Navidad. Reflexiones. Serenarse, tranquilidad, apreciar cosas simple. -23- 12- 2023.-

Reflexiones para la NAVIDAD. Envío del Dr. Gerardo Salemi. "Dejando que la Paz Florezca: Una Navidad a Ritmo lento" ¿Y si nos sumergimos en la magia de la lentitud esta Navidad? Hace tiempo descubrí la serenidad que transmiten los movimientos pausados, en un artículo de cine que leí sobre Ingrid Bergman, quien basaba su actuación en movimientos que transmiten paz aún en escenarios de alto conflicto como en "Casablanca". Luego leyendo al monje budista Thích Nhất Hạnh, aprendí que se puede convertir cada gesto e incluso cada paso en una meditación, una conexión con el presente. Hoy la ciencia nos revela que el Tai Chi, con sus movimientos lentos, puede ser la clave para prevenir la degeneración neurocognitiva. Pero el mundo se ha vuelto vertiginoso. Ya 5 años antes del hundimiento del Titanic y 7 años antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial, en 1907 William Dean Bowells se asombraba diciendo que “La gente nace y se casa, vive y muere en medio de un tumulto tan frenético que uno pensaría que enloquecerán”. Con ese texto comienza su obra Elogio de la Lentitud el periodista canadiense Carl Honoré. Sin embargo, como dice Diaz Lastreto “hay espacios de la vida donde lo importante es la contemplación y el disfrute, donde hacer las cosas lentas, observar, conectarse, estar ahí es lo crucial y al apurarse pierden todo su encanto”. Navidad es uno de esos espacios. Si pensamos bien la Navidad es un tiempo pausado al que transformamos en un tiempo frenético, cuando en realidad es reposo necesario para el nacimiento y la contemplación. La Navidad, en su esencia más profunda, se presenta como un tiempo donde encontramos contemplación, esperanza y alegría. En contraste con el frenesí del mundo actual, ella nos ofrece la oportunidad de sumergirnos en la tranquilidad de un cielo estrellado incluyendo a los a todos los seres sintientes que nos acompañan –aunque les llamemos animales-. No se requiere de multitudes ni de grandes despliegues. La serenidad que se encuentra en la conexión con Dios y la creación es suficiente para nutrir el espíritu navideño. Es un tiempo de reflexión, un recordatorio de la importancia de apreciar las cosas simples y hermosas de la vida. Nos invita a mirar más allá de la agitación cotidiana y encontrar consuelo en la paz que se halla en la contemplación de la creación divina. Al adoptar un enfoque pausado durante la Navidad, podemos redescubrir la auténtica esencia de esta festividad: el nacimiento de la esperanza, la llegada de la luz en medio de la oscuridad. En este tiempo navideño, recordemos que la esencia de la celebración es lenta, como el nacimiento en un pesebre. Dejemos que la magia de la contemplación y el disfrute nos envuelva. ¡La Navidad es un regalo que merece ser desenvuelto lentamente y contemplado intensamente! ¡Mis deseos de que resulte en todo el mundo cualesquiera sean las creencias y religiones, una muy inspiradora y pacificadora Navidad!!! Gerardo Salemi.

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