Inmigrantes italianos. Te canto las cuarenta. -14 - 05 - 2020.-

Julio Casati en HIJOS Y NIETOS DE ITALIANOS
INMIGRANTE, POR FIN LLEGASTE
Gringo, dejaste patria y familia en busca de nuevas oportunidades,
Que extrañas sensaciones de miedos e incertidumbre se habrán cruzado por tu mente,
Abatida por la humillación del hambre y la guerra,
Lleno de deseos cruzaste los mares en incomodas bodegas
Trayendo en tu garganta alegres canzonetas y en tus valijas,
Galleta y vino para compartir Junto a los sueños de otros,
Piamonteses, calabreses, genoveses, armaron maletas y bolsas de arpillera,
Iguales a la tuya, todos lastimados por el arado, el sol y el dolor de una separación,
Así llegaste a la Argentina, a esta argentina de la abundancia,
Bendecida por este río de la plata que presto sus aguas para que esos barcos llegaran.
Te recibieron otras costumbres en el hotel de inmigrantes, antesala de tu destino,
Te mezclaste con judíos, alemanes y gallegos, junto a grandes diferencias geográficas y políticas,
Pero tan parecidos en sus anhelos, y tan aferrados a los deseos de libertad, negadas en sus patrias.
Aquí comenzaste otra vida, otra historia, te maravillaste con nuestras tierras vírgenes,
Rompiste los primeros terrones y descubriste su fertilidad, te mezclaste con nuestros gauchos,
Y te emocionaste con nuestro himno, el arado y el sudor fueron tu consigna,
Sufriste con entereza cada sequía, cada inundación y hasta plagas de langostas,
Aquí también viviste la porca miseria, pero allí estabas vos gringo, siempre tirando nuevas semillas
Hasta que una de ellas dio en el corazón de una criolla, admirada por tu fortaleza
Y te lleno la vida de hijos, y de alegrías que sirvieron para atenuar las duras noches de recuerdos
Y añoranzas que a solas masticabas con tu tabaco.
Tano, la argentina te dio la posibilidad y vos la aprovechaste, poniendo esfuerzo y constancia,
Siendo la austeridad tu obsesión.
Cuidaste cada grano, ahorraste cada peso para luego, muchos años después, traer de tu Italia al resto de tu sangre, de tus otros amores, pocos lo lograron ,pero fiel a tu costumbre, la palabra fue un documento inalterable, la unión familiar fue siempre tu aliento y tu esperanza,
Hoy nosotros, tus hijos y nietos, queremos mantener vivo el recuerdo y el respeto por tanto sacrificio, honestidad y enseñanza.
Por eso, de tanto en tanto me acerco hasta la orilla de este río que me abraza, y me cuenta sobre ustedes, y pienso entonces, si el agua no será lagrimas que el tiempo quiso dejar allí para no olvidarlos nunca.
Julio Casati

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