Envío de José Manuel Estrada,- por Guillermo Pablo Grisolía.-comparten un enlace-. "Un tema permanente, desde los primeros siglos de la Iglesia....recien con Lutero se dio el cristianismo -falsificado- fuera de la Iglesia.
Sucede que, como el trigo y la cizaña, sólo el Señor separara a una de la otra, al.fin de los tiempos. Separará a la Iglesia fiel, de la Iglesia de la publicidad".
El siguiente artículo pertenece al blog: linumfumigans.blogspot.com - Jueves, 16 de abril de 2020.
Benedicto, Francisco, y las dos iglesias
Estos días, por más que lo intente, no puedo borrar de mi mente a Benedicto XVI: recluido en el monasterio Mater Ecclesiae, hoy cumple 93 años, y este domingo 19 de abril se cumplen quince años de su elección como 265° Sumo Pontífice de la Iglesia. Son fechas cargadas de sentido. Hace poco tiempo, el 11 de febrero, se cumplían siete años de su renuncia, que hizo efectiva el 28 de febrero de 2013, con su extraña decisión de hacerse llamar "papa emérito", seguir viviendo en el Vaticano, seguir vistiendo de blanco, hacerse llamar Santidad, y explicar su nuevo rol en la Iglesia de un modo no para todos convincente. Poco después, un 13 de marzo de 2013, el cardenal Bergoglio era elegido Papa. De allí en más, la extraña situación de dos Papas en Roma y... lo que ha venido sucediendo en estos años de Francisco...
----------Pertenezco a esa clase de sacerdotes que, sin mérito alguno de mi parte, sino en razón de un hábito contraído desde hace muchos años, mañana, tarde y noche tengo presente la orden de Jesús: "Velad". Por aquello de: "¡Mirad!, ¡velad! porque no sabéis cuándo será el tiempo... Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!" (Mc 13). Y me resulta fácil, hasta connatural diría, ver signos en los sucesos de cada día; que me impulsan a la meditación de los tiempos que nos ha tocado vivir. Los eruditos llaman a esto hacer Teología de la Historia. Es lo que hizo san Agustín de Hipona, uno de los primeros grandes teólogos de la historia, en La Ciudad de Dios, y lo que trata de explicar el profesor De Mattei, en su último artículo, que leíamos ayer. Por mi parte, con menores pretensiones de académico, sólo me limito a cumplir el consejo del Señor, a velar, y comprender si está cerca o no está cerca el verano por cómo se ve la higuera...
----------Me resulta meridianamente claro que vivimos en una nueva etapa de la Iglesia. Quien haya meditado en el Apokalypsis de san Juan sabrá lo que quiero decir; y quien lo haya leído ayudado con las obras del padre Leonardo Castellani (El Apokalypsis de San Juan, Cristo vuelve o no vuelve?, Los Papeles de Benjamín Benavidez, la Iglesia Patrística y la Parusía) lo entenderá mucho mejor. Hay que llevar puesta una negra venda en los ojos para no ver los signos, las pruebas en las últimas seis décadas (en especial en el actual pontificado); y hay que estar voluntariamente ciego y sordo a las evidencias y reclamos de las profecías, tanto públicas como privadas (y éstas segundas no en último lugar) como para no comprender que nos encontramos en un nuevo período de la Iglesia o, para decirlo mejor, en la nueva etapa de dos iglesias que conviven. Por cierto, esta situación no ha comenzado en el 2013; sino que realmente estas dos iglesias ya coexistían, y eran contradictorias entre sí, aunque la presencia de Papas que mantenían ininterrumpido el legado de la Tradición (aún con sus claroscuros) nos ofreciera la apariencia de que la Una y Santa pervivía, y nos hacía creer que nada pasaba, dándonos la esperanza en que mejorarían los tiempos. Ahora vemos claro que, en realidad, desde hace décadas debíamos comprender que tal esperanza era vana.
----------Es patente que en la Iglesia Católica coexisten dos iglesias. Es la parábola del trigo y la cizaña. A quien no lo vea todavía, lo invito, con caridad, a meditarlo con humidad y fe, creyendo en las Escrituras y siendo honesto ante la realidad, lo que está ante sus ojos. En la Iglesia Católica coexisten dos iglesias, pero, y lo aclaro enseguida, no existen dos papas vigentes: sólo existe un Papa, una cabeza pontifical vigente. Porque, y lo siento por todos los que piensan de otra manera, la renuncia de Benedicto XVI, por presionada que haya sido, o incluso por irregular que haya sido canónicamente hablando, si admitimos defectos de forma, no hay duda alguna que se trata de una renuncia voluntaria; y el propio Ratzinger nos lo ha hecho saber una y otra vez, repetidas veces, incluso haciendo teología de ese tema, lo cual es connatural a él, por su acabada formación de teólogo, y siendo quizás hoy todavía el mejor teólogo viviente en la Iglesia. Pero, habiendo afirmado que la renuncia de Benedicto XVI es verdadera renuncia y que en la Iglesia no puede haber dos Papas, sin embargo es inevitable reconocer que el resultado es una gran paradoja.
----------Tras siete años del actual pontificado, no puede haber ninguna duda que Jorge Bergoglio es el pontífice de la Iglesia en reforma, ecclesia reformanda o, para tratar de expresarlo mejor, es la cabeza del conjunto de todos los heterodoxos, de todos los signos, nombres y características, que no son oficialmente discernidos, que podrían -si a los lectores así les agrada- agruparse bajo el genérico nombre de modernistas (un término pésimamente entendido por los legos en teología), y que llevaban mucho tiempo, décadas actuando (un siglo quizás, si queremos ser más claros), y que actualmente han terminado por ocupar la institución Iglesia; y la han ocupado de tal manera que no sólo han llegado a sus distintos puestos de poder (cosa que venían haciendo desde hace un siglo), sino que han terminado ocupando su mismo supremo vértice.
----------Tras siete años del actual pontificado, no puede haber ninguna duda que Jorge Bergoglio es el pontífice de la Iglesia en reforma, ecclesia reformanda o, para tratar de expresarlo mejor, es la cabeza del conjunto de todos los heterodoxos, de todos los signos, nombres y características, que no son oficialmente discernidos, que podrían -si a los lectores así les agrada- agruparse bajo el genérico nombre de modernistas (un término pésimamente entendido por los legos en teología), y que llevaban mucho tiempo, décadas actuando (un siglo quizás, si queremos ser más claros), y que actualmente han terminado por ocupar la institución Iglesia; y la han ocupado de tal manera que no sólo han llegado a sus distintos puestos de poder (cosa que venían haciendo desde hace un siglo), sino que han terminado ocupando su mismo supremo vértice.
----------Pero las Sagradas Escrituras y la Tradición nos dicen que la Iglesia está edificada sobre la roca que es Pedro, sobre la Fe de aquel que confesó a Cristo como Hijo de Dios. "Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" (Mt 16,17-18). Por lo tanto, en el orden sobrenatural, necesariamente tiene que haber vigencia de un Papa legítimo que fundamente la Fe, la ortodoxia, y no siendo ya Benedicto XVI el papa vigente, el de un mismo corazón con Cristo, entonces la roca no puede ser otro que Pedro, san Pedro, el Pedro Romano de la profecía de san Malaquías, no puede ser otro que Pedro, la piedra de la Iglesia que no se puede conmover.
----------Habiendo dicho lo que he dicho en el párrafo anterior, ahora digo que absolutamente nada raro o extraño debe ser deducido acerca de que yo estuviera aquí proponiendo una supuesta iglesia pneumatológica, o del Espíritu, ¡nada de eso!, y esto por una sencilla razón: porque Pedro, la roca, sigue hablando y enseñando en todo el verdadero Magisterio, por una parte en el Magisterio anterior, en la Fe bimilenaria, y por otra parte también en aquel magisterio de Jorge Bergoglio cuando él no se muestra como cabeza de todas las heterodoxias, cuando Francisco no se muestra dúplice, es decir, cuando no se contradiga con el magisterio bimilenario, cuando se muestra ortodoxo. Porque, como tenemos abundantes pruebas diariamente, el papa Francisco puede mostrarse a la vez ortodoxo y heterodoxo, y aparentemente contentar a unos y a otros.
----------Esto es lo que sinceramente veo que ocurre hoy en la Iglesia. Quizás mañana podré matizar, podré ver mañana otros aspectos, que me hagan corregir probablemente algunos términos de lo que acabo de decir, pero no puedo, siendo franco conmigo mismo y con los lectores, decir otra cosa que lo que hoy veo y digo, y que someto al juicio del Magisterio de la Iglesia.
----------Algunas de las consecuencias que se siguen de esta tesis me son claras. La primera, es que los católicos de la Iglesia de Pedro no deben formar sectas aparte, independientes, bajo el pretexto o incluso buena intención de crear espacios protegidos, seguros, resguardados. Porque está claro que hay quienes los quieren construir, y son los nuevos esenios. Pienso en grupos con nombres concretos, actuando desde hace décadas algunos, y otros más recientes, pero aquí no los voy a nombrar. No son pocos entre estos grupos los que mantienen un rigor que no puede ser aceptado como cristiano, porque no es el rigor bueno, el único rigor que puede ser bueno, que es el de la firmeza en la fe, sino que se trata de un rigor en el que no existe paz interior, donde la ira es moneda corriente en los discursos, una ira que es su signo más evidente.
----------La segunda consecuencia surge de la anterior: hay que evitar huir del martirio proveniente de la iglesia reformada (aparezca esta a veces como una o frecuentemente como varias, como "poliédrica" como dice Francisco cuando habla de modo cripto-herético). Si los lectores lo miran bien, aquella ira de los discursos sectarios que se oponen a Francisco, lleva consigo implícita esta tendencia a huir del martirio. Lo que estoy queriendo decir es que la presente etapa de la Iglesia es el momento de ser dirigido cada cual por Pedro Romano, por el Magisterio de la roca, por la Fe bimilenaria, sin formar grupos sectarios de exiliados, sino mantener nuestra presencia en la confusa iglesia de la visibilidad (en la "iglesia de la publicidad", como decía Meinvielle), precisamente como ellos mismos, los de la actualmente triunfante iglesia reformada, han hecho durante un siglo. Lo que aquí propongo es algo similar a las tantas iglesias de las catacumbas que ha habido y sigue aún habiendo en la historia. Los católicos han tenido mucha experiencia de tener que sobrevivir bajo regímenes hostiles de todo género, aunque es verdad que nunca jamás los jerarcas opresores se habían vestido con la vestimenta papal. Pues bien, precisamente esto es lo nuevo y lo que más nos confunde y desafía nuestra Fe. Pero hay que reconocer que también es lo más coherente, lo más consecuente con todo el proceso histórico vivido desde hace un siglo. Es el campo de trigo con cizaña que hoy se ha convertido en campo de cizaña con trigo, y sólo sabe Nuestro Señor si es ahora o no, o pronto, o más tarde, que es o será la Pascua, el paso del Dios del discernimiento, que separará lo uno y lo otro, que cribará a los nominales miembros de la Iglesia para separar corderos de cabritos.
----------No pretendo ser nada original en lo que acabo de exponer. De hecho, bastante de lo que en esta nota digo lo he leído, con palabras más o menos parecidas, en libros y blogs; y yo le agrego mis pareceres personales, mis matices, mis colores. Hoy es el cumpleaños del papa emérito Benedicto XVI, el último Papa que hasta ahora hemos conocido manteniendo el legado de la Tradición (con sus claroscuros, como siempre ha ocurrido en dos mil años de historia de la Iglesia), el último Papa del orden de Cristo, que sufrió persecución, Benedicto XVI, que de alguna manera murió en vida, sustituido por el papa del triunfo humano, de la iglesia de la publicidad, el de los grandes medios de comunicación. Lo dicho: es la mayor prueba, un particular y supremo modo de martirio contra-revolucionario (para decirlo usando un término caro a De Mattei).
----------Pero este martirio, también, de algún modo, proyecta un manto protector, una seguridad, esa seguridad y protección que los sectarios de todo tipo (antifrancisquitas, benedictitas, sedevacantistas, o del color que sean) buscan equivocadamente en sus grupos. Es el modo como yo entiendo la renuncia de Benedicto XVI: "...os he dicho que yo soy; así que si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos" (Jn 18,8). Nosotros somos "éstos". La más o menos "positiva" imagen (hasta ahora) que la iglesia reformada tiene ante el mundo, nos brinda protección. Al fin de cuentas, no es culpable quien ha demostrado saber vivir bajo el estigma de los contrarios. Y en caso de expulsión desde el interior institucional (lo que no ha de buscarse, sino más bien actuar desde dentro, como levadura, según dice el Señor), sabemos que no acabarán los lugares a los que ir antes de Su llegada: "Cuando os persigan en una ciudad huid a otra, y si también en ésta os persiguen, marchaos a otra. Yo os aseguro: no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre" (Mt 10,23).
----------Lo dicho: se trata de vivir en la Iglesia Católica, la Iglesia de San Pedro, la roca viva, sin agitación, en paz, perdonando y sabiendo que el martirio psíquico y del alma, sufrido con paciencia, nos une con la condición católica por excelencia que es la victimal, la Cruz.
15 comentarios:
Creo que Fr Filemón nos está diciendo otra cosa: aceptar la irregularidad canónica, aceptar la confusión existente, pero... ¡permanecer fiel a Pedro Romano! (el último Papa según la profecías de Malaquias). Y entiendo que el padre Filemón dice que "Pedro Romano" puede interpretarse como el Magisterio de Pedro, el magisterio bimilenario de los Papas (incluyendo el magisterio de Francisco cuando habla de modo ortodoxo).
No es simple, pero es lo que hay.
http://lahondadedavid.blogspot.com/2015/09/petrus-romanus.html
Post Data: En este enlace podrá consultarse material al respecto:
https://gloria.tv/user/PsqnxVeozUAb11SRjPVhdKjWu
Entiendo su preocupación, aunque claro, no comparto algún presupuesto de su demanda. El diálogo ecuménico e interreligioso es, por supuesto, una zona cuestionable en la praxis eclesial, incluso antes del Concilio Vaticano II. Importa sobre todo conocer detalles históricos sobre el desarrollo del ecumenismo y del diálogo interreligioso, para distinguir matices sobre lo actuado por uno y otro Papas de las últimas décadas. A la vez, las cuestiones de gobierno no son tan sencillas como las cuestiones teóricas que pueden poner negro sobre blanco en un papel. El poner negro sobre blanco en la práctica no es tan sencillo ni tan fácil (sobre todo no es tan fácil cuando el pontífice predecesor ha hecho algo y hay que re-encauzarlo o corregirlo). Y comprendo que sea un tema candente para ciertos sectores eclesiales.
Gracias por su comentario. Lo tengo en cuenta para desarrollar este tema en alguna próxima ocasión.
Entonces, siguiendo su razonamiento, todos los que firmaron aquellos documentos del CVII, que rompieron con la Tradición, ¿son herejes?
(soy el mismo que le hizo la pregunta anterior, sobre mons Lefebvre).
https://moimunanblog.com/2020/04/11/la-agenda-globalista-del-vaticano/
Como dije, es un escrito breve, sencillo y fundado en citas oficiales del Vaticano. Los hechos son tan, pero tan manifiestos, que resulta imposible no verlos, y la conclusión que se desprende de ellos, por doloroso que resulte reconocerlo, es que nos hallamos ante el misterio de iniquidad en su máxima expresión, ante la gran apostasía profetizada por San Pablo y por Nuestro Señor, preludio necesario a la manifestación pública del Hombre de Pecado...
https://moimunnanblog.files.wordpress.com/2020/04/la-agenda-globalista-del-vaticano.pdf
Y les paso otro, específicamente sobre Francisco:
https://gloria.tv/post/D6MJmzuRKhsb6NaSTuS8dMYmK
De acuerdo con alesolap salvo en cuanto dice "preludio a la aparición del hombre de pecado"...no lo vé?
¿Significa que la apostasía universal en curso no sería el preludio de la aparición del Anticristo? O bien que, según Usted, éste ya habría aparecido? Y, en este caso, ¿quién sería? Si pudiera aclararlo, se lo agradecería...
Lo de las comillas es porque considero que los papas conciliares son modernistas usurpadores del trono petrino, antipapas encargados, justamente, de conducir a los fieles a la "gran apostasía" anunciada por San Pablo y por Nuestro Señor. Aclaro porque Usted lo mencionó, pero habitualmente no hablo del tema, porque soy consciente de que es un tema muy polémico. Lo importante es conservar la fe y no dejarse seducir por la "religión ecuménico-humanista" que se viene gestando desde el CVII...