Padre Ambrosio Bonfanti. Docente. Director. Fundador. Consejero.1885-1977.


El Padre Bonfanti (centro) y otros sacerdotes salesianos
El Padre Ambrosio  Bonfanti, era Sancarlino por su propia decisión, -Departamento San Carlos, Valle de Uco, Mendoza-, aunque había nacido en Olginati, Milán, Italia, el 6 de diciembre de 1885. A la edad de 9 años llegó a Argentina con sus padres y al año siguiente ingresó como alumno al Colegio San Francisco de Sales en Buenos Aires.
       Como clérigo tuvo destacada actuación en el Oratorio San Francisco de Sales. Había sido compañero de estudios de Cefe­rino Namuncurá, y tenía predilección por hacer conocer su vida y sus virtudes.
       A los 25 años, en 1910, fue ordenado sacerdote. Recibió su formación de los primeros salesianos enviados por Don Bosco a la Argentina, perteneció por lo tanto, a la primera generación de salesianos de nuestro país.
         El 18 de Abril de 1911, formó parte del reducido grupo que fundó la Obra Salesia­na en Salta. Acompañaba la comitiva al Norte, el Padre Inspector José Vespignani,  quien los escoltó hasta Salta, tras un largo viaje en tren desde Buenos Aires. 
        El Obispo de Salta, monseñor Matías Linares y  dos miembros de la Curia Eclesiástica los recibieron en la Estación del Ferrocarril. Al día siguiente se instalaron en la  residencia salesiana con el primer  Director  Padre Luis Correa Llanos. 
            El funcionamiento de la Escuela Primaria comenzó con  tres grados; Primero a cargo del Coadjutor José Klein, Segundo al cuidado del clérigo Abel Pecci, Tercero y Cuarto en una sola aula a cargo del Padre Ambrosio Bonfanti. Los alumnos inscriptos eran 80, el Oratorio Festivo “Miguel Rúa” triplicaba la cantidad y  crecía diariamente. 
        Presentes en la inauguración, estuvieron el Obispo Monseñor Matías Linares, los señores Angel Zerdá y Abel Zerdá quien era Presidente del Consejo de Educación, Baldomero Quijano, Inspector Nacional de Escuelas, miembros del clero y padres de los niños. En 1929 llegaron las Hermanas de María Auxiliadora”. (Memorias del Colegio Salesiano Angel Zerdá. Salta.).
          Los salteños admiraban a los salesianos, pues dedicaban su vida, a ayudar a los otros, sin mezquindades ni egoísmos, además de perfeccionar su bondad, sabiduría, inteligencia y otras virtudes espirituales lograban que la luz de su interioridad iluminara el mundo circundante.
       “El Reverendo Padre Ambrosio Bonfanti, era uno de esos escasos seres, que hacen de la solida­ridad, y del altruismo, su objetivo de vida. Con honestidad y modestia, pero con determinación y perseverancia, se ponía hombro con hombro, con toda persona que necesitara ayuda o que quisiera lograr mejoras para nuestro pueblo”.
       “Así lo vimos, durante incontables años, reco­rriendo las calles de Eugenio Bustos, con su andar pausado, el ponchito sobre los hombros, el cabello blanco y bajo el brazo, varios ejemplares del "Boletín Salesiano" o del "Esquiú" para repartir. No desatendía sus responsabilidades pastorales, se organizaba el tiempo para visitar a los vecinos, siempre se lo veía sonriente, ocurrente, dispuesto a dialogar, a dar consejos, a alentar a los enfermos”-comentan ex alumnos mendocinos- 
        El señor Costantino Costantini, dio su testimonio "soy un sanjuanino enviado por el Padre Antonio Garbini al Colegio Eugenio Bustos de Mendoza, quien sugirió a mi madre  que aprendería hábitos de estudio y conducta, como pupilo. Ingrsé a los 13 años y puedo decir que el Padre Ambrosio Bonfanti fue  para mi un padre, un modelo que me marcó para toda la vida, no lo olvidaré jamás. La imagen del Padre Bonfanti y la Comunidad Salesiana desde la década del 1950 en adelante, los consejos, la forma de estudiar me marcaron para ser un hombre de bien, lo que soy lo debo a esa etapa de mi vida, un buen cristiano y un honesto ciudadano".(Costantino Costantini. Diálogos, Comunicaciones.Febrero del 2012)
         “Estuvo en todas las lides que el progreso impu­so a nuestra pequeña sociedad, para poder crecer y mejorar. Siempre participaba. No escatimó es­fuerzos, tiempo ni palabras, para hablar con polí­ticos, personas influyentes y todo aquél que podía ser útil a los proyectos comunes. Era uno más junto a los vecinos reclamando mejoras para los colegios, luz, asfalto, agua co­rriente, gas, bancos, oficinas de servicios públicos, el hospital, el Colegio de las Hermanas del Huerto y cientos de emprendimientos más.  (Recuerdos de sus Ex alumnos jefes de áreas comunitarias.)
         Su mayor anhelo fue erigir una nueva iglesia. Solía realizar cenas con los padres de familia, donde conseguía aportes para el futuro templo de sus sueños. Nadie se resistía a sus pedidos.
        En su tiempo libre, escribía en su escritorio muchísimas cartas con motivo de cumpleaños, aniversarios o acontecimientos familiares de sus amigos y cono­cidos, de quienes guardaba largas listas con las direcciones y fechas memorables. A continuación algunas misisvas:
       "Estimado Ex alumno leo que eres Director de una Empresa, que tu vida brille siempre  como el sol, levántate temprano y no te acuestes tarde, así podrás trabajar mejor. Saludos a tus padres y hermanos".
        "Recibí tu carta, me alegro que todo ande bien. Saludos a tus padres, sé siempre fiel a tus raíces, recuerda lo aprendido en este Colegio. Feliz Navidad".
       "Apreciado Ex alumno: Me informas que tus padres están grandes.  Sé para ellos como el oasis para el sediento. Unos de estos días me llego a tu casa. Cuenta con mis raciones. También siento mis años."
     "Te felicito por tu Título de Ingeniero. Sé como el río que siempre va hacia adelante. María Auxiliadora y Don Bosco te bendigan. Felices Pascuas." 
     "Estimado Exalumno y Profesor. Me alegro por tu nueva casa y por tu casamiento, saludos a tu esposa. Están siempre presente en mis oraciones".
       (Numerosas esquelas de puño y letra, exhiben sus amigos y ex alumnos)
          Falleció el 30 de marzo de 1977, a los 91 años, donde él decidió vivir y morir: en Eugenio Bustos, Provincia de Mendoza  “su patria chica, tierra a la que brindó más de 32 años de sacerdocio, de amistad y de intensa acción comunitaria, piadoso y observante religioso”.
       Su pueblo lo re­cuerda y lo venera; hoy una calle y varios negocios llevan su nombre. Sin embar­go creemos que el mejor homenaje que él hubiera deseado sería que muchos jóvenes si­guieran sus Huellas. “El recuerdo ejemplar del Padre Ambrosio Bonfanti, nos debe estimular  a ser más altruistas, a dejar de lado la codi­cia, la avaricia y el egoísmo”.
       La solidaridad es el mejor método de autorrealización y crecimiento interior que existe; la ayuda en forma activa y práctica a otras personas, pone en juego las mejores cualidades que uno posee; potencia nuestra experiencia de vida, crecemos interiormente y se  hace posible alcanzar la verdadera felicidad”. 

           Bibliografía y consultas. 
           Fuente:  Revista Huellas 1998 - año 4 - Nº 7 y  Huella Año 7 - Nº 9, Pág. 3, Publicación de la Biblioteca Popular   Prof.   Dionisio Chaca. Mendoza.
         Agradecemos a la Sra. Lidia Demarcbi ,  al Colegio Salesiano"Eugenio Bustos",  a   Rafael Roggio y  a los testimonios de Costantino Costantini. Diálogos. 2012.. 
Mendoza

Salesianos dejan Eugenio Bustos.

SAN CAR­LOS– La Con­gre­ga­ción Salesiana de­ci­dió le­van­tar la co­mu­ni­dad re­li­gio­sa de Eu­ge­nio Bus­tos,  que  históricamente vi­viían en el Co­le­gio Don Bos­co de este dis­tri­to debido a la falta de párrocos, a partir del año 2010.
Des­de el em­ble­má­ti­co Co­le­gio Don Bos­co se­Ã±a­la­ron que to­do se­gui­rá fun­cio­nan­do igual pe­ro las ta­reas re­li­gio­sas que­da­rán en ma­nos del Ar­zo­bis­pa­do de Men­do­za.
Des­de 1941 fun­cio­na el co­le­gio Don Bos­co, ubi­ca­do en ave­ni­da San Mar­tín de Eu­ge­nio Bus­tos. En sus co­mien­zos el co­le­gio fue só­lo pa­ra va­ro­nes y ha­ce una dé­ca­da se con­vir­tió en mix­to.
Se­gún ex­pli­có el pá­rro­co Aní­bal Bus­tos, to­do res­pon­de a la mer­ma en el nú­me­ro de sa­le­sia­nos por muer­te o por re­ti­ro de la con­gre­ga­ción.
 El tras­pa­so se­rá pau­la­ti­no y el ar­zo­bis­po de Men­do­za, Mon­se­Ã±or Jo­sé Aran­ci­bia, nom­bra­rá a un sa­cer­do­te del cle­ro se­cu­lar al fren­te de la Pa­rro­quia San Juan Bos­co. El co­le­gio Don Bos­co de Eu­ge­nio Bus­tos se­rá acom­pa­Ã±a­do pas­to­ral­men­te por un ani­ma­dor sa­le­sia­no des­de Rodeo del Medio. La pa­rro­quia San Juan Bos­co seá ges­tio­na­da por el Arzobis­pa­do de Men­do­za. “No ha­brá un cu­ra pá­rro­co sa­le­sia­no si­no un cu­ra pá­rro­co dio­ce­sa­no”.- (Diario UNO. 08-10-2009.- Mendoza.- Por Julio Luzuriaga).
         

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