"Saldremos de esta cuarentena que nos pide e gobierno, con el pelo más largo y más blanco. Con manos y casas limpias, y ropa vieja. Con miedo y ganas de estar afuera. Con miedo y ganas de conocer a alguien. Saldremos con bolsillos vacíos y despensas llenas. Podremos hacer pan y pizza, y no desperdiciar los restos de comida.
Recordaremos que un médico o una enfermera deben ser aplaudidos más que un futbolista, y que el trabajo de un buen maestro no se puede reemplazar con una pantalla. Y que coser máscaras es más importante a veces que hacer alta costura. Que la tecnología es muy importante, de hecho vital, cuando se usa bien, pero puede ser perjudicial si alguien quiere usarla para sus propios fines.
Y que no siempre es esencial subir al auto y escapar quién sabe dónde. Saldremos más solos, pero con el deseo de estar juntos. Y entenderemos que la vida es hermosa porque vivimos. Y que somos gotas de un solo mar. Y que todos juntos saldremos de ciertas situaciones.
Que a veces lo bueno o lo malo proviene de quienes menos lo esperan. Y nos miraremos en el espejo. Y decidiremos que tal vez el cabello blanco no sea tan malo. Y que nos gusta la vida familiar, y amasarles pan nos hace sentir importantes.
Y aprenderemos a escuchar nuestras respiraciones, toses y mirarnos a los ojos para proteger a los que amamos. Y respetar algunas reglas básicas de convivencia. Quizás sea así."
Cada tormenta tiene su fin, esta pandemia del coronavirus 19, también pasará.
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