turno de Graciela que remató diciendo que su mamá le ayudo en el parto -Lo hace porque sabe mucho ya que nosotros somos diez hermanos-. Inés pensaba: “Que humilde que son, apenas les alcanza para vivir, pero se los ve felices”. Empezó por organizar la clase, les preguntó quienes escribían con tinta, luego repartió los tinteros con la recomendación que se repetiría año a año -A no mancharse el guardapolvo ni el pupitre por favor-, a los pocos días alguna que otra mancha aparecía en el guardapolvo y también en el pupitre…allí sumaba otro consejo: -no carguen tanto la pluma-. Con el paso del tiempo se fue ganando el afecto de los alumnos, es más, se reflejaba mucha colaboración en el grupo, si hasta ayudaban a alumnos de grados inferiores cuando no entendían alguna consigna. -Les agradezco tanta disposición, les dijo y luego acotó, -Es un ejemplo de ” trabajo Cooperativo”-. Inés no salía de su asombro al enterarse que muchos padres no sabían leer ni escribir. Entabló una relación excelente con ellos a tal punto que, si egresaba algún alumno o se mudaba la familia, trataban de seguir en contacto. Inés era feliz ejerciendo la docencia. Aprendió mucho de las tareas rurales, sabía del avance de la tecnología. Lo que no avizoraba que esos mismos avances contribuía a que disminuyera los habitantes en la zona rural. ¡¡¡Llegó el gran día!!! Toda la comunidad educativa le organizó el festejo de sus treinta años de docente. ¡¡¡Cuántas emociones!!! Reencontrarse con ex alumnos, darse cuenta que muchos de ellos tienen hijos ya crecidos. A cada momento surgía esa frase hecha que no por eso dejaba de ser significativa…¡¡¡Cómo pasó el tiempo!!!!.... Por momentos se quedaba pensativa, miraba un gran cartel que decía “Gracias Seño Inés”. Se conmovía pensando que era su gran familia, esa familia que quizás no formó por su vocación por la docencia. El lunes siguiente comenzó el primer dia de clase rumbo a los 31 años como docente con solo dos alumnos,, en ese momento se preguntó: ”estaré en esta escuela dos años más, o talvés cinco?”. Las casas de la zona estaban deshabitadas, se habían convertido en “taperas”. Siguió dando clases con el entusiasmo de siempre sin saber que iba a recibir una noticia que lo cambiaría todo. -Seño, llega alguien- dijo uno de los alumnos, -Debe ser la inspectora- dijo mientras salía a recibir a los visitantes. -Somos del Ministerio de Educación y le traemos una resolución donde indica el cierre de la Escuela por falta de alumnos. La vida de Inés se convirtió en un puñado de recuerdos y nostalgias. Imposible olvidar cuando le anunciaron el cierre de la escuela, y la invitación a jubilarse. Se le venía a la memoria el mobiliario , el globo terráqueo, Los mapas, el puntero, las tizas y borradores. ¿Correrían el destino de las otras escuelas que eran invadidas por los yuyos y roedores? Un día se enteró que Roque, su exalumno tenía ya una familia y le habían cedido las instalaciones de la escuela para que viviera. Esto, a pesar de su nostalgia, alegró a Inés. Un día se apareció Roque en su casa -Seño Inés, la vengo a buscar porque tengo un regalo para usted-No entendía nada, Roque le insistió que fuera con él. Toman una ruta nueva que pasaba al lado de la escuela. Inés no la conocía, -Hubo que juntar firma para que la desviaran unos metros sino derribaban la Escuela - dijo Roque. Inés se conmovió con solo pensar que hubiese desaparecido. Pronto se aproximaban, -Con la modernización todo es más fácil- dijo Roque mientras Inés pensaba “¡¡¡Qué paradoja!!! Por la modernización se cerró mi Escuela”. Por fin estaban llegando, Roque no le había dicho cuál era el regalo. La radio de la camioneta tenía sintonizada la emisora local. El periodista informa adelantándose a la sorpresa de Roque -Comenzamos con una hermosa noticia: por iniciativa de la Comunidad de la Escuela Rural N° 54, se convocó a los vecinos de las escuelas del distrito, que fueron cerradas por falta de alumnos, a concentrar el material que pertenecía a cada una de ella para así, armar un Museo. – Continúa el periodista -Para completar la alegría de los vecinos se homenajea a una docente que brindó su vida por la educación. Dentro de una hora se inaugura el Museo Escolar “Seño Inés”-. Se hizo silencio… Roque miró a su ex maestra que se secaba las lágrimas…-¡¡¡Felicitaciones “Seño Inés”- dijo Roque con vos temblorosa por la emoción…-¡¡¡Muchas gracias alumno Roque!!!- Cuando Inés cortó la cinta le pidieron que hablara. Solo tengo para decir ante tanto agradecimiento por el esfuerzo que: “NO HAY ESFUERZO CUANDO HAY VOCACIÓN”-