Manuel Belgrano y la Educación Pública. - 01 -02 - 2020.-

Asociación Cultural Sanmartiniana de San Salvador
MANUEL BELGRANO Y LA EDUCACIÓN PÚBLICA
Desde las páginas del Correo de Comercio de Buenos Aires, en marzo de 1810, Belgrano advertía sobre la necesidad e importancia de crear, con fondos públicos, escuelas primarias en las ciudades, villas y parroquias, y solicitaba a los jueces que "obliguen a los padres a que manden a sus hijos a la escuela, por todos los medios que la prudencia es capaz de dictar". Efectivamente, sus escritos en el Correo y sus Memorias de 1796, por sus reiteradas referencias a la educación, lo convierten en el primer hombre de Estado que habla como educador, bastante tiempo antes que otros.
Desde 1794 hasta los sucesos de mayo, fue Secretario perpetuo del Real Consulado de Industria y Comercio del Virreinato del Río de la Plata, un virtual ministro de Economía, lo que para un nativo de estas tierras era casi una proeza. Y desde ese cargo pensó en organizar "escuelas gratuitas, adonde pueden los infelices mandar a sus hijos, sin tener que pagar cosa alguna por su instrucción; allí se les podrá inspirar amor al trabajo, pues en un pueblo donde reine la ociosidad (...) toma su lugar la miseria".
Propuso que los niños aprendieran las primeras letras junto con la matemática básica y el catecismo, para luego formarse con maestros de oficios en escuelas distribuidas en todos los barrios, sin distinción de clases. Las escuelas debían ser gratuitas para todos, pues las concebía como herramientas para luchar contra el ocio y la miseria. De igual manera en la actualidad, la sociedad entera reconoce el derecho que tienen sus hijas e hijos de recibir una educación obligatoria con los mejores aprendizajes, como condición necesaria para construir una democracia real.
Belgrano fue, además, propulsor de la educación de las mujeres. Claro que en coincidencia con la época prefería para las niñas las labores y otras tareas "femeninas", pero lo singular de su pensamiento fue reparar en ellas como sujetos de derechos, para que puedan dejar atrás la ignorancia y la postergación.
Con la creación de las escuelas de Comercio, Náutica y Dibujo, verdaderas escuelas técnicas de anticipación, muestra su interés por enlazar trabajo manual e intelectual, y su preocupación por las cuestiones prácticas.
Educación y trabajo
En 1813, a causa de sus victorias militares el Cabildo le otorgó 40 mil pesos, que donó para construir cuatro escuelas en Tarija, Salta, Tucumán y Santiago del Estero, y para financiar útiles, becas y libros para los más necesitados. En otros escritos relaciona educación y trabajo, y a pesar de haberse asumido como un fisiócrata defensor del desarrollo agrícola, no dejó de impulsar con el mismo fervor la producción y la industria.
Una verdadera originalidad de su pensamiento fue ampliar la educación a nuevos sujetos pedagógicos, impensados para su época: los desposeídos, los indios, los huérfanos y los pobres. Ese desvelo por incorporar a los siempre olvidados, representa, en cierto sentido, el inicio de la educación de adultos en nuestra patria. Así lo entendió, hace muchos años, la Dirección Nacional de Educación de Adultos, al consagrar a Belgrano como patrono de esa modalidad educativa. También se destaca en la escritura de variadas normas, entre ellas el Reglamento de 1813, donde caracteriza la figura del maestro y las virtudes que debe poseer para el ejercicio de esa tarea tan importante.

1 comentario:

  1. Asociación Belgraniana de Morón

    29 de octubre de 1804: Belgrano recibe en el Consulado, la real orden de julio, por la que se procedió a la clausura definitiva de la Academia o Escuela de Dibujo.
    Fueron vanos los intentos del Consulado y del Cabildo, de reinstaurarla. El prócer en su Autografía nos comenta al respecto: " ... Se decía que todos estos establecimientos eran de lujo y que Buenos Aires no se hallaba en estado de sostenerlos."
    En la Memoria leía en el Consulado de 1796, Belgrano preconizaba la erección de una Escuela de Dibujo que sería útil para las diversas ramas de las artes manuales, como para los altos estudios encerrados entonces en el cuadro general de la filosofía. El teólogo, el ministro y el abogado necesitarían el conocimiento del dibujo, pues mientras a unos les facilitaría el estudio de la geografía y el manejo del mapa y compás, a los otros les serviría para comprender los “planos iconográficos y agrimensores, de las casas, terrenos y sembrados que presentan los litigantes en los pleitos”; los médicos tendrían mayor facilidad para estudiar detenidamente las partes del cuerpo humano que figuran en las láminas de los tratados de anatomía y hasta las propias mujeres para el mejor desempeño de sus labores. Concluye Belgrano diciendo “que es forzoso que esta Junta, cuya obligación es atender por todos los medios posibles a la felicidad de estos países, lo establezca (igualmente que una de arquitectura, pues en los países cultos no solamente es útil, sino de primera necesidad) en todas las ciudades principales del virreinato y con más prontitud en esta capital, para cuyo caso tendré el honor de presentar unas constituciones y métodos de enseñar, principalmente a aquellos que se destinan a los oficios menestrales’’.
    "2020 - AÑO DEL GENERAL MANUEL BELGRANO"

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