La Biblioteca, respeto y tolerancia.

Domingo 17 de Noviembre de 2019
 La Antigua Biblioteca de Alejandría. (Carta de Lectores). 
La Antigua Biblioteca de Alejandría, fue en su época la más grande del mundo conocido. Situada en la ciudad egipcia de Alejandría. Se estima que fue fundada en el siglo III antes de Cristo, fue construida sobre la ciudad que Alejandro Magno fundó tras liberar a Egipto de los persas. Fue proyectada por Ptolomeo (padre) y por su hijo. Llegó a albergar hasta 900.000 manuscritos, muy meritorio para la época fue este acopio de los conocimientos existentes, pero muy limitada en su llegada a la población, por distintas razones: el analfabetismo predominante, la distancia al lugar de la misma y el desconocimiento de su existencia en regiones geográficas alejadas. En el siglo XXI, con el advenimiento y la difusión de la informática al alcance de casi todos, tanto para pudientes como para asalariados, para cultivados como incultos, se ha convertido la búsqueda del conocimiento, desde lo doméstico como lo altamente especializado, en una práctica cotidiana, se ha divulgado tanto que casi todos nuestros congéneres que comparten con nosotros la vida en este mundo, tienen a su disposición en forma permanente y entre sus pertenencias a la Biblioteca de Alejandría del siglo XXI, me refiero al hueso número 207 de nuestro esqueleto humano, cual es el llamado teléfono móvil o celular. En la hoy llamada "sociedad del conocimiento" o su variante "la sociedad del saber", en la que estamos casi todos involucrados, con las ventajas en nuestro país de la educación gratuita (el 22 de noviembre de 2019 se cumplirán 70 años desde que se implementara), con todos estos beneficios, es de desear que nuestros jóvenes se dediquen a su capacitación en oficios, profesiones y cultura general, para ser útiles a sí mismos y a nuestra Patria.
El fuego y el mal.La noche de los cristales rotos. (Carta de Lectores).
En Alemania los nazis desplegaron su potencia destructora casi como un espectáculo, macabro y siniestro espectáculo por cierto: la noche de los cristales rotos, la noche de los cuchillos largos y antes la quema de libros en una emblemática plaza de Berlín. En la Argentina, la dictadura cívico militar, destruyó la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil, persiguió y encarceló a los impulsores de uno de los íconos de la cultura popular más importantes de Latinoamérica. También los militares quemaron libros, miles de libros del Centro Editor de América Latina. Además, secuestraron y desaparecieron a luchadores sociales, escritores y poetas. En Bolivia los golpistas en furia han sembrado el terror en las calles e incendiado la biblioteca del vicepresidente Alvaro García Linera, que contaba con 20.000 volúmenes. Es evidente que el fuego que la humanidad descubrió hace milenios no siempre es benéfico si va asociado a los destructores de vidas.

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