Muy claro
Andrea Paoloni
Antes de llamarse Rosario, esta zona en que vivimos, se llamaba Pago de los Arroyos. Y ese nombre proviene claramente de que la zona está no sólo bordeando uno de los ríos más grandes del mundo, también está rodeada de otros ríos, arroyos y lagunas. Es decir: está en medio de un humedal.
Lo que los rosarinos conocemos como “la isla” es una compleja planicie inundable con una biodiversidad que genera paisajes singulares y que podría definirse como un vasto mosaico de humedales.
Los humedales son ecosistemas que brindan una enorme cantidad de beneficios ambientales, entre los que se encuentran: el albergue de biodiversidad, la captación de nutrientes y contaminantes del agua, el abastecimiento de agua dulce y la amortiguación de inundaciones, entre muchos otros. También cumplen un rol importante respecto al cambio climático, tanto para los procesos de mitigación como para los procesos de adaptación.
Es uno de los cinco deltas del mundo que conservan (o convervaban) los rasgos característicos en su estado natural, y alberga (o albergaba) una gran cantidad de especies.
Estos incendios son intencionales y tienen como objetivo transformar esas grandes reservas de agua dulce y biodiversidad en suelo para la agroindustria. Son los mismos señores que después, además, se fugan las ganancias y nos dejan las pérdidas monetarias, sociales, culturales y ambientales.
ESto es un ECOCIDIO. #NoALaQuemaDeNuestrosHumedales
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