Ex alumnos salesianos.-Leonardo Murialdo. - 04-12-2019.-

¡Buenos días!. Miércoles. 4 de diciembre. "Los salesianos triunfarán en todo, con la humildad, con el trabajo y con la templanza". (XVII, 301). (D.B.).
VIDA DE SAN JUAN BOSCO
San Leonardo Murialdo colaborador de Don Bosco en el Oratorio de san Luis Gonzaga, de Puerta Nueva. 1859
1856.
5 de noviembre.
A los 28 años de edad murió Don Francisco Rossi, director desde hacía tres años del Oratorio de san Luis Gonzaga, en Puerta Nueva.
Fue una pérdida muy dolorosa para Don Bosco, sobre todo porque no encontraba quién pudiera sustituirlo. Durante un año entero no hubo director fijo en el Oratorio de san Luis. Los días festivos, Don Bosco enviaba a un clérigo a Puerta Nueva el cual se las arreglaba durante la semana para encontrar algún sacerdote que fuera a confesar, celebrar la misa y predicar por la mañana y, a veces, otro para la plática y funciones de la tarde.
1857
Mediados de año.
Una mañana, Don Bosco se encontró en la calle Dora Grossa, con el teólogo Leonardo Murialdo. Lo detuvo y le dijo:
- Invíteme a desayunar.
Murialdo no se lo hizo repetir y lo invitó enseguida a entrar en una cafetería. Allí, entre broma y broma, Don Bosco le hizo entender que necesitaba un sacerdote adornado de las dotes que Leonardo tenía, para director del Oratorio de san Luis. Le insistió para que aceptar el cargo. Murialdo, que ya había prestado su ayuda en Vanchiglia y también en Puerta Nueva, aceptó. Se puso incondicionalmente a disposición de Don Bosco. Desde aquel momento tuvo al Oratorio de san Luis como la cosa más querida y fue su director hasta septiembre de 1865.
No perdonó cosa alguna para que su Oratorio fuera una copia del de Valdocco. Y lo alcanzó maravillosamente. No miraba en gastos ni trabajos. Era otro Don Bosco y este tenía plena confianza en él.
1858.
6 de abril.
Estuvo presente al final de la tercera audiencia de Don Bosco con Pío IX. Le pidió al Papa una bendición especial para el Oratorio de san Luis.
1859
El Oratorio de san Luis, con sus numerosos oratorianos, estaba bajo la dirección del Teólogo Murialdo, el cual debido a la estrechez de los locales incómodos y ruinosos, gastaba mucho de lo suyo en reparaciones y enriquecía la mísera capilla con su sagrario y peldaños de mármol.
Hacía florecer las buenas costumbres entre los muchachos mediante la frecuencia de los sacramentos, y en algunos de ellos se manifestaron sólidas vocaciones eclesiásticas. Sus catequistas y asistentes iban desde el Oratorio de Valdocco, enviados por Don Bosco. Cabe contar entre estos a Miguel Rúa, Celestino Durando, José Lazzero, Francisco Cerruti, Francisco Dalmazzo, Pablo Álbera y Ángel Savio.
De entre de los seglares se distinguieron por sus celo verdaderamente admirable, el abogado Cayetano Bellingeri, el conde Francisco de Viancino, el abogado Ernesto Murialdo, hermano de Leonardo, el marqués de Scarampi de Pruney, el conde de Pensa y el ingeniero Juan Bautista
Ferrante, hombres todos ellos dotados de gran espíritu de sacrificio, inflamado de sincera caridad por los muchachos pobres.
Los trabajos de estos celosos cristianos resultaron mucho más eficaces cuando se abrieron en el Oratorio las escuelas diurnas.
Estas escuelas, a las que acudía más de un centenar de muchachos, en su mayoría rechazados por las escuelas municipales y tan necesitados de educación como de pan y vestido, siguieron haciendo un gran bien aun después de que el teólogo Murialdo dejara la dirección del Oratorio. Mientras él permaneció al frente, además de preocuparse de mantenerlas florecientes socorría de su bolsillo a muchas familias de los alumnos. Su caridad produjo frutos maravillosos.
Leonardo Murialdo fue canonizado el 3 de mayo de 1970.
¡Dios te bendiga!.
Rafael Ramírez Hurtado.
(Cfr. Tenemos Ejemplos. Difusión para docentes y alumnos. Prof. Lic. Luis Angel Maggi).

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