Benedicto,Francisco y las dos iglesias.(opinión).-18 - 04 - 2020.-


Envío de José Manuel Estrada,- por Guillermo Pablo Grisolía.-comparten un enlace-.  "Un tema permanente, desde los primeros siglos de la Iglesia....recien con Lutero se dio el cristianismo -falsificado-       fuera de la Iglesia.
  Sucede que, como el trigo y la cizaña, sólo el Señor separara a una de la otra, al.fin de los tiempos.       Separará a la Iglesia fiel, de la Iglesia de la publicidad".


El siguiente artículo pertenece al blog: linumfumigans.blogspot.com  - Jueves, 16 de abril de 2020.


Benedicto, Francisco, y las dos iglesias

Estos días, por más que lo intente, no puedo borrar de mi mente a Benedicto XVI: recluido en el monasterio Mater Ecclesiae, hoy cumple 93 años, y este domingo 19 de abril se cumplen quince años de su elección como 265° Sumo Pontífice de la Iglesia. Son fechas cargadas de sentido. Hace poco tiempo, el 11 de febrero, se cumplían siete años de su renuncia, que hizo efectiva el 28 de febrero de 2013, con su extraña decisión de hacerse llamar "papa emérito", seguir viviendo en el Vaticano, seguir vistiendo de blanco, hacerse llamar Santidad, y explicar su nuevo rol en la Iglesia de un modo no para todos convincente. Poco después, un 13 de marzo de 2013, el cardenal Bergoglio era elegido Papa. De allí en más, la extraña situación de dos Papas en Roma y... lo que ha venido sucediendo en estos años de Francisco...
   

----------Pertenezco a esa clase de sacerdotes que, sin mérito alguno de mi parte, sino en razón de un hábito contraído desde hace muchos años, mañana, tarde y noche tengo presente la orden de Jesús: "Velad". Por aquello de: "¡Mirad!, ¡velad! porque no sabéis cuándo será el tiempo... Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!" (Mc 13). Y me resulta fácil, hasta connatural diría, ver signos en los sucesos de cada día; que me impulsan a la meditación de los tiempos que nos ha tocado vivir. Los eruditos llaman a esto hacer Teología de la Historia. Es lo que hizo san Agustín de Hipona, uno de los primeros grandes teólogos de la historia, en La Ciudad de Dios, y lo que trata de explicar el profesor De Mattei, en su último artículo, que leíamos ayer. Por mi parte, con menores pretensiones de académico, sólo me limito a cumplir el consejo del Señor, a velar, y comprender si está cerca o no está cerca el verano por cómo se ve la higuera...
----------Me resulta meridianamente claro que vivimos en una nueva etapa de la Iglesia. Quien haya meditado en el Apokalypsis de san Juan sabrá lo que quiero decir; y quien lo haya leído ayudado con las obras del padre Leonardo Castellani (El Apokalypsis de San Juan, Cristo vuelve o no vuelve?, Los Papeles de Benjamín Benavidez, la Iglesia Patrística y la Parusía) lo entenderá mucho mejor. Hay que llevar puesta una negra venda en los ojos para no ver los signos, las pruebas en las últimas seis décadas (en especial en el actual pontificado); y hay que estar voluntariamente ciego y sordo a las evidencias y reclamos de las profecías, tanto públicas como privadas (y éstas segundas no en último lugar) como para no comprender que nos encontramos en un nuevo período de la Iglesia o, para decirlo mejor, en la nueva etapa de dos iglesias que conviven. Por cierto, esta situación no ha comenzado en el 2013; sino que realmente estas dos iglesias ya coexistían, y eran contradictorias entre sí, aunque la presencia de Papas que mantenían ininterrumpido el legado de la Tradición (aún con sus claroscuros) nos ofreciera la apariencia de que la Una y Santa pervivía, y nos hacía creer que nada pasaba, dándonos la esperanza en que mejorarían los tiempos. Ahora vemos claro que, en realidad, desde hace décadas debíamos comprender que tal esperanza era vana.
----------Es patente que en la Iglesia Católica coexisten dos iglesias. Es la parábola del trigo y la cizaña. A quien no lo vea todavía, lo invito, con caridad, a meditarlo con humidad y fe, creyendo en las Escrituras y siendo honesto ante la realidad, lo que está ante sus ojos. En la Iglesia Católica coexisten dos iglesias, pero, y lo aclaro enseguida, no existen dos papas vigentes: sólo existe un Papauna cabeza pontifical vigente. Porque, y lo siento por todos los que piensan de otra manera, la renuncia de Benedicto XVI, por presionada que haya sido, o incluso por irregular que haya sido canónicamente hablando, si admitimos defectos de forma, no hay duda alguna que se trata de una renuncia voluntaria; y el propio Ratzinger nos lo ha hecho saber una y otra vez, repetidas veces, incluso haciendo teología de ese tema, lo cual es connatural a él, por su acabada formación de teólogo, y siendo quizás hoy todavía el mejor teólogo viviente en la Iglesia. Pero, habiendo afirmado que la renuncia de Benedicto XVI es verdadera renuncia y que en la Iglesia no puede haber dos Papas, sin embargo es inevitable reconocer que el resultado es una gran paradoja.
----------Tras siete años del actual pontificado, no puede haber ninguna duda que Jorge Bergoglio es el pontífice de la Iglesia en reforma, ecclesia reformanda o, para tratar de expresarlo mejor, es la cabeza del conjunto de todos los heterodoxos, de todos los signos, nombres y características, que no son oficialmente discernidos, que podrían -si a los lectores así les agrada- agruparse bajo el genérico nombre de modernistas (un término pésimamente entendido por los legos en teología), y que llevaban mucho tiempo, décadas actuando (un siglo quizás, si queremos ser más claros), y que actualmente han terminado por ocupar la institución Iglesia; y la han ocupado de tal manera que no sólo han llegado a sus distintos puestos de poder (cosa que venían haciendo desde hace un siglo), sino que han terminado ocupando su mismo supremo vértice.
----------Pero las Sagradas Escrituras y la Tradición nos dicen que la Iglesia está edificada sobre la roca que es Pedro, sobre la Fe de aquel que confesó a Cristo como Hijo de Dios. "Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" (Mt 16,17-18). Por lo tanto, en el orden sobrenatural, necesariamente tiene que haber vigencia de un Papa legítimo que fundamente la Fe, la ortodoxia, y no siendo ya Benedicto XVI el papa vigente, el de un mismo corazón con Cristo, entonces la roca no puede ser otro que Pedro, san Pedro, el Pedro Romano de la profecía de san Malaquías, no puede ser otro que Pedro, la piedra de la Iglesia que no se puede conmover.
----------Habiendo dicho lo que he dicho en el párrafo anterior, ahora digo que absolutamente nada raro o extraño debe ser deducido acerca de que yo estuviera aquí proponiendo una supuesta iglesia pneumatológica, o del Espíritu, ¡nada de eso!, y esto por una sencilla razón: porque Pedro, la roca, sigue hablando y enseñando en todo el verdadero Magisterio, por una parte en el Magisterio anterior, en la Fe bimilenaria, y por otra parte también en aquel magisterio de Jorge Bergoglio cuando él no se muestra como cabeza de todas las heterodoxias, cuando Francisco no se muestra dúplice, es decir, cuando no se contradiga con el magisterio bimilenario, cuando se muestra ortodoxo. Porque, como tenemos abundantes pruebas diariamente, el papa Francisco puede mostrarse a la vez ortodoxo y heterodoxo, y aparentemente contentar a unos y a otros.
----------Esto es lo que sinceramente veo que ocurre hoy en la Iglesia. Quizás mañana podré matizar, podré ver mañana otros aspectos, que me hagan corregir probablemente algunos términos de lo que acabo de decir, pero no puedo, siendo franco conmigo mismo y con los lectores, decir otra cosa que lo que hoy veo y digo, y que someto al juicio del Magisterio de la Iglesia.
----------Algunas de las consecuencias que se siguen de esta tesis me son claras. La primeraes que los católicos de la Iglesia de Pedro no deben formar sectas aparte, independientes, bajo el pretexto o incluso buena intención de crear espacios protegidos, seguros, resguardados. Porque está claro que hay quienes los quieren construir, y son los nuevos esenios. Pienso en grupos con nombres concretos, actuando desde hace décadas algunos, y otros más recientes, pero aquí no los voy a nombrar. No son pocos entre estos grupos los que mantienen un rigor que no puede ser aceptado como cristiano, porque no es el rigor bueno, el único rigor que puede ser bueno, que es el de la firmeza en la fe, sino que se trata de un rigor en el que no existe paz interior, donde la ira es moneda corriente en los discursos, una ira que es su signo más evidente.
----------La segunda consecuencia surge de la anterior: hay que evitar huir del martirio proveniente de la iglesia reformada (aparezca esta a veces como una o frecuentemente como varias, como "poliédrica" como dice Francisco cuando habla de modo cripto-herético). Si los lectores lo miran bien, aquella ira de los discursos sectarios que se oponen a Francisco, lleva consigo implícita esta tendencia a huir del martirio. Lo que estoy queriendo decir es que la presente etapa de la Iglesia es el momento de ser dirigido cada cual por Pedro Romano, por el Magisterio de la roca, por la Fe bimilenaria, sin formar grupos sectarios de exiliados, sino mantener nuestra presencia en la confusa iglesia de la visibilidad (en la "iglesia de la publicidad", como decía Meinvielle), precisamente como ellos mismos, los de la actualmente triunfante iglesia reformada, han hecho durante un siglo. Lo que aquí propongo es algo similar a las tantas iglesias de las catacumbas que ha habido y sigue aún habiendo en la historia. Los católicos han tenido mucha experiencia de tener que sobrevivir bajo regímenes hostiles de todo género, aunque es verdad que nunca jamás los jerarcas opresores se habían vestido con la vestimenta papal. Pues bien, precisamente esto es lo nuevo y lo que más nos confunde y desafía nuestra Fe. Pero hay que reconocer que también es lo más coherente, lo más consecuente con todo el proceso histórico vivido desde hace un siglo. Es el campo de trigo con cizaña que hoy se ha convertido en campo de cizaña con trigo, y sólo sabe Nuestro Señor si es ahora o no, o pronto, o más tarde, que es o será la Pascua, el paso del Dios del discernimiento, que separará lo uno y lo otro, que cribará a los nominales miembros de la Iglesia para separar corderos de cabritos.
----------No pretendo ser nada original en lo que acabo de exponer. De hecho, bastante de lo que en esta nota digo lo he leído, con palabras más o menos parecidas, en libros y blogs; y yo le agrego mis pareceres personales, mis matices, mis colores. Hoy es el cumpleaños del papa emérito Benedicto XVI, el último Papa que hasta ahora hemos conocido manteniendo el legado de la Tradición (con sus claroscuros, como siempre ha ocurrido en dos mil años de historia de la Iglesia), el último Papa del orden de Cristo, que sufrió persecución, Benedicto XVI, que de alguna manera murió en vida, sustituido por el papa del triunfo humano, de la iglesia de la publicidad, el de los grandes medios de comunicación. Lo dicho: es la mayor prueba, un particular y supremo modo de martirio contra-revolucionario (para decirlo usando un término caro a De Mattei).
----------Pero este martirio, también, de algún modo, proyecta un manto protector, una seguridad, esa seguridad y protección que los sectarios de todo tipo (antifrancisquitas, benedictitas, sedevacantistas, o del color que sean) buscan equivocadamente en sus grupos. Es el modo como yo entiendo la renuncia de Benedicto XVI: "...os he dicho que yo soy; así que si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos" (Jn 18,8). Nosotros somos "éstos". La más o menos "positiva" imagen (hasta ahora) que la iglesia reformada tiene ante el mundo, nos brinda protección. Al fin de cuentas, no es culpable quien ha demostrado saber vivir bajo el estigma de los contrarios. Y en caso de expulsión desde el interior institucional (lo que no ha de buscarse, sino más bien actuar desde dentro, como levadura, según dice el Señor), sabemos que no acabarán los lugares a los que ir antes de Su llegada: "Cuando os persigan en una ciudad huid a otra, y si también en ésta os persiguen, marchaos a otra. Yo os aseguro: no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre" (Mt 10,23).
----------Lo dicho: se trata de vivir en la Iglesia Católica, la Iglesia de San Pedro, la roca viva, sin agitación, en paz, perdonando y sabiendo que el martirio psíquico y del alma, sufrido con paciencia, nos une con la condición católica por excelencia que es la victimal, la Cruz.

15 comentarios:

Anónimo dijo...
No parece quedar claro en esta nota si se está afirmando que Papa Francisco es eso: Papa, el único Papa vigente, además del así llamado p. "emérito".
Cristero Argentino dijo...
Anónimo 09:05: Poco es lo que está claro en este tiempo de la Iglesia. Lo que está claro es que hasta Benedicto XVI la línea de Pedro es legítima. Luego, en el caso de Bergoglio, hay serias sospechas de fallas canónicas, irregularidades legales; lo mismo que hay fallas canónicas en la renuncia de Benedicto. ¿Esto quiere decir que tenemos un Papa que sigue siendo legítimo (Benedicto) y un antipapa (Francisco)? No me lo parece. No lo veo claro, aunque hay algunos que así opinan.
Creo que Fr Filemón nos está diciendo otra cosa: aceptar la irregularidad canónica, aceptar la confusión existente, pero... ¡permanecer fiel a Pedro Romano! (el último Papa según la profecías de Malaquias). Y entiendo que el padre Filemón dice que "Pedro Romano" puede interpretarse como el Magisterio de Pedro, el magisterio bimilenario de los Papas (incluyendo el magisterio de Francisco cuando habla de modo ortodoxo).
No es simple, pero es lo que hay.
Anónimo dijo...
Algo de esto ya fue dicho aquí:

http://lahondadedavid.blogspot.com/2015/09/petrus-romanus.html
alesolap dijo...
Estimado Padre: Con todo respeto, y dejando sentado que soy un lector asiduo de su blog, que considero de gran interés y utilidad, y por el cual aprovecho para felicitarlo y manifestarle mi gratitud, me atrevo a hacer una observación. Usted dice: " Por cierto, esta situación no ha comenzado en el 2013; sino que realmente estas dos iglesias ya coexistían, y eran contradictorias entre sí, aunque la presencia de Papas que mantenían ininterrumpido el legado de la Tradición (aún con sus claroscuros) nos ofreciera la apariencia de que la Una y Santa pervivía, y nos hacía creer que nada pasaba, dándonos la esperanza en que mejorarían los tiempos." No puedo evitar interrogarme: ¿Le parece que el hecho de haber convocado a todas las falsas religiones del orbe -heréticas, cismáticas e idólatras- a que pusieran en práctica sus falsos cultos con vistas a obtener la "paz en el mundo", merece solamente el calificativo de "claroscuro"? Porque se trata, ni más ni menos, que de la antítesis de la enseñanza de la Mortalium Animos, de Pío XI. ¿No sería más adecuado considerar semejante hecho como una falta flagrante contra el primer mandamiento? ¿Es acaso infundado teológicamente tachar dichas manifestaciones interreligiosas –Asís I a V- de impías y blasfematorias? ¿La promoción pública y oficial de dichos “cultos”, por parte de la autoridad eclesiástica, confirmando de este modo implícitamente a sus pobres adeptos en el error, no equivale a un acto inequívoco de apostasía? ¿Cuál habría sido ante ellos la reacción de un San Pablo, por ejemplo? Es un hecho manifiesto que tanto JPII como BXVI aplicaron a rajatabla, a lo largo de sus pontificados, el ecumenismo y el "diálogo interreligioso" heréticos del CVII, cuyo fundamento no es otro que el modernismo condenado solemnemente por San Pío X, el cual afirma el valor y la legitimidad de todas las "religiones" para relacionarse con la "divinidad", puesto que ella sería inmanente al espíritu humano, surgiendo de la interioridad de la conciencia humana -naturalismo panteísta-. En esas condiciones, sinceramente, y lo repito, con todo respeto, le confieso que no logro comprender cómo puede sostener que ellos "mantenían ininterrumpido el legado de la Tradición". Es por este motivo que, a mi entender, la ruptura con la Tradición se remonta al CVII -adopción de una falsa concepción de la libertad religiosa, del ecumenismo y de la Iglesia (el famoso “subsistit in”)- y a todo el magisterio subsiguiente, sin exceptuar a ninguno de los papas conciliares... Le mando un cordial saludo en Cristo y María.

Post Data: En este enlace podrá consultarse material al respecto:

https://gloria.tv/user/PsqnxVeozUAb11SRjPVhdKjWu
Anónimo dijo...
Estimado alesolap: ¿Cuándo ud. menciona a " la ruptura con la Tradición se remonta al CVII", se refiere al mismo Concilio Vaticano II cuyos documentos firmó también Mons. Lefebvre?
alesolap dijo...
Así es, a esa misma asamblea me refiero...
Fr Filemón de la Trinidad dijo...
Estimado alesolap:
Entiendo su preocupación, aunque claro, no comparto algún presupuesto de su demanda. El diálogo ecuménico e interreligioso es, por supuesto, una zona cuestionable en la praxis eclesial, incluso antes del Concilio Vaticano II. Importa sobre todo conocer detalles históricos sobre el desarrollo del ecumenismo y del diálogo interreligioso, para distinguir matices sobre lo actuado por uno y otro Papas de las últimas décadas. A la vez, las cuestiones de gobierno no son tan sencillas como las cuestiones teóricas que pueden poner negro sobre blanco en un papel. El poner negro sobre blanco en la práctica no es tan sencillo ni tan fácil (sobre todo no es tan fácil cuando el pontífice predecesor ha hecho algo y hay que re-encauzarlo o corregirlo). Y comprendo que sea un tema candente para ciertos sectores eclesiales.
Gracias por su comentario. Lo tengo en cuenta para desarrollar este tema en alguna próxima ocasión.
Anónimo dijo...
Estimado alesolap:
Entonces, siguiendo su razonamiento, todos los que firmaron aquellos documentos del CVII, que rompieron con la Tradición, ¿son herejes?

(soy el mismo que le hizo la pregunta anterior, sobre mons Lefebvre).
alesolap dijo...
Muchas gracias por su respuesta, Padre. Pero pienso no se puede reducir el tema a las dificultades inherentes a la gobernabilidad de la Iglesia, porque eso podría justificar errores factuales o prudenciales, jamás contra la fe misma. Lamentablemente, eso es lo que viene sucediendo desde el CVII con relación a las "religiones" heréticas, cismáticas o idólatras, a las que se confiere rango de caminos válidos de salvación, confortando a los extraviados en sus errores (Dos ejemplos entre varios: rechazo del uniatismo con los ortodoxos, communicatio in sacris autorizada con ellos + renuncia a la evangelización de los judíos, cuya alianza se considera aún vigente). Esto es algo que no tiene precedentes en la historia de la Iglesia. No me quiero repetir, pero esto es modernismo en estado puro, como lo expliqué en el primer comentario. Y el modernismo no es otra cosa que el avatar "cristiano" de la gnosis naturalista y panteísta. Sí, la misma que la de los gnósticos primitivos, cátaros, rosacruces, cabalistas, hegelianos y teilhardianos, cada uno con su particular elaboración conceptual, pero manteniendo el inmanentismo naturalista y panteísta en todos los casos. Si la divinidad es por naturaleza inmanente a la conciencia, y las diferentes "religiones" no son sino la expresión de este hecho manifestado en épocas, lugares y áreas culturales particulares, recurriendo en cada caso al acervo cultural e ideológico de cada una de ellas, se entiende que los últimos tres "papas conciliares" -en perfecta conformidad con los lineamientos trazados por los documentos conciliares UR, NA y DH, que citan ad nauseam para legitimar sus prácticas innovadoras, como es lógico- las inviten a ejercer su culto de latría con vistas a obtener la paz mundial. Ahora bien, no se requiere ser particularmente erudito en materia teológica para comprender que esto no sólo es falso, sino blasfematorio y que implica, necesariamente, la apostasía de la fe católica, aunque no sea explícitamente significada verbalmente, lo que no es de ninguna manera necesario en la especie. Para comprender esta cosas, basta con poseer debidamente los rudimentos del catecismo. La situación es entonces la siguiente: Desde el CVII el Vaticano promueve el ecumenismo y la "interreligiosidad" como fundamento no para la conversión de los infieles, ni para el retorno de los herejes y cismáticos a la única verdadera Iglesia de Cristo, que es la católica -esto ya no tiene curso desde el “subsistit in” de LG-, sino para fomentar la "fraternidad" humana y conseguir la "paz mundial". Si esto no es apostasía, y el preludio inequívoco de la instauración de una "suprareligión" universal, en la que las “diferencias dogmáticas” pasarán a un segundo plano en provecho de la “praxis”, y que será -o, cuando menos, de la cual saldrá-, la religión del Anticristo, con el falso profeta liderándola -¿Francisco? Tal vez, pero evidentemente lo ignoro, es algo que se sabrá con el tiempo-, confieso que me quedo sin palabras... La descripción obra de apostasía cuidadosamente programada y meticulosamente puesta en práctica por el Vaticano desde el CVII es algo que desarrollo -muy sucintamente- en este artículo:

https://moimunanblog.com/2020/04/11/la-agenda-globalista-del-vaticano/

Como dije, es un escrito breve, sencillo y fundado en citas oficiales del Vaticano. Los hechos son tan, pero tan manifiestos, que resulta imposible no verlos, y la conclusión que se desprende de ellos, por doloroso que resulte reconocerlo, es que nos hallamos ante el misterio de iniquidad en su máxima expresión, ante la gran apostasía profetizada por San Pablo y por Nuestro Señor, preludio necesario a la manifestación pública del Hombre de Pecado...
alesolap dijo...
Anónimo: Respondo a su pregunta. Sí, materialmente. No, formalmente, en lo que concierne -creo yo- a un gran número de ellos -a la mayoría, quizás-, por no tener clara conciencia de ello. El asunto es que los documentos conciliares contradicen el magisterio en varios puntos, los que mencioné aquí, y varios otros, siendo DH uno de los principales, gracias a cuya aplicación -a instancias del Vaticano- se firmaron nuevos concordatos con antiguos países católicos que abandonaron la confesionalidad del Estado y adhirieron al “Estado laico”, supuestamente neutro” en materia religiosa, conforme al programa de la masonería, como es bien sabido… PERO, resulta que estos errores se expresaron, generalmente, y por obvias cuestiones estratégicas -neutralizar la oposición “integrista”- de una manera “atemperada, “moderada”, “difusa”, consignados entre párrafos ortodoxos, para despistar, y seguidos por declamaciones “pour la galerie” que lo dicho “no contraría el magisterio anterior”, “halla su fundamento en la Sagrada Escritura”, y otros embustes similares… Por eso la mayoría “mordió el anzuelo”. Además, resultaba inimaginable que un concilio ecuménico, convocado y promulgado por un “papa”, pudiese contener errores. La aplicación progresiva de los mismos, a través de las subsiguientes reformas litúrgicas y canónicas, de la nueva "praxis" ecuménica y del “magisterio postconciliar” imbuido de los falsos principios modernistas, fue lo que permitió que dichos errores se fuesen poniendo cada vez más en evidencia, hasta desembocar en el paroxismo de Asís, convocado por “San” (???) JPII, el “Magno” (!!!), -tres veces-, siendo Ratzinger el encargado de velar por la preservación de la ortodoxia doctrinal (!!!), y que también lo convocaría una vez devenido BXVI…
alesolap dijo...
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alesolap dijo...
Perdón, éste es el enlace correcto:

https://moimunnanblog.files.wordpress.com/2020/04/la-agenda-globalista-del-vaticano.pdf

Y les paso otro, específicamente sobre Francisco:

https://gloria.tv/post/D6MJmzuRKhsb6NaSTuS8dMYmK
Anónimo dijo...
De acuerdo con alesoplap salvo en cuanto dice "preludio a la aparición del hombre de pecado"...no lo vé?
Anónimo dijo...
soy el mismo anónimo de 12:20 y salvo también en lo de Papa entre comillas
alesolap dijo...
Anónimo, no entendí bien lo que quiso decir con esto:

De acuerdo con alesolap salvo en cuanto dice "preludio a la aparición del hombre de pecado"...no lo vé?

¿Significa que la apostasía universal en curso no sería el preludio de la aparición del Anticristo? O bien que, según Usted, éste ya habría aparecido? Y, en este caso, ¿quién sería? Si pudiera aclararlo, se lo agradecería...

Lo de las comillas es porque considero que los papas conciliares son modernistas usurpadores del trono petrino, antipapas encargados, justamente, de conducir a los fieles a la "gran apostasía" anunciada por San Pablo y por Nuestro Señor. Aclaro porque Usted lo mencionó, pero habitualmente no hablo del tema, porque soy consciente de que es un tema muy polémico. Lo importante es conservar la fe y no dejarse seducir por la "religión ecuménico-humanista" que se viene gestando desde el CVII...

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