Maestro, periodista, poeta. Homenaje a Belgrano -13- 05- 2020.-

13 DE MAYO DE 1854 - NACÍA ALMAFUERTE
El 13 de mayo de 1854 nace en San Justo, Provincia de Buenos Aires, Pedro Bonifacio Palacios, quizás más conocido por su seudónimo Almafuerte (aunque no fue el único que utilizó) con el que firmó sus artículos y poesías.
Fue un extraordinario maestro, periodista y poeta argentino. Muy joven se dedicó a la enseñanza en ciudades del interior de la provincia de Buenos Aires, A los 16 años dirigía una escuelita en Chacabuco, de la que fue relevado por la falta de título habilitante. Años más tarde dio clases en las localidades de Trenque Lauquen, Mercedes y Salto. Ejerció el periodismo desde los 20 años siendo redactor en el diario Buenos Aires; secretario de redacción de El Oeste de la ciudad de Mercedes y fundador de El Progreso, en Chacabuco.
Poseedor de un estilo anclado en el romanticismo, con el que rescató los valores de la gente común, fue a la vez, sumamente crítico del poder y la corrupción, lo que le valió no pocos problemas con las autoridades políticas de turno.
Hacia 1887 se radicó en La Plata. En 1894 regresó a la escuela de Trenque Lauquen, pero fue destituido pocos años después por escribir poemas contrarios al gobierno.
Retornó a vivir a La Plata hasta su muerte, acaecida el 28 de febrero de 1817 en esa Ciudad, los 62 años de edad.
Cincuenta y siete años más tarde el Gobierno de la provincia de Buenos Aires le otorgó el título de “Maestro Honoris Causa”, título que no tuvo en vida pero que no fue óbice para convertirse en un ejemplo para los docentes. El 13 de mayo, fecha de su natalicio, se celebra el Día del Escritor Bonaerense.
La casa en la que vivió en La Plata sus últimos diez años, es actualmente un museo y fue declarada Monumento Histórico en el año 1961.
Para quienes quieran visitarla, se halla en la Avenida 66 Nº 530 entre las calles 5 y 6.
Quizás una de sus obras más conocidas sea el siempre recitado ¡Avanti!, pero también fue magistral su soneto “Como los bueyes”.
ADIÓS A LA MAESTRA
Poema de Almafuerte.
Obrera sublime, bendita señora:
la tarde ha llegado también para vos.
¡La tarde, que dice, descanso!... La hora
de dar a los niños el último adiós.
Más no desespere la santa maestra:
no todo el mundo del todo se va;
usted será siempre la brújula nuestra,
¡la sola querida segunda mamá!
Pasando los meses, pasando los años,
seremos adultos, geniales, tal vez...
¡Mas nunca los hechos más grandes o extraños
desfloran del todo la eterna niñez!
En medio, a los rostros que amante conserva
la noble, la pura memoria filial,
cual una solemne visión de Minerva,
su imagen, señora, tendrá su sitial.
Y allí donde quiera la ley del ambiente
nombrar nuestras vidas, clavar nuestra cruz,
la escuela ha de alzarse fantásticamente,
cual una suntuosa gran torre de luz.
¡No gima, no llore la santa maestra:
no todo en el mundo del todo se va!
¡Usted será siempre la brújula nuestra,
la sola querida segunda mamá!.

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