Rugby. Diferencia en ser grandote y grande.- 1° - 12 - 2020.-

Rugby.-La Diferencia entre ser Grandote y grande. La Capital- Domingo 29 de Noviembre de 2020.- por Laura Vilche. (Laura en este artículo, analiza la soberbia mental, el espíritu de atropellamiento, de destrucción que vimos en algunas manifestaciones, rompiendo vidrieras, bancos de plazas premeditadamente con martillos, quema de automíviles, apuñalamiento en la vía pública,asalto a los ancianos, sin piedad, en sus casas.Un periodista radial, ex cómico santafesino, propalando por radio:"quisiera ser un camión 1114, para jugar al bowling y embocar a esos tipos manifestantes en la calle". Esa no es la forma de dialogar con alguien que piensa distinto; disentir no es aniquilar, quitar la vida. La vida social nos exige ver a la otra persona con respeto.Es un error conceptual una ideología nefasta considerar "amigo o enemigo",sembrar el odio por doquier. - "No es cuestión de altura, ni de contorno de cuello ni de hombros de acero ni de bíceps o cuádriceps inflados como globos. Es memoria y respeto lo que marca la diferencia entre un grande y un grandote. Las personas exageran el poder personal, la superioridad, piensan que tienen el poder de matar,al contrincante, al opositor; el adversario y finamente tiene que desaparecer o morir. Muchos Rugbiers no pueden sublimar, filtrar, reprimir su fuerza bruta, usan la ley de la selva. Los ejemplos recientes en las playas bonaerenses un grupo de jóvenes rugbiers-de una misma localidad- mataron a golpes a un joven indefenso y luego huyeron; en la ciudad de Rosario hubo varios casos y el más resonante fue el uso en las redes sociales del Capitán de la Selección Nacional Argentina de Rygbiers en Australia, con expresiones ofensivas hacia otras personas, con absoluto desprecio como si fueran deportistas impunes, superhéroes, intocables. La Pulga,Lionel Messi, fue la contracara, así con el sobrenombre que lo retrata en mínimas pulgadas, demostró inmensidad con todas las letras. Sutil pero infinito y emotivo fue el homenaje del futbolista argentino, durante la goleada del Barsa a Osasuna con la camiseta 10 de Newell's, como la que llevaba Diego, en 1993. Con mi corazón canalla lo aplaudo y saludo jubilosa, porque un grande saludó a otro grande, porque es un gesto justo y simple: todo lo que está bien. En cambio, sigo indignada por los 15 grandotes que no estuvieron a la altura de esa inmensidad y porque no es la primera vez. Este es un un país donde la mayoría de los deportistas desaparecidos por la dictadura cívico, militar y eclesial tuvieron una ovalada en la mano (son 152 y casi una veintena de Rosario, aunque a la Unión local, los clubes y a la prensa les haya llevado mucho tiempo recordar). Y, además, es un territorio donde desde hace años se realiza un seven en homenaje a los jugadores asesinados y desaparecidos sin organización ni apoyo de ninguna unión provincial. A pesar de todo ese escarnio, Los Pumas volvieron a estar débiles de memoria. En su último partido, los All Blacks les demostraron que son grandes. No sólo porque les ganaron sin miramientos sino porque dieron cuenta de su memoria y respeto al dolor inmensamente colectivo. Sólo y nada menos colocaron antes del partido y a la vista de Los Pumas, una camiseta de las suyas, con el luto más puro, con el 10 y un Maradona. Una liturgia creativa que dejó al seleccionado nacional pequeñísimamente como sonsos. El año pasado los neocelandeses también dieron cuenta de memoria y respeto. El equipo aprovechó la estadía en Argentina durante la primera fecha del Rugby Championship para conocer un poco de historia del país que los recibía y visitaron el Museo Sitio de Memoria (ESMA). Catorce estuvieron en el centro de tortura y salieron conmovidos, sorprendiendo a la Unión de Rugby Argentina en su cara y en su cancha. Ambos gestos fueron uno para miles. Conozco desde el último Encuentro de Mujeres en La Plata, a una mujer de rostro precioso y vida inquieta: Verónica Sánchez Viamonte. Una arquitecta, feminista, escritora y con ambos padres desaparecidos. Su papá, Santiago “el chueco”, fue un grande dentro y fuera de la cancha, al menos eso reconoció alguna vez Hugo Porta de este tres cuartos, estudiante de arquitectura, padre de dos nenas, que enseñaba rugby en una villa y que a los 25 años fue raptado y desaparecido entre otros tantos en su club y su ciudad. Ayer, su hija Verónica escribió acongojada en las redes: “Amo a los All Blacks. Los admiro. No era tan difícil Pumas, ya no quiero nada de ustedes”. Su pena es la de miles para quienes la grandeza, de Diego, de Messi, de los Hombres de Negro y otros tantos hombres y mujeres es mucho más que ser grandote. ....................................... (TE PUEDE INTERESAR...La Capital, "Cuando muere un idolo".CARTA DE LECTORES).

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