El GEN del Viejo Vizcacha. Martín Fierro de Hernández.-25-02-2021.-

EL GEN DEL VIEJO VIZCACHA: Reflexiones. - 25 - 02 - 2021.- -El viejo Viscacha es un personaje del poema gauchesco Martín Fierro del escritor argentino José Hernández. Su nombre fue intencionalmente escrito por el autor con "ese", aun cuando en español, el animal de referencia se escribe con "zeta". Aparece en la segunda parte del poema, La vuelta de Martín Fierro, publicada en 1879. - El viejo Viscacha es un anciano nombrado como tutor del segundo hijo de Martín Fierro, de quien se aprovecha amparado por la justicia local. El personaje se caracteriza por sus consejos inmorales, egoístas, misóginos, ventajistas y sin escrúpulos, que le imparte a su pupilo y lo hicieron célebre. -El viejo Viscacha es un anciano nombrado como tutor del segundo hijo de Martín Fierro, a quien Hernández dedica cinco cantos al personaje, - 1°. “El Viejo Viscacha”. - 2°. “Consejos del Viejo Viscacha”, - 3°.“Muerte del Viejo Viscacha”, - 4°.“El inventario de sus bienes” y - 5°.“El entierro”, habiéndose dicho que «constituyen un auténtico libro dentro del texto mayor que los presenta». - El personaje se caracteriza por los consejos inmorales y sin escrúpulos que le imparte a su pupilo y lo hicieron célebre. Algunos de los célebres consejos del viejo Viscacha se han vuelto parte del habla cotidiana en Argentina, como «hacete amigo del juez», «cada lechón en su teta es el modo de mamar», «al que nace barrigón es al ñudo que lo fajen». .................................. -DOMINGO, 29 DE ENERO DE 2012 -El viejo Viscacha: picardía y sabiduría campera - A la memoria de mi Padre. - Reflexioes de Marín Betancour. -Uno de los mejores momentos de La vuelta de Martín Fierro, la secuela de El gaucho Martín Fierro, que José Hernández escribió en 1879, está marcado por la presencia del Viejo Viscacha (tal la denominación que le da el autor y no “Vizcacha”, como se empeñan en denominarlo muchos docentes, críticos y reseñistas). -El Viejo Viscacha personifica al gaucho bandido y ladino que aprovecha cualquier circunstancia para obtener una ventaja y que no duda en practicar el robo o el engaño para salirse con la suya. A este viejo sinvergüenza le otorgan el cuidado, en calidad de tutor, de uno de los hijos de Martín Fierro y es en el relato de éste cuando aparece resumida la vida y la obra de Viscacha. Dividido en cinco cantos donde los sucesos referidos sobre este personaje constituyen un auténtico libro dentro del texto mayor que los presenta. -El inicio: -“Me llevó consigo un viejo que pronto mostró la hilacha: dejaba ver por la facha que era medio cimarrón; muy renegao, muy ladrón, y le llamaban Viscacha”, -Presenta al personaje en cuerpo y alma y deja entrever que nada bueno puede salir de tamaña criatura. Aún así, Hernández se las ingenia para mostrar el mejor costado del Viejo Viscacha a través de lo que, hoy en día, es uno de los momentos más recordados de La vuelta de Martín Fierro: los consejos que al hijo del protagonista le da el Viejo. “Siempre andaba retobao con ninguno solía hablar; se divertía en escarbar y hacer marcas con el dedo; y cuando se ponía en pedo me empezaba a aconsejar”. -Los consejos del Viejo Viscacha son un muestrario de la sabiduría del hombre de campo y revelan su poderosa capacidad de observación, traduciéndola en una suerte de refranes o moralejas que arrojan, como no, muchas verdades. Cada una de las estrofas se cierra con una sentencia, muchas de las cuales se han convertido en dichos populares en Argentina y Uruguay. Algunos ejemplos: “Jamás llegués a parar a donde veas perros flacos” “El diablo sabe por diablo pero más sabe por viejo” “Hasta la hacienda baguala cai al jagüel con la seca.” “Vaca que cambia querencia se atrasa en la parición”. “La vaca que más rumea es la que da mejor leche” “Cada lechón en su teta es el modo de mamar” “A mi me gusta mojarme por afuera y por adentro” “No dejés que hombre ninguno te gane el lao del cuchillo” “Hacete amigo del juez no le des con que quejarse.” - Los consejos del Viejo Viscacha son la única herencia que este particular tutor le dejará al hijo de Fierro ya que, como nos cuenta en algún momento, era tan malvado y cabortero que, en más de una oportunidad, lo echó del rancho para hacerlo dormir a la intemperie, bajo la más cruda de las heladas. La imagen con la que el hijo de Fierro cierra el relato de los consejos, es patética en la semblanza de un sabio decadente pero tiene, también, algo de enternecedora: “Con estos consejos y otros que yo en mi memoria encierro y que aquí no desentierro, educándome seguía, hasta que al fin se dormía mesturao entre los perros.” - Sigue al relato de los consejos del Viejo, la relación de su prolongada agonía y posterior deceso. A través de varias noches, el hijo de Fierro asiste a la muerte lenta de Viscacha: el moribundo se sabe condenado; pero su propia dureza y las rispideces de una vida entregada a las felonías y el bandidaje, parecen no dejarlo morir, como si en la maldad el viejo hubiera encontrado una cobertura natural que lo hace más fuerte. Dice el hijo de Fierro: “Allá pasamos los dos noches terribles de invierno; él maldecía al padre Eterno como a los santos benditos, pidiéndole al diablo a gritos que lo llevara al infierno.” “Debe ser grande la culpa que a tal punto mortifica; cuando veía una reliquia se ponía como azogado como si a un endemoniado le echaran agua bendita.” -Muerto Viscacha, su estela se deja sentir en las acciones que emprenden los vivos –el Alcalde y un puñado de vecinos- que, ante la mirada de simple testigo del hijo de Fierro, proceden a revisar y repartirse las pertenencias del viejo. Este canto, “El inventario de sus bienes”, enseña, entre otras cosas, que el carácter oportunista y ventajero no sólo es propiedad del viejo bandido sino, también, de los supuestos hombres de bien. A lo largo de su prolongada vida de raterías, el Viejo Viscacha había acumulado de todo en su guarida, de tal forma que ésta se había convertido en una suerte de cueva de Alí Babá. “Había tarros de sardina, unos cueros de venao, unos ponchos aujeriaos, y en tan tremendo entrevero apareció hasta un tintero que se perdió en el juzgao”. - Mientras el alcalde y los vecinos encuentran y se reparten las cosas robadas por Viscacha, van deslizando detalles de su biografía, sucesos que definen al viejo y que no lo dejan, precisamente, bien parado. “Dios lo ampare al pobresito, dijo en seguida un tercero, siempre robaba carneros, en eso tenía destreza: enterraba las cabezas, y después vendía los cueros.” “Si ensartaba algún asao, ¡pobre! ¡como si lo viese! poco antes de que estubiese primero lo maldecía, luego después lo escupía para que naides comiese”. - La seguidilla de vituperios y anécdotas negativas que aquellos hombres comienzan a dejar salir ante el cadáver del viejo, terminan indignando al hijo de Fierro que reflexiona: “Esto hablaban los presentes; y yo que estaba a su lao, al oír lo que he relatao, aunque él era un perdulario, dije entre mí: ‘¡qué rosario le están resando al finao!’” - El último canto dedicado al Viejo Viscacha refiere algunos pormenores de su muerte. Acá Hernández, por boca del hijo de Martín Fierro, echa mano a algunos recursos tétricos y caros a un buen relato de terror: “Supe después que esa tarde vino un pion y lo enterró, ninguno lo acompañó ni lo velaron siquiera; y al otro día amaneció con una mano dejuera.” “Y me ha contao además el gaucho que hizo el entierro (al recordarlo me aterro me da pavor este asunto) que la mano del dijunto se la había comido un perro.” - A través de la sabiduría de su dichos y de la picaresca de su existencia, el Viejo Viscacha se constituye en uno de los mejores personajes creados por José Hernández, llegando casi a la altura existencial del propio Martin Fierro. Los “consejos” de Viscacha, además, han servido de clara inspiración para una corriente dentro de la poesía rural que se basa en la traducción de vivencias del hombre de campo en forma de versos, desde Wenceslao Varela y su Al hombre bueno hasta el Cuzco rabón de Tabaré Etcheverry, pasando por Santos Garrido (Guillermo Cuadri) y José Larralde, entre otros. (Cfr.Etiquetas. LAURO BENTANCOR, Literatura Argentina, Payador, Poesía). .................................................................................... - EL MARTÍN FIERRO. EL POEMA QUE CONTIENE INFINITAS PREGUNTAS. -INFOBAE.-2 de Marzo de 2021.- -La escritora Cecilia Fanti y dueña de la librería Céspedes habla de la actualidad del “Martín Fierro”: cómo las reversiones que aparecieron a lo largo del tiempo abren interrogantes y desafíos para pensar el gran poema nacional. - Una de las más recientes intervenciones sobre el Martín Fierro la hizo Gabriela Cabezón Cámara con Las aventuras de la China Iron, una novela que se pregunta por la vida de la mujer de Fierro: qué pasó con ella cuando el gaucho tuvo que irse a la frontera. La propuesta de Cabezón Cámara es interesante y pone en evidencia algo que desde hace mucho sucede con el gran poema de José Hernández: las reescrituras del Martín Fierro, que no han sido pocas, plantean una serie de preguntas e intervenciones sobre: "lo argentino, lo nacional, la patria". - Cecilia Fanti es escritora, licenciada en Letras y dueña de la libería Céspedes. Autora de las novelas "La chica del milagro" y de "A esta hora de la noche", Fanti tiene un pensamiento muy profundo y particular sobre los usos de la literatura en la trama del país. -En esta entrevista, plantea diferentes formas de acercamiento al Martín Fierro, comenzando por Las aventuras de la China Iron. “La literatura del siglo XIX”, dice Fanti, “más allá de las dos o tres escritoras mujeres, es una "literatura de hombres para hombres". El gesto de Gabriela Cabezón Cámara es muy audaz y muy moderno. En gran medida también es muy borgiano —justamente Borges un gran lector que reescribió el Martín Fierro—, porque cuenta la historia "de una mujer que descubre su destino, que se da cuenta quién es, que descubre una identidad”. —¿La literatura del XIX es de hombres para hombres, porque también es la de un político para otro político? —Toda literatura es política. Es política “La ida” del Martín Fierro; es política “La vuelta”. Y es político el uso del gaucho. En La Argentina en pedazos, Piglia tenía una tesis muy interesante: la clase ilustrada del siglo XIX usa la autobiografía para contarse a sí misma —Sarmiento cuenta su vida para contar la de Facundo—, pero usa la ficción para contar al otro. La voz del otro solo se puede narrar a través de la ficción. Más allá de cómo José Hernández escribió el Martín Fierro, hay que señalar que “La vuelta” es posterior a la Campaña del Desierto. En el momento en que el enemigo deja de ser el gaucho y pasa a ser el indio, el gaucho se convierte en el símbolo nacional, su figura se romantiza y todo culmina en El payador, de Lugones, donde el gaucho es un personaje alucinante y es nuestra insignia. —La figura del gaucho se pone en cuestión en la novela de Cabezón Cámara, pero también en el cuento “El amor”, de Martín Kohan, que está incluido en el libro Cuerpo a tierra: Fierro y Cruz tienen un romance homosexual. ¿Es un tema tabú en la literatura argentina? —Fue tabú hasta la mitad del siglo XX. Ya no lo es, pero se puede decir que, en lo que se considera alta literatura, hay temas de los que no se habla. Pero la buena literatura es audaz. Como Borges, que pone cuchillos en las manos, Kohan pone amores entre hombres o Gabriela Cabezón Cámara lo pone entre mujeres. La China, después de parir mil hijos y soportar al gaucho y al rancho, descubre que la sexualidad es mucho más rica. En ese sentido, el libro de Gabriela le rinde un gran homenaje a la literatura argentina. -Me alegra profundamente que empiece a integrar la tradición para plantear una problemática. Y, si hablamos de problemáticas, podemos hablar de la reversión de Oscar Fariña: El guacho Martín Fierro. Y ahí ya tenemos un espectro amplio: minorías, mujeres, presos y homosexuales. Si bien puede pensarse como algo cómico, la propuesta de Fariña es profundamente política: desde pensar la cárcel hasta rever el lenguaje. Porque deja de ser el de la gauchesca para ser el tumbero. Ese es otro gesto interesante. —La que me hizo descubrir a Oscar Fariña fue Natu Poblet. Ella era la dueña de la librería Clásica y Moderna, y era una mujer que me llevaba treinta años, pero tenía la característica de leer a los autores jóvenes a partir de los clásicos. —Por eso es muy importante leer a los clásicos y es algo que repito sistemáticamente en la librería. Hay cierto desdén por los clásicos; la gente más joven está la idea de que son un plomo. Los docentes son promotores de lectura, los libreros somos promotores de lectura. En ese sentido, también tenemos un rol político y muy serio. No hay que leer el Martín Fierro porque es el poema nacional y hay que repetirlo como un loro. No. Hay que conocerlo porque la riqueza del Martín Fierro pasó las fronteras del libro, de José Hernández, del folklore, y porque, al mismo tiempo, sigue generando significados y planteando dudas. - ElMartín Fierro es mucho más que la historia de un gaucho que se pone a cantar sus penas. A casi 150 años de su publicación seguimos pensándolo. Creo que los docentes pueden trasladar las diferentes inquietudes del libro a los estudiantes porque es un texto que abre más preguntas que respuestas. - Javier Cercas tiene una tesis muy interesante, que es la del punto ciego: la literatura que nos interpela es la que tiene una pregunta que no se puede responder. Y ese “punto ciego” hace que no pase de moda, que nos siga convocando. El Martín Fierro entra muy bien en la tesis de Cercas. Es un texto que sigue abriendo preguntas y creo que todas las reversiones son como ensayos de una respuesta. .....................................

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