Don Bosco y Bartolomé Garelli. Te cuento las cuarenta.-10 - 05 -2020.-


EL PRIMER ALUMNO DE DON BOSCO : BARTOLOME GARELLI.
DOMINGO 10 MAYO 2020.

El año 1841. En la fiesta de la Inmaculada empezó San Juan Bosco su obra, de una manera que no lo había imaginado.
El Papa Pío Nono ordenó a Don Bosco que escribiera todo lo bueno que recordara de su vida, y el santo obedeció. He aquí como narra en su autobiografía el bello comienzo de su inmensa obra educativa.
“El día solemne de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de 1841, estaba revistiéndome para celebrar la Santa Misa. El sacristán, viendo a un jovencito en un rincón de la sacristía, lo llamó para que me ayudara a la Misa.
- No sé- respondió mortificado.
-Venga rápido -replicó el otro.
-Quiero que ayude a la Misa.
-No sé- contestó el jovencito- Nunca he ayudado a Misa.
-Animal que eres- dijo el sacristán todo furioso- si no sabes ayudar a Misa para qué vienes a la sacristía.
Y tomando un palo que tenía un limpiapolvo, llenó de golpes en la espalda y en la cabeza al pobre jovencito. El muchacho logró zafársele y abriendo la puerta salió huyendo.
-¿Qué haces?- le grité con voz muy fuerte- ¿por qué lo golpeas? ¿qué ha hecho?
-Porque viene a la sacristía y no sabe ayudar a Misa.
-¡Has hecho muy mal con eso!
-¿Y qué importa?
-Importa mucho porque es un amigo mío. Llámalo inmediatamente porque necesito hablar con él.
El sacristán salió corriendo, y a grito lo llamó; le prometió tratarlo muy bien y lo trajo a donde yo estaba. El joven se acercó tembloroso y con lágrimas por los golpes recibidos.
-¿Has oído la Misa?- le dije amablemente.
-No
-Ven y la escuchas. Después tengo que decirte una cosa que te agradará mucho- me lo prometió. Mi intención era suavizar la pena de aquel pobrecito y no dejarlo con la mala impresión de aquel maltrato.
Apenas terminé de celebrar la Misa, con rostro muy alegre llamé al joven, le aseguré que no habría ningún peligro de que lo volvieran a golpear, y empecé a interrogarlo:
-Mi buen amigo, ¿cómo te llamas?
-Bartolomé Garelli
-¿De qué pueblo eres?
-De Asti
-¿Vive tu padre?
-No. Mi padre murió
-¿Y tu mamá?
-Mi mamá también murió
-¿Cuántos años tienes?
-Dieciséis
-¿Sabe leer o escribir?
-No. No sé nada de eso
-¿Ya hiciste la Primera Comunión?
-Todavía no
-¿Vas al Catecismo?
-No me atrevo
-¿Por qué no te atreves?
-Porque los demás compañeros, más pequeños que ya saben el catecismo y yo tan grande no sé nada. Por eso me da vergüenza ir a clase.
-Y si yo te doy las clases de catecismo por aparte, ¿vendrías a escucharlas?
-Con mucho gusto, con tal que no engga ese señor a darme bastonazos.
-Puedes estar tranquilo. Tú serás mi amigo y conmigo tendrás que entenderte y con nadie más. ¿Cuándo quieres que empecemos las clases de catecismo?
-Cuando usted quiera
-¿Te parece bien ahora mismo?
-Sí, ahora mismo con todo gusto
Don Bosco se arrodilló y con todo el fervor rezo un Avemaría para que la Madre de Dios le concediera la gracia de salvar aquella alma. Esta Avemaría rezada con toda el alma fue fecunda en grandes éxitos espirituales. Se levantó e hizo la señal de la cruz para empezar, pero su alumno no loo imitó porque no la sabía hacer. Por aquella primera vez Don Bosco le enseñó la Señal de la Cruz y le explicó como Dios es creador de todas las cosas, y para qué fines nos ha creado a nosotros.
Después de media hora de clase, le regaló una medalla de la Virgen, y le hizo prometer que vendría el próximo domingo ya no sólo sino con otros amigos y lo despidió con toda amabilidad. Garelli, este pobre huérfano analfabeto (que el próximo domingo regresó con varios amigos a la clase de catecismo de Don Bosco) fue así el inicio de la más grande obra educativa de los últimos tiempos.
Con un Avemaría fervorosamente rezada empezó Don bosco su obra educadora que se ha convertido ahora en una inmensa asociación de 1200 colegios masculinos y 13000 colegios femeninos en 75 países del mundo.
Más tarde, recordando los efectos de esta primera Avemaría exclamaba: “Oh aquella Avemaría que con tanta fe recité al empezar mi primera clase de catecismo: cuántos buenos frutos ha producido. Nunca me imaginaba que la Virgen Santísima nos fuera a ayudar tanto”.

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