Recuerdos de infancia. Consejos de nuestros padres.-08 - 12 -2020.-

Las cuatro esquinas, una intersección literaria. Nustro papá y mamá nos reunieron una noche en la cena y nos dijeron:"mañana vamos a vistar un Colegio a San Nicolás, una ciudad vecina, cerca el Río Paraná, para ver si Uds, pueden estudiar allá. Es un consejo que nos dió el "Tachero" Luis Parodi. El estudió en un Colegio de Buenos Aires de los Padres Salesianos de León XIII- de Artes y Oficios- donde aprendió a ser "soldador y herrero".También se podrá estudiar. carpintería,sastrería, mecánica,agricultura,imprenta,linotipia, y las mujeres: peluquería, enfermería, mosista, cocina y otras más". Nosotros contentos con el viaje en el auto "Ford A" de Capriotti, un vecino,agricultor. Nos recibió el Padre Director Francisco Trossero y el Prefecto Antonio Scasso, después nos presentaron al Padre Iñón y al Padre Granero, quienes nos acompañaron a visitar el Colegio y la Iglesia.El Colegio era inmenso, con salas, galerías, patio mucho más grande que la Escuela de nuestro pueblo Sargento Cabral. Nuestro asombro fue cuando sonó la campana y salieron de las aulas los alumnos para jugar, era el momento del "recrero". Mientras mirábamos y jugábamos en el patio nuestros padres se reunieron en una sala para hablar de las condiciones de ser pupilos, José y Luis y luego María en el Colegio que estaba en la otra cuadra de las Hijas de MAría Auxiliadora."Por la pensión no se preocupen, Uds. paguen cuando uedan y sino traigan del campo lo que puedan, una bolsa de lentejas, otra vez de arvejas, una lata de grasa de cerdo, algún lechón limpio, pollos, huevos, etc. Esa mercadería la anotará el Prefecto y le descontará la pensión de los chicos. Todos somos inmigrantes o hijos de inmigrantes italianos sabemos lo duro que es el trabajo del "mediaro de campo" y la vida lejos de nuestra tierra,yo también fui pupilo y extrañé mucho, le comentó el Director. A la vuelta ya en casa, nos contaron bien lo que costaba; pero "haremos el sacrificio para que estudien y no sean burros como nosotros", añadió nuestra mamá. Nuestro papá nos recalcó:"Primero nosotros no somos abogados ni escribanos, respeten la palabra dada y digan siempre la verdad; Segundo cuando ganen 10 pesos, no gasten los 10 $, ni menos aún 11$,guarden algo como nosotros en la despensa. Solo usen 8, 7, 6,lo que les queda será ahorro para alguna emergencia: Tercero recuerden cuando vaya a trabajar de no "ponerse a media",trabajen por su cuenta, porque la única m edia que va bien es la que se ponen enlos zapatos".Nuestro padre trabajabala tierra con un primo hasta que en dos oportunidades lo engañó con un cobro del Cerealista que liquidaba los acopios de cereal. Al inicio del año allá llegamos con un colchón cada uno, la ropa y la ilusión de una vida nueva. Nos señalaron la cama, el roperito, los baños y nos recomendaron que no salgamos del doermitorio sin permiso y cuidado con bajar las escaleras, -era un primer piso-. Cuando nuestros padres se fueron y nos saludaron con lágrimas en los ojos, nos atacó la angustia. José preguntó:¿Cuándo vuelven? La respuesta fue: "La semana que viene les traigo más ropa y llevaré la ropa usada así mamá la puede lavar". ...................................................... -En un ataque de bronca nuestro padre volvía del pueblo desilusionado, pues creía que cobraría unos pesos de la cosecha entregada; pero el contador Brunotti le mostró uns planillas y le anunció:"esto es todo lo gastado en seis meses y esto es lo que entregaron, salimos derecho no te queda nada".Mi padre comentaba:"El tenedor de libros decía: cero, vía cero y todo cero". Nuestreo padre volvió del pueblo, bajó ualgunas mercaderías, destó el caballo del sulky y le oíamos que le comentaba a nuestra mamá: “Este pueblo está maldito o nos engañan, porque otra vez no quedó nada para nosotros". Nuestra madre lo consolaba: "Buenos no te hagas problemas, criaremos más gallinas, chanchos y ovejas, algo para comer y el resto venderlos". Pensó un rato y sentenció: "Cada vez estoy más convencido que hicimos bien anotar a los chicos pupilos, en los Colegios, no quiero que sean burros de carga como nosotros, en Italia". ............................................................. . ¡Vete!, vete y no vuelvas nunca. Y si algún día te da la nostalgia y regresas, no me busques. No toques a mi puerta porque no te abriré. Busca algo que te guste, y hagas lo que hagas, ámalo; como amabas la cabina del Cinema Paradiso cuando eras niño”. Alfredo a Totó, Cinema Paradiso

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