Juramento a la Bandera Argentina. Te cuento las cuarenta.- 20 - 06 - 2020.-

 
NO ES LO MISMO.
De las cosas que hemos perdido una de ellas – hablando de esta fecha memorable del 20 de junio – es el juramento de fidelidad a la Bandera. Recuerdo cuando mi abuelo me llevaba al parque Independencia a presenciarlo; entonces, la ceremonia se realizaba al pie dela estatua ecuestre del general Belgrano. El marco de gente era extraordinario. Padre, madres, amigos, novias, hermanos y cuantos conocían a los soldados estaban allí.
Luego, inaugurado el Monumento Nacional a la Bandera, la ceremonia, el sentimiento y la emoción se trasladaron a la Av. Belgrano y Córdoba. Recuerdo la emoción de ver “al 11”, el nuestro, de la ciudad verlo desfilar, después del juramento. Pasaron unos 60 años. Como si fuera ayer. Y ayer, tuve el privilegio y el honor de jurarle a nuestra querida bandera seguirla y defenderla hasta perder la vida. Fue en el año 1969.
Pasan los años y la vida nos enseña; la cosa es que aprendamos. Y en ese aprendizaje vívido y vivido, el juramento no es ajeno. La cosa no es jurar, nada más. Es mucho más profundo. Pero parece que no a todos se les exige lo mismo. O no se espera lo mismo de todos.
Desde la Ordenanzas militares de Carlos III para acá la ceremonia es más o menos parecida. Pero hay una diferencia. No es menor. Cuando se le pide y recibe el juramento a un soldado (no interesa la jerarquía), al requerírselo la respuesta es breve, lacónica. Un SI, JURO sella el compromiso de por vida, para con la bandera, la Patria y la Historia. Lo que sigue es presumido y tácito. Cuando llegue el momento, ahí estará el juramentado. Además se había cumplido con una ley.
Qué distinto es el juramento de la clase política. La electa, la acomodada, la recomendada, etc. Cuando juran al recibir el puesto al que han accedido, muchas veces al margen del art. de la CN, jurando por las cosas más inverosímiles, por fulano, por Dios, por su honor (?), por la Patria, por las escrituras, etc. Todos asumen que el candidato puede no llegar a cumplir con lo que se juramentó. De no ser así, no se entiende por qué la fórmula solemne tiene una frase lapidaria: SI ASÍ NO LO HICIÉSEIS (aquí va la referencia ante quién se compromete el candidato) os lo demanden. Coincidimos, no es lo mismo.
Uno cuando juró, no dejó dudas. A nadie se le va a ocurrir pensar que no va a cumplir con su juramento. Revisemos nuestra historia, desde su origen y lo veremos. El otro ya no deja la duda… desde el comienzo. Son innumerables los casos del incumplimiento postrero. Los que obligan al receptor del juramento a demandarlo.
Hasta acá llegamos….

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