El Pbro. Julián Navarro nació en Buenos Aires el el 16 de Noviembre de 1777. Estudió en el Real Colegio de San Carlos , en la Capital de donde egresó como Bachiller. Sintió el deseo de ser sacerdote y obtuvo el ingreso en el colegio Monserrat de Córdoba y se doctoró en Sagrada Teología en la Universidad Cordobesa.
Navarro fue nombrado Cura Párroco de Rosario en 1809 y cuando se produjo la Revolución de Mayo de 1810, manifestó su total adhesión a la Primera Junta. Fue cabildante el 22 de mayo de 1810. Apoyó la Revolución de Mayo,conoció a Manuel Belgrano Vocal de la Primera Junta y al Dr. Vicente Anastasio Echevarría,, cuyos familiares vivían en Rosario. En noviembre de 1810 cuando pasó Manuel Belgrano hacia la Campaña al Paraguay, El Párroco Navarro, le ofreció ayuda y lo mismo hizo con los integrantes de la campaña naval del Capitán Juan Bautista Azopardo.
Los historiadores señalan que fue uno de los primeros patriotas que aportaron sus auxilios pecuniarios a la obra emancipadora, puso al servicio de ese movimiento todos sus bienes, instó a los vecinos que colaboraran con el Coronel Manuel Belgrano, acarreando leña para el fuego, y troncos para levantar la Batería Libertad e Independencia.
El día 7 de febrero de 1812 cuando llegó el Coronel Manuel Belgrano a Rosario, el Padre Navarro convocó a los vecinos y ofreció materiales y herramientas, la ayuda de todos para la construcción de las baterías, Libertad e Independencia, leña para el fuego de la comida, troncos para armar las fortificaciones a orillas del Río Paraná.
Belgrano y Navarro se conocieron en el mes de Mayo de 1810 que culminó con la elección de la Primera Junta, donde uno de los asesores de Belgrano fue el rosarino, Dr. Vicente Anastasio Echevarría, quien le recomendó que se alojara en casa de su familia, donde vivía su hermana María Catalina Echevarría de Vidal.
Belgrano y Navarro se conocieron en el mes de Mayo de 1810 que culminó con la elección de la Primera Junta, donde uno de los asesores de Belgrano fue el rosarino, Dr. Vicente Anastasio Echevarría, quien le recomendó que se alojara en casa de su familia, donde vivía su hermana María Catalina Echevarría de Vidal.
El mismo Cura Párroco Navarro a pocos metros de la iglesia parroquial, (donde Belgrano concurría todos los días a rezar el rosario), lo invitó a que bendijera en solemne ceremonia el 27 de febrero de 1812, la bandera celeste y blanca que el mismo Belgrano creó y que había indicado a la Sra. María Catalina Echevarría de Vidal, (hermana del Dr. Vicente), cómo debía confeccionarla. El cura concurrió con los monaguillos que eran sus alumnos de la Escuela Parroquial, junto a las autoridades y el vecindario.
Belgrano montado en su caballo frente a su tropa señaló el momento en que María Catalina tenía en sus brazos la Bandera, para que procediera a bendecirla, el Párroco Julián Navarro, según protocolo. De inmediato invitó al Delegado Santafesino Cosme Maciel para que la enarbolara por primera vez este símbolo distintivo de unión y libertad y ajustara bien las cuerdas.
Esa tarde a las 18.00 horas, Belgrano pronunció una proclama encendida en la Batería Libertad, donde hoy se levanta el Monumento Nacional a la Bandera y la hizo jurar al Ejército y Pueblo al grito de ¡¡Viva la Patria!!.
Belgrano montado en su caballo frente a su tropa señaló el momento en que María Catalina tenía en sus brazos la Bandera, para que procediera a bendecirla, el Párroco Julián Navarro, según protocolo. De inmediato invitó al Delegado Santafesino Cosme Maciel para que la enarbolara por primera vez este símbolo distintivo de unión y libertad y ajustara bien las cuerdas.
Esa tarde a las 18.00 horas, Belgrano pronunció una proclama encendida en la Batería Libertad, donde hoy se levanta el Monumento Nacional a la Bandera y la hizo jurar al Ejército y Pueblo al grito de ¡¡Viva la Patria!!.
El Sacerdote y Párroco Dr. Julián Navarro, con verdadero y profundo sentido patrio, se presentó como voluntario al General San Martín en el combate de San Lorenzo un año más tarde, -1813-, y se desempeñó como Capellán en el Regimiento de granaderos, antes, durante y después de la Batalla de San Lorenzo, apoyando aquellas actividades y cuidando a los heridos de ambos bandos.
San Martín, el Gran Capitán reconoció su dedicación entre los moribundos y heridos y afirmó: "el benemérito Párroco Julián Navarro se presentó con valor animado, suministrando auxilios espirituales en el mismo campo de batalla".
San Martín, el Gran Capitán reconoció su dedicación entre los moribundos y heridos y afirmó: "el benemérito Párroco Julián Navarro se presentó con valor animado, suministrando auxilios espirituales en el mismo campo de batalla".
El Pbro. Navarro fue Cura de San Isidro en 1814 y luego fue designado en 1817 Capellán del Ejército de Los Andes. Viajó a Chile donde acompañó al Libertador en toda su campaña en ese país cumpliendo una loable labor en las Batallas de Chacabuco y Maipú.
Obtuvo un lugar en el Cabildo de la Catedral de Santiago de Chile y desarrolló una importante actuación en el clero chileno. En 1819, fue nombrado Rector del Seminario Diocesano de esa ciudad. Un conflicto personal con el Director Supremo Bernardo O´Higgins lo obligó a emigrar a Buenos Aires.
Regresó a Chile en 1824, y fue Diputado Nacional por el partido de Benjamín Vicuña Mackenna, de quien era amigo. Por muchos años ejerció cargos en el Seminario de Santiago, donde se formaron muchos sacerdotes importantes de Chile y de la Argentina.
Falleció en en 1854 en Santiago de Chile el 4 de septiembre de 1854.La Comunidad de la Acción Católica de Rosario colocó una placa de bronce en la pared del Patio de la Catedral.
Bibliografía.
Fuente: www.argentinahistorica.com.ar.
Bruno, Cayetano, (SDB). Historia de la Iglesia Argentina. El Ocaso de los Próceres.
Furlong, Guillermo (S.J.) Historia de la Iglesia en la Argentina
Bruno, Cayetano, (SDB). Historia de la Iglesia Argentina. El Ocaso de los Próceres.
Furlong, Guillermo (S.J.) Historia de la Iglesia en la Argentina
No hay comentarios:
Publicar un comentario