San José Cafasso. Consejero de Don Bosco. Te cuento las Cuarenta. -21-05-2020.-

San José Cafasso.
Amigo y consejero de Don Bosco.
¡Buenos días!. Jueves. 21 de mayo. "Algunos lo llaman "un nuevo san Luis", por su inocencia y pureza de costumbres; otros, "un san Francisco de Sales", por su mansedumbre, paciencia y caridad; otros, "un san Vicente de Paúl", por la gran caridad que manifestó hacia los más necesitados; hay quienes no dudan en llamarlo "un san Carlos Borromeo", por la rectitud de su vida y por su austeridad; y otros, aunque sorprendidos por el rígido tenor de vida, lo llaman "un nuevo san Alfonso", por su dulzura, condescendencia y bondad". (Don Bosco).
VIDA DE SAN JUAN BOSCO
San José Cafasso. 1811 - 1860. Maestro, guía espiritual y bienhechor de Don Bosco.
1811
15 de enero
José Cafasso nació en Castelnuovo de Asti, tercero de los cuatro hijos de Juan Cafasso y de Úrsula Beltramo.
La familia de origen campesino vivía desahogadamente.
Después de completar los dos años de la escuela primaria, estudió latín durante tres años, con Don Nicolás Moglia; eran estudios privados, ya que en Castelnuovo no había escuela secundaria. Fue entonces cuando José comenzó a pensar en su vocación de sacerdote.
Su piedad le valió el apodo de "pequeño santo". El dominio de los estudios le dio ascendencia moral sobre los compañeros de su edad e incluso mayores. Solía reunirlos para la catequesis y entretenimiento.
Era pequeño de estatura y muy frágil. Desde muy joven se le desarrolló una ligera elevación del hombro derecho, tal vez debido a una deformidad de la columna vertebral, ocasionada quizá por el raquitismo. De ahí su peculiar modo de ser, un poco contrahecho y cargado de hombros, que es una de sus típicas características físicas, lo que a veces le causó problemas con los demás.
1824
Trece años
Fue admitido a la Primera Comunión.
En el curso 1823 - 1824, comenzó a asistir a la escuela pública en Chieri, con otros muchachos de Castelnuovo, entre ellos su amigo de toda la vida Juan Allamano. Se alojó en la casa del sastre Tomás Cumino, durante los tres años de estudios secundarios.
1826
Quince años
Cafasso y Allamano completaron su ciclo de estudios en la escuela pública en Chieri y solicitaron su admisión en el Seminario de Turín, pues todavía no había Seminario en Chieri. Se les negó la entrada por falta de espacio.
Permanecieron en la escuela pública de Chieri estudiando Filosofía, de 1826 a 1828.
1827
Dieciséis años
1 de julio
Después de cursar primero de Filosofía, Cafasso y Allamano recibieron el hábito clerical, en Castelnuovo.
1828
Diecisiete años.
Al final de sus dos años de Filosofía, Cafasso y Allamano regresaron a Castelnuovo y comenzaron el estudio de la Teología, como seminaristas no residentes, bajo la supervisión del nuevo párroco, Don Bartolomé Dassano.
1829
Dieciocho años
Noviembre
Cafasso y Allamano se trasladaron al recién abierto Seminario de Chieri para el tercero, cuarto y quinto año de Teología.
1830
Diecinueve años
Verano
Probablemente fue cuando Juan Bosco se encontró con el seminarista Cafasso por primera vez, delante de la Capilla de San Pedro en Morialdo, con ocasión de una fiesta local.
18 de septiembre.
En Turín, Cafasso y Allamano recibieron la tonsura y las órdenes menores.
1832
Veintiún años.
Pascua
Cafasso y Allamano fueron ordenados como subdiáconos por el recién nombrado arzobispo Luis Fransoni.
1833
Veintidós años
Cafasso y Allamano recibieron el Diaconado
21 de septiembre
Fueron ordenados sacerdotes. Al día siguiente, Don Cafasso celebró su primera misa solemne en Castelnuovo. Había sido ordenado, con dispensa, antes de alcanzar la edad canónica de 23 años.
En noviembre
Los nuevos sacerdotes se trasladaron a Turín con el fin de continuar el estudio de la Teología Moral, de obtener las facultades para confesar y prepararse para el ministerio.
Supieron que el teólogo Luis Guala daba conferencias de moral en el Convictorio. Asistieron a una y quedaron tan impresionados que decidieron solicitar la admisión. Después de informarse, el teólogo Guala los aceptó.
1836
25 años
27 de junio
Después de tres años de estudio, Don Cafasso aprobó los exámenes y se graduó en el Convictorio. Don Guala le pidió que permaneciera como su asistente y aceptó.
1836 - 1844
Veinticinco - treinta y tres años.
Impartió las clases de Teología Moral en el Convictorio.
1844 - 1848
Treinta y tres - Treinta y siete años
La salud de Don Guala iba desmejorando. Don Cafasso se hizo cargo de las clases de la tarde y de la mañana. Don Guala siguió en el cargo de Rector aunque le fue entregando poco a poco la responsabilidad.
6 de diciembre de 1848
A la muerte de Don Luis Guala, Don Cafasso lo sucedió como Rector.
1844 - 1860.
Treinta y tres - Cuarenta y nueve años.
Fue el Rector del Convictorio.
1860
23 de junio.
Falleció a los 49 años de edad.
1925
3 de mayo
Fue beatificado por Pío XI.
1947
22 de junio. Fue canonizado por Pío XII.
Sus restos descansan en el Santuario de la Consolata, en Turín.
• A favor de los jóvenes "pobres y abandonados".
Apenas entró en el Convictorio, enseguida comenzó a participar activamente en el programa establecido de instrucción catequística en la iglesia de San Francisco de Asís. Esta es la clase de catecismo que Don Bosco tomará de Don Cafasso.
Varios de los muchachos venían de familias que vivían en el barrio pero la mayoría de ellos eran jóvenes que trabajaban en la construcción o merodeaban por las calles. Algunos sacerdotes del Convictorio, Don Bosco entre ellos, fueron encargados de contactar con estos jóvenes y convencerlos de que vinieran a la catequesis..
Don Cafasso inauguró también el trabajo con los jóvenes deshollinadores del Valle de Aosta. Unos cincuenta de estos, venían temporalmente a Turín desde los valles de la montaña, para limpiar las chimeneas de los ricos. Hablaban solo el dialecto valdostano, tenían un aspecto tosco, y eran rechazados por todos. Los reunía para el catecismo y los servicios religiosos en su propia lengua, para el recreo, la alimentación y la atención. Don Cafasso había dado directrices claras sobre el contenido y el estilo de la instrucción catequética: debía ser breve, seguida por alguna recreación y algo de comer; en resumen, una experiencia feliz. Otras necesidades de los jóvenes, como el empleo, eran tomadas también en consideración.
• En favor de los enfermos y moribundos.
Don Cafasso hacía conscientes a sus estudiantes de la importancia de la atención pastoral a los enfermos y los moribundos; él mismo dedicaba mucho tiempo a este ministerio. Se le llamaba a menudo para ayudar a moribundos necesitados de conversión. La caridad cristiana y la solidaridad humana hacían eficaces sus palabras y el estilo de acompañamiento en el lecho de muerte.
• En favor de los presos y condenados a muerte.
El nombre de Don Cafasso estará siempre asociado con el apostolado en favor de los reclusos y de los condenados a muerte.
Con el permiso del gobierno tenía acceso a las cuatro cárceles de Turín. Obtuvo idéntico permiso para sus sacerdotes estudiantes, bajo su supervisión. Los lunes miércoles y viernes visitaba la así llamada "Prisión del Senado", la mayor y la peor.
Don Cafasso había organizado el ministerio en la cárcel según el modelo del ministerio parroquial. Eso incluía la instrucción catequética, celebración ordinaria de fiestas litúrgicas, la misa y los sacramentos, especialmente la Confesión, la disponibilidad de conversación y asesoramiento, ayuda material a los reclusos y familiares y la regular distribución de cigarrillos y tabaco que ayudaba a anestesiar los sentidos y hacer frente al hedor de las salas de la prisión. Daba gran importancia a la instrucción catequética de Cuaresma para la celebración de la Pascua. Para dar instrucción designaba a sacerdotes y estudiantes que presentaba personalmente. Iban a hablar del amor y la amistad de Dios y de la confianza que se debe poner en Dios, de la eficacia de la oración y del poder salvífico de los sacramentos. Los sermones debían ser sencillos y muy breves, al igual que la instrucción catequética. El catequista se marchaba dando las gracias a todos los participantes y los invitaba a asistir al próximo encuentro.
Don Bosco formó parte del grupo que ejercía su ministerio en las prisiones, a menudo en asociación con el teólogo Juan Borel. Fue en las cárceles donde tuvo conocimiento personal directo de la difícil situación de los delincuentes juveniles y jóvenes en situación de riesgo.
Don Cafasso era conocido como "el capellán de los ahorcados". Más tarde, la ciudad de Turín le erigirá un monumento en el cruce de Valdocco (Rondó, el lugar de ejecución), en reconocimiento a su abnegada asistencia a los condenados a muerte.
El Código Penal del momento prescribía la pena de muerte para ciertos delitos. En las "Prisiones del Senado" siempre había alguien en el corredor de la muerte. Don Cafasso tenía especial cuidado de estos individuos desafortunados. Los visitaba, confortaba y acompañaba en el carro de caballos hasta la ejecución, que era un espectáculo público. La ejecución era por ahorcamiento o, si el condenado era militar, por fusilamiento. Se estima que asistió a 57 condenados en su ejecución en Turín, 7 en otras ciudades, y a 4 más preparó pero no pudo acompañarlos.
Don Cafasso introdujo a Don Bosco en este ministerio, pero Don Bosco carecía de la fuerza necesaria para este tipo de tragedia.
• Consejero y director espiritual
Don Cafasso era reconocido y buscado como consejero y director espiritual de muchas personas, eclesiásticas y seglares.
Entre sus clientes estuvieron autoridades del Vaticano, el arzobispo Fransoni, obispos de diferentes diócesis del Piamonte, superiores religiosos, sacerdotes con puestos de autoridad, hombres y mujeres, católicos laicos en responsabilidad política.
Don Bosco es, sin duda, considerado como el más importante de los clientes de Don Cafasso. Los procesos de beatificación y canonización de Don Cafasso lo describen como "cofundador, padre y primer colaborador del Oratorio de San Francisco de Sales" y afirman que "sin Don Cafasso, el trabajo de Don Bosco no habría llegado a existir".
El reconocimiento de la Congregación Salesiana lo expresa Don Cagliero en el proceso de beatificación y canonización:
"Nuestro venerable Don Bosco tenía hacia Don Cafasso una veneración muy especial, íntima y unida a un santo afecto que lo unía a él y lo hacía discípulo humilde, ante la bondad y santidad de su gran maestro. Durante veinte años lo tuvo como director espiritual, confidente y consejero.
Nosotros, que teníamos un concepto altísimo de la bondad y de la virtud de Don Bosco, unido al más grande afecto y a la más profunda veneración por su santidad, nos formábamos de su maestro, Don Cafasso, un concepto todavía mayor de su bondad, de su virtud y de su santidad.
Y yo mismo en diversas circunstancias, en las que tuve ocasión de presentarme al venerable Don Cafasso para escuchar sus exhortaciones, me persuadí de la verdad de cuanto nos decía Don Bosco.
Nosotros, salesianos, amamos y veneramos a nuestro querido padre y fundador Don Bosco, pero no amamos menos al sacerdote José Cafasso, que fue maestro, consejero y guía de Don Bosco".
¡Dios te bendiga!.
Rafael Ramírez H.

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