1. Abadía de Montecasino
Construída a 130km sur de Roma, es célebre por ser el primer monasterio construido por San Benito. En este lugar escribió la Regla de vida Benedictina. El monasterio fue emplazado en un lugar que anteriormente estaba dedicado a la deidad pagana de Apolo, por lo que San Benito decidió dedicarla a San Juan Bautista. Una vez que se estableció ahí, no la abandonó jamás.
El más célebre alumno de este monasterio fue santo Tomás de Aquino, doctor de la Iglesia. Por su ubicación protegida, amurallada y estratégica, muchas veces fue lugar de conflicto bélico, siendo saqueada y destruida varias veces. Hasta el mismo Napoleón la invadió y saqueó. Durante la Segunda Guerra Mundial fue lugar de múltiples batallas y el 15 de febrero de 1944 fue destruía por completo luego de un bombardeo. La abadía fue reconstruida y fue nuevamente consagrada por el Papa Paulo VI en 1964.

2. Monasterio de Santa Catalina del monte Sinaí

La madre del emperador Constantino I mandó a construir una capilla en este lugar, donde la tradición indica que Moisés habló con Dios, en el episodio de la “Zarza Ardiente”, de hecho la zarza que se conserva ahí supuestamente es la “original”. Posteriormente el emperador Justiniano I mandó a construir un monasterio junto a la capilla. 

Ubicado a los pies del monte Sinaí, este lugar en principio era llamado “Monasterio de la Transfiguración” sin embargo cambió su nombre a “santa Catalina”, una mártir cristiana que fue sentenciada a morir en la rueda de tortura. La tradición transmitió que la rueda se rompió y que finalmente fue decapitada y que cuerpo fue trasladado por los ángeles al Monte Sinaí, en donde los monjes del monasterio encontraron sus restos sobre el año 800, en una gruta de la montaña. Momento a partir del cual el monasterio custodió sus reliquias y se convirtió en un importante centro de peregrinación. Desde el 2002 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

3. Monasterio de los Jerónimos en Lisboa

Fundado en el año 1501 para acoger a la Orden de San Jerónimo, destaca por su gran trabajo arquitectónico y lo asombroso de su diseño. De hecho se dice que es la mayor obra arquitectónica del estilo “manuelino” (del Rey Manuel I de Portugal) y una de las joyas del país. Aunque en su momento fue un lugar de claustro y oración, construido como con motivo de celebración por el sano regreso del explorador “Vasco de Gama” desde la India, hoy acoge museos y tiene fines más bien turísticos y culturales.

4. Monasterio del Monte San Miguel

Es una antigua abadía benedictina ubicada en Normandía, Francia, emplazada en el “Mont Saint Michel”. En un principio correspondía a una Basílica que además tendría celdas para acoger a los monjes, pero debido a que prontamente se convirtió en un reconocido y atractivo lugar de peregrinación, a su alrededor de alzaron varias edificaciones y albergues. Su particular ubicación, en medio de una bahía, permite su acceso a pie dependiendo de la marea, lo que la hace aún más atractiva y fascinante.
Se le considera una “mega estructura” en la cual convergen estilos arquitectónicos carolingio, románico y gótico, en donde las edificaciones se superponen entre sí con el único fin de servir a las labores monásticas que se desarrollan ahí. Desde 1979 es considerada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

5. Monasterio de Santa María de Montserrat

El monasterio de Montserrat es un punto de peregrinación muy reconocido en Cataluña. En el sector montañoso donde se encuentra, al momento de su fundación, habían otras ermitas y conventos a cargo algunosreligiosos, pero el monasterio de Montserrat acogía en su interior una imagen de la Virgen de origen incierto que fue encontrada en ese lugar en cerca del año 880.
Es por eso que el monasterio rápidamente pasó a convertirse en un santuario, un lugar de peregrinación y veneración de la imagen. Este paso de monasterio a santuario permitió que en su momento llegasen muchas limosnas y aportes, lo que permitió que las edificaciones pudieran prosperar y que a él acudieran muchos fieles. Todo esto sumado al entorno montañoso y a su ubicación (a más de 700 metros sobre el nivel del mar) que hacían de la experiencia de peregrinación una vivencia muy especial para los fieles.
Al igual que muchos otros edificios católicos, templos y monasterios, fue atacado por Napoleón en dos ocasiones, siendo incendiado y saqueado. En la actualidad es custodiado y habitado por monjes benedictinos.
(Cfr. Tenemos Ejemplos. Testimonios Cristianos. Difusión para Catequistas y alumnos. Prof. Lic. Luis Angel Maggi).