JOSE ENRIQUE GIMENEZ. Sacerdote y Docente Salesiano

Sacerdote y Docente Salesiano. José Enrique  Giménez.

      El Padre José Enrique Giménez nació en Rosario el 27 de Enero de 1917, integrante de una ejemplar familia que educó cristianamente a sus hijos. Inició la Escuela Primaria en el Colegio San José donde sintió la vocación a la vida religiosa y en 1930 ingresó en el Aspirantado de Colonia Vignaud, Córdoba, donde concluyó sus estudios elementales y comenzó los estudios del Magisterio.
      El año de Noviciado lo cursó en Vignaud con el Maestro de novicios Padre Vicente Garnero en 1936, donde realizó los Votos Temporarios. El Cuarto y Quinto Años del Normal  más los estudios Superiores de filosofía, los cursó en Bernal. Bs.As.
      Finalizada la etapa del Trienio formuló los Votos perpetuos e ingresó al Instituto Teológico de Villada, Córdoba desde 1942 a 1945, finalizado los cuales, maduro como persona y religioso, fue ordenado sacerdote. (Datos de su Curriculum, en la  etapa de Formación).
     Desde entonces desarrolló su vida sacerdotal y docente, con personalidad emprendedora y de carácter fuerte. Poseía una buena contextura fisica, no le mezquinaba al trabajo. Fue siempre fiel a la vida religiosa.
    Comenzó su actividad 1946 y 1947, como Maestro en el Colegio de Resistencia; desde 1948 a 1951 se desempeñó como Profesor con los alumnos del Industrial y radioperador en el Colegio San José de Rosario.
   Su nuevo destino en la ciudad de Formosa desde 1952 a1 1954, fue Maestro, Catequista, encargado del Oratorio Festivo, obra floreciente en la ciudad, rodeado siempre de niños del amplio barrio de obreros, que acudían a jugar y a tomar la merienda.
     En 1955 trabajó en Punta Vidal, Corrientes, en calidad de Maestro y Catequista; en 1956 Profesor en el Colegio secundario de la Ciudad de Corrientes. Desde 1957 a 1960 se desempeñó como ayudante Parroquial, en la misma ciudad, al fin  de cuyo período viajó a Europa.
       Trabajó el año 1961 en la Escuela Agrícola Salesiana de la Trinidad, Ferré, Bs. As.
     En Santa Fe se desempeñó en 1962 -1963 docente secundario en el Colegio y Ayudante en la Parroquia.
Familia Giménez - Pozzoli
     Volvió a Rosario los años 1964-1966, como Profesor y encarado del Oratorio Festivo, con los niños más humildes y marginados del barrio, hasta que fue destinado Teniente de la Parroquia María Auxiliadora.
     En 1975 acosado por problemas de salud que lo inquietaban, fue internado en el Hospital San Juan de Dios de Luján, donde permaneció hasta su muerte el 22 de junio de 1980. (Salesianos. Carta mortuoria).
   Mensualmente viajaba a Rosario para visitar a los salesianos y a sus sobrinos que lo estimaban mucho. La sobrina Graciela Giménez con su marido Miguel Ángel Pozzoli, lo trasladaban de Luján a Rosario con la furgoneta Unión y la silla de ruedas, para acercarlo algunos días con sus afectos. Su alegría era inmensa y su agradecimiento sin límites,en medio de sus limitaciones.¡Dios y Don Bosco te lo paguen!, repetía sin cesar. Este viaje al Hospital de Luján lo repitieron todos los meses, ida y vuelta durante cinco años llevando también a sus dos hijas pequeñas. Miguel Pozzoli y su señora Graciela Giménez recuerdan las veces que se quedaron en la ruta por desperfectos del  vehículo hasta llegar a Luján.
    Estos datos fueron tomados de las entrevistas y recuerdos de familia quienes poseen álbumes con cartas y fotos. Sin ninguna duda las Bienaventuranzas Evangélicas serán aplicadas a ellos: (Mt.25,36.) " quienes cuidais a los enfermos, acercais un vaso de agua, consolais a los afligidos, a mi me lo hacéis".
    Sus allegados nunca lo olvidan. Lo recuerdan permanentemente como el sacerdote de la familia.
    “El Padre  José Enrique Giménez, fue un sacerdote íntegro, valiente y luchador. En el momento del dolor supo resignarse y acatar la voluntad de Dios. El sintió mucha tristeza alejarse de la Comunidad; apenas notaba una mejoría en su quebrantada salud  ansiaba retornar a su actividad sacerdotal. Nunca dejó sus prácticas de piedad y ofreció su dolor para que surjan nuevas vocaciones que continúen el trabajo apostólico”. (Memorias. C.S.J.)

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